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¿Qué dice la Teoría de Juegos sobre las primarias?

Seis días. Eso es lo que queda para que se realicen las primarias, tanto en la Alianza como en la Concertación, de cuyo resultado saldrán los contendores a la presidencial de noviembre. Son días en que se culminan estrategias, se proyectan resultados y también los escenarios post primarias para aquellos que queden en el camino.

Porque en esta competencia la mirada no sólo está puesta en La Moneda: hay definiciones acerca de lo que se quiere preservar y también sobre cómo hacerlo.

¿Cómo entender ese proceso? En los años 30, de la mano del investigador John von Neumann se oficializó por primera vez el concepto de Teoría de Juegos, mediante el desarrollo de modelos matemáticos para analizar la interacción entre estructuras formalizadas de incentivos ("juegos") y llevar a cabo procesos de decisión.

La idea es determinar las estrategias más óptimas para cada individuo frente a una situación determinada y su proceder frente a ellas, siendo una de los más conocidos el "Dilema del Prisionero".

Desde aquella época, gracias al aporte de varios matemáticos e investigadores, entre ellos, John Forbes Nash, la Teoría de Juegos pasó al terreno político-sociológico, particularmente aplicada a procesos de decisión electoral.

¿Cómo podría aplicarse a nuestras primarias?

LA IZQUIERDIZACIÓN DE BACHELET
Mucho se ha comentado y cuestionado la "izquierdización" que habría sufrido la candidata Michelle Bachelet en su regreso a Chile, plasmada en la alianza de la Nueva Mayoría con el Partido Comunista.

De acuerdo a la Teoría de Juegos, lo que sucedió se explica en la necesidad de impedir que apareciera un elemento más a la izquierda suya, como ocurrió en la elección Frei-Piñera con Marco Enríquez-Ominami (MEO).

Esto, porque le habría obligado a competir con ambos lados, la Alianza y su propio bloque. "Ella, durante la primaria debe moverse lo más a la izquierda posible, para que no le quede nadie o que los que le queden sean debiluchos", explica el académico de la Escuela de Gobierno de la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI),  Jorge González.

En ese marco, acota Marcos Singer de la Escuela de Administración de la PUC, las razones son múltiples "quiere diferenciarse de sus adversarios, atraer los movimientos sociales, entusiasmar a que la gente vaya a votar, etc".

Esta comprensión del comando de Bachelet es compartida por el propio PC, que mediante una serie de movilizaciones a partir de 2011 advierte a la Concertación que "va a tener que hacernos concesiones, porque si no, nosotros le podemos desrielar su campaña", explica González.

Sin embargo, de acuerdo a la Teoría de Juegos, agrega el académico de la UAI, "a partir del 30 de junio tendría que ir moviéndose hacia el centro e ir moderando en lenguaje", apuntando al denominado "votante mediano" que se encuentra en el centro político, difuso e incierto, sobre todo ahora, con el voto voluntario.

EL GANADOR DE CONDORCET
Vinculado con lo anterior, el que los discursos se vuelquen hacia el centro después del 30, tiene que ver con el papel que desempeña como definitorio de la elección. Porque según los "Juegos", las apuestas no sólo están en ganar, sino también quedar mejor ubicado.

En ese contexto, González señala que es posible distinguir una figura denominada "Ganador de Condorcet", y que se define como el candidato al que los votantes prefieren ante el resto de candidatos.

En estas primarias, el ganador de Condorcet fue Andrés Velasco, quien según la Teoría, en un enfrentamiento 1 a 1 como representante de la Concertación le gana a la derecha -por aglutinar los votos del centro y la izquierda-, y como representante de la derecha en un 1 a 1 con Bachelet, le gana a ésta última por recoger los votos de la derecha y los del centro.

Sin embargo, su gran error de estrategia fue apostar a las primarias. "Velasco debió haber ido a la primera vuelta, no a la primaria. Perdió su oportunidad porque se declaró concertacionista, y en política la gratitud no existe, sólo el cálculo político", estima González.

En este contexto plantea Singer, Velasco habría sido una amenaza a Andrés Allamand o a Pablo Longueira. Ahora lo sería "sólo si gana la primaria, lo cual es improbable".

¿Qué pasa con Claudio Orrego? Según los expertos, tradicionalmente fue la Democracia Cristiana quien ocupó el rol de ganador de Condorcet, sin embargo, el binominal la habría empujado hacia la izquierda, "porque el sistema es una fuerza centrífuga", dice González.

Sólo basta un dato: Frei Montalva ganó la elección con 55% de los votos, sumando a la DC y votos de derecha; Frei Ruiz-Tagle perdió por 55% frente a la derecha y los que podrían llamarse MEO-Piñeristas.

En ese escenario, "Orrego está en una situación muy complicada porque si la Democracia Cristiana emerge suficientemente debilitada, puede que el partido logre recuperarse, pero no Orrego", dice el académico de la UAI. Agrega que "para poder recuperarse (Orrego) tiene que desbancar a Velasco en el centro y volverse el ganador de Condorcet".

¿De qué sirve recuperar el centro? "Las elecciones en las democracias no son una sola vez. En los Juegos muchas veces usted está dispuesto a sacrificar incentivos electorales hoy por beneficios electorales mañana", explica el académico.

¿QUÉ PASA EN LA DERECHA?
Al vaciarse el centro debido a la fuerza centrífuga del binominal, no ha existido ninguna fuerza política en Chile que ocupe el lugar que tenía la DC.

Por esa razón es que muchos de los mensajes de Allamand y Longueira apuntan al centro, aunque con diferencias entre la denominación de "centro político" y "centro social", respectivamente.

La estrategia de Allamand es afirmarse en el hecho de que él puede ganarle a Bachelet. Según los Juegos, Allamand eligió la estrategia de  "distanciarse de posiciones al extremo de su sector, pero no hacia el centro del país", señala González. En esa línea, habría optado por un discurso que defiende el modelo económico -basta recordar las críticas a la reforma tributaria de Bachelet-, mientras que Longueira iría más bien por defender el binominal, pero sin certeza de triunfo.

"Hay mucha gente en la UDI que dice: 'esta elección está perdida, concentrémonos en ir hacia el tercio (en el Congreso) y por eso (Longueira) decidió definir la plantilla parlamentaria sin primarias'", sostiene González.

Respecto de la estrategia para enfrentar a Bachelet, González advierte que los Juegos apuntarían a "forzar la estridencia para obligarla a definirse" y que en ello, el gobierno ha ocupado un rol importante.

"Las percepciones de éxito o derrota son muy variables en el tiempo. Si hay alguien que entiende que no se necesita tener mayoría salvo el día de la elección es el presidente Piñera. Por ejemplo, las campañas negativas. Muchas veces para poder tener la mayoría el día de la elección, necesito invertir más en botar al otro que en construir mi imagen", dice, lo que estaría reflejado, por ejemplo, en las últimas críticas del ministro de Hacienda, Felipe Larraín, respecto del impacto de las propuestas de la Concertación en la economía y la caída de la inversión.

En todo caso, advierte González, "nunca se pueden anticipar todas las movidas: uno de los corolarios de la Teoría de Juegos es que nunca se puede predecir completamente la conducta humana, porque si es completamente predecible, yo la cambio".

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