Cómo se crían los animales destinados a convertirse en los platos más finos del mundo
Los comensales exigentes pueden estar dispuestos a gastar en productos de alta gama, pero siempre es bueno saber con exactitud por qué se está pagando. Aquí hay una ojeada tras bambalinas sobre qué interviene en la cría de los animales que terminarán siendo algunos de los ingredientes más lujosos del mundo.
Carne de vacuno de Matsuzaka
En Japón, la carne de vacuno se mide en una escala de marmoleado de 12 puntos. A más alto número, más capas de grasa. Mientras la muy conocida carne de res de Kobe obtiene un seis, la de Matsuzaka alcanza un increíble 10-12, lo que probablemente la convierte en la carne más fina de la Tierra.
Las vacas de Matsuzaka se mantienen vírgenes durante su estadía en la remota prefectura nipona de Mie, lo que los ganaderos juran afecta el sabor del producto final. Además, se les da cerveza para estimular su apetito, se las masajea regularmente con un cepillo duro para distribuir su grasa en forma pareja y en general se las mima durante sus tres años de vida, un lapso inusual las para vacas ganaderas.
[ze_adv position="adv_300x100" ]
El resultado es una carne tan ricamente marmolada que parece arte, a un precio mayorista de más de US$200 la libra.
Cordero de Sisteron
Las ovejas han pastado en este frondoso rincón de Provenza, en los faldeos de los Alpes franceses, por miles de años. Estos corderos con indicación de origen geográfico protegido se crían de acuerdo con métodos tradicionales, rumiando libremente y comiendo pastos y hierbas silvestres como el romero y el tomillo.
Sólo se permite que tres razas agrestes de ovejas locales –Mérinos d'Arles, Préalpes du Sud y Mourérous– se reproduzcan, y los corderos deben beber leche materna al menos por dos de sus tres a seis meses de vida. Cada animal despachado localmente se vende con la etiqueta "criado en Sisteron" y un código de barras que puede revelar su granja de origen.
[ze_adv position="adv_300x250-A" ]
Los locales dicen que se puede saborear las hierbas que los corderos comieron en su carne, elogiada por blanda, su sabor dulce y su tono rosado.
Uni de Shakotan
Los erizos de mar son animales salvajes. No se crían en el sentido convencional, pero el proceso de cosecha para lo que en definitiva termina siendo el uni –huevos de erizo– dulce y salado en su sushi es suficientemente intenso como para calificar.
En la prístina península de Shakotan, en la costa oeste de la isla Hokkaido, ubicada al norte de Japón, los pescadores se despiertan antes del amanecer para evaluar el tiempo. Si está suficientemente tranquilo, pasarán horas inclinándose a los lados de los botes en búsqueda de erizos para recolectar con una larga herramienta de garra.
[ze_adv position="adv_300x250-B" ]
El arduo proceso puede entregar muy buenos beneficios: desde junio hasta agosto, cuando el uni de Shakotan está más fresco, una sola bandeja minuciosamente seleccionada y con una bella presentación puede costar más de US$250 en el afamado mercado de Tsukiji en Tokio, que fija el precio máximo de todos los unis.
Jamón ibérico de bellota
Aportando quizás el más celebrado de todos los productos porcinos, los cerdos negros ibéricos viven la vida más lujosa antes de su sacrificio al tope de la jerarquía de jamón curado de España.
Corren libremente en granjas parcialmente boscosas de 400 a 800 hectáreas por casi dos años –más del doble que la mayoría de las razas comerciales– hasta que alcanzan un peso de poco más de 160 kilos. Comen pasto, hierba y su comida favorita: bellotas, que son ricas en ácidos grasos y le dan el sabor avellanado y de oliva característico al producto final.
[ze_adv position="adv_300x250-C-net" ]
El Gobierno español controla estrictamente todos los aspectos de su producción y tiene un particular sistema de etiquetado: el de mayor nivel es el del jamón ibérico de bellota, que corresponde a cerdos ibéricos de raza pura que han logrado al menos un tercio de su peso comiendo bellotas y pasto por al menos tres años. Cuesta alrededor de US$100 la libra (454 gramos).
Lo Último
Lo más leído
1.
2.