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¿Retiro programado o renta vitalicia?

CUANDO se trata de ahorrar para la vejez, en circunstancias que uno tiene mucho plazo para acumular estos fondos, tiene todo el sentido del mundo aprovechar esta condición para invertir en activos que, si bien son volátiles o ilíquidos, ofrecen rentabilidades superiores. De este modo, uno hace crecer sus ahorros a una velocidad mayor y así acumula un patrimonio más abultado, lo cual permite tener una pensión de jubilación muy superior. Un 1% de mejor retorno anual significa un patrimonio 20% superior en 20 años. Estamos entonces hablando de obtener una pensión 20% más alta para el resto de la vida. No es menor, ¿no?

El sistema chileno de pensiones obliga a los trabajadores a ahorrar un 10% de su renta mensual para efectos de obtener su pensión de jubilación. Dado esto, estar obligado a permanecer invertido por muchos años hay que mirarlo como un privilegio que se debe aprovechar, invirtiendo en el fondo de más riesgo y de más retorno (fondos A y B). No hacerlo así sería un verdadero desperdicio de oportunidades.

Existe, sin embargo, la impresión errónea de que al acercarse a la edad de jubilación la gente debe cambiarse a los fondos más conservadores (fondos C, D y E). Implícita en esta conclusión está que la persona se va a jubilar mediante el mecanismo de renta vitalicia. Si ese fuese el caso, entonces es cierto, puesto que lo que se está haciendo es vender todos los activos al precio que estén en ese momento en el mercado, para trasladar el  efectivo resultante de la venta a la compañía de seguros que va a proveer la renta. Como los activos riesgosos podrían haber caído de precio al llegar ese momento, afectando de ese modo el monto de la pensión para el resto de la vida, se recomienda estar invertido los últimos años en activos de menor volatilidad.

Sin embargo, a los 60-65 años la expectativa de vida es aún muy alta, por lo mismo, el monto que se paga de pensión durante los primeros años es una fracción baja del total del patrimonio. Por lo tanto, quedarse en la alternativa de retiro programado, como sabiamente aconsejó hacerlo la ministra del Trabajo, Evelyn Matthei, uno está afectando sólo una parte de su patrimonio y, con el resto, está esperando una recuperación de los valores.

El consejo parece el correcto: o postergo la jubilación hasta que los activos recuperen sus valores más normales, o uso sólo una pequeña fracción de mis ahorros previsionales y postergo el resto (retiro programado). Optar por una renta vitalicia significa tomar la pérdida y renunciar para siempre a la recuperación de mis ahorros. Nótese que más adelante quien opta por retiro programado se puede cambiar a renta vitalicia (por ejemplo cuando los valores se recuperen), pero no así viceversa. La renta vitalicia es irreversible.

EN TERMINOS generales, la alternativa de renta vitalicia es una mejor opción para quien no quiere lidiar con el riesgo de sobrevida (vivir mucho) o la inestabilidad que significa ajustar permanentemente su pensión según cómo evolucionen los retornos de las inversiones. Por otro lado, si uno puede vivir con estos riesgos, o la pensión que obtendrá del sistema de pensiones no es su única fuente de ingresos, lo más aconsejable es el retiro programado. Entre lo conservador que debe ser el gerente de inversiones y el actuario de la compañía de seguros y las exigencias de la Superintendencia de Seguros en términos de la forma de calcular la necesidad de capital, la pensión ofrecida termina siendo más baja que el valor esperado del retiro programado. Pero, cualquiera que sea la decisión, lo que en condiciones normales puede ser una cuestión de elecciones, optar hoy por una renta vitalicia, en que los valores de los fondos de pensiones están tan golpeados, parece una mala decisión.

Aplicado esto al mundo de las inversiones de patrimonios (que es mi trabajo), le daría el mismo consejo a quien haya estado invertido en acciones a fines de abril y haya visto caer su inversión con la caída de las bolsas mundiales. A toda costa debería evitar liquidar esas posiciones. Lo aconsejable es esperar a que estos valores se recuperen. Ahí, si me di cuenta que estaba en una cartera de inversión con más riesgo de lo que en realidad es mi tolerancia, hago el cambio, vendiendo activos riesgosos y cambiándolos por otros menos volátiles. Si existe alguna necesidad de liquidez inmediata, lo ideal es girar lo mínimo posible para esperar con el resto la recuperación (equivalente a las veces del retiro programado). P

El autor es presidente ejecutivo de GlobalFolio.

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