Senadores de oposición destituyen a Beyer pese a voto del DC Patricio Walker
"Presidente, acabo de hablar con Zaldívar".
A las 11:31 de ayer, el ministro de Interior, Andrés Chadwick, hablaba por teléfono en uno de los pasillos del Congreso con el presidente Sebastián Piñera para informarle en detalle el estado de avance de sus negociaciones con los senadores de la oposición. Sería el primero de varios llamados.
Mientras Chadwick terminaba su conversación de 10 minutos con el mandatario, en la sala del Senado se comenzaba a configurar un escenario que a lo largo del día, pese a múltiples cabildeos, sería irreversible: Harald Beyer es destituido de su cargo. A las 21:28 la acusación al suspendido secretario de Estado, en el tercer capítulo específicamente, fue aprobada por 20 votos a 18.
Ni siquiera el descuelgue del DC Patricio Walker, que sorpresivamente a las 20:43 anunció su rechazo a los tres capítulos del libelo, alcanzó para salvar al ex consejero del CEP.
Cerca del mediodía ya habían hablado seis senadores, entre ellos, Soledad Alvear, uno de los votos que el gobierno esperaba salvara a Beyer, pero en sus palabras, pese a que no anticipó como votaría pasadas las 21 horas, la ex ministra redujo al mínimo el espacio para el optimismo oficialista. Sí dejó la ventana abierta para que se apruebe un proyecto de ley presentado en 2008 para que las inhabilidades para ejercer cargos públicos, salvo el de ministro, no se le apliquen a Beyer.
La principal oferta del gobierno a la oposición era la misma del martes y la misma del fin de semana: Rechacen la acusación y Beyer renuncia a su cargo al instante. La respuesta opositora era en parte favorable: si renuncia Beyer, rechazamos la acusación, pero que deje su cargo antes de la votación, no después.
En ese contexto, las caras de nerviosismo se multiplicaban en Valparaíso. Daba lo mismo si se era de oposición o de gobierno. Los primeros veían con alarma que el senador del MAS, Alejandro Navarro, no estaba en la sala. Se especulaba con que perdió el vuelo desde Venezuela donde estuvo el fin de semana por las elecciones. Vuelve la calma: Navarro se sienta en su escaño. Desde ahí, y mientras interviene, durante la tarde tiene un altercado verbal con la vocera de gobierno, Cecilia Pérez.
Con Navarro en la sala, las miradas apuntaban al independiente Carlos Bianchi. El senador por Punta Arenas no estaba en el Congreso. Ya se especulaba que sería uno de los 20 votos a favor de la acusación. La presión de los alumnos de la Universidad del Mar de su región, explicaban, sería clave. También se decía que se cuadraría con el oficialismo. Después del almuerzo, Bianchi pasó a ser protagonista de numerosas conversaciones. Una de éstas, a las 19:20 horas con el ministro de la Presidencia, Cristián Larroulet, a puerta cerrada en el comité independiente. A los 5 minutos el secretario de Estado dejó la oficina con una mueca de inescrutable significado. En el cierre de las argumentaciones, Bianchi adelantó lo que después sería un hecho: votó a favor del libelo.
La elección que debe enfrentar en noviembre fue la otra clave para apoyar la destitución de Beyer. Desde la Alianza, en represalia, anunciaron que buscarán el competidor más potente para que junto al diputado Miodrag Marinovic le quiten su plaza.
Los últimos esfuerzos del gobierno se habían dado en la previa del receso de las 14:00 horas. Se sabía que en ese intermedio, los senadores DC tenían su almuerzo en el comedor de la presidencia del Senado, en el cuarto piso del edificio. Ahí decidirían cómo votarían. Estaban todos, salvo Ignacio Walker y Andrés Zaldívar que llegaron 10 minutos atrasados. Este último planteó una vez más la oferta gubernamental de la renuncia de Beyer. Hosaín Sabag, tal vez el más indeciso, apoyó la idea de votar en contra, incluso antes que Beyer renuncie. Sus camaradas le retrucaron que la opción de salvar a Beyer sólo es viable si deja sus funciones lo antes posible y no después de los sufragios.
Según contarían senadores DC una vez terminada la votación, Patricio Walker les dijo en ese momento que votaría en contra del tercer capítulo. Por eso, explicaron después los mismos DC, el senador Eduardo Frei se enfureció con Walker cuando, a pocos metros de él, anunció en la sala que no compartía ninguna de las tres imputaciones a Beyer. No obstante, otras versiones que circularon ayer entre los parlamentarios DC, hablaban de que Walker siempre planteó que tenía dudas y que no estaba convencido de su decisión. Por lo mismo, los senadores DC le pidieron que se diera el tiempo de escuchar las demás intervenciones antes de decidir.
Luego, a las 15:03 y salió Jorge Pizarro para reiniciar la sesión dándole la palabra al PPD Ricardo Lagos Weber. A los 10 minutos después se retiraron del comedor los demás senadores democratacristianos. Los platos quedaron casi tal cual como fueron servidos. En el pasillo Zaldívar retomó el tema de la renuncia con Ximena Rincón. Mientras se sumaba el senador Mariano Ruiz-Esquide, la conversación subía de volumen. La conclusión era una: sólo si Beyer renuncia ahora, estaría el ánimo para echar abajo la acusación.
Al rato, Zaldívar entró a la sala y les planteó lo mismo a los senadores Camilo Escalona y Lagos Weber y les agregó la opción de un compromiso del gobierno para tramitar de forma express una serie de leyes sobre Educación, en especial, para normar el lucro de forma más estricta. La respuesta es negativa. "Los votos PS y PPD son para aprobar la acusación", respondieron.
Con muchísimas más dudas que certeza sobre lo que ocurriría más tarde, Ignacio Walker le advirtió a su hermano Patricio que respetaría su determinación, pero que tenía que estar conciente de que si con su voto se salvaba Beyer, él incluso podía ser sacado de la presidencia DC. Tal vez por eso, una vez que Patricio Walker ratificó su rechazo, casi todos los legisladores que estaban en la sala, se acercaron a Hosaín Sabag para evitar que siguiera los pasos del senador por Aysén.
En uno de los pasillos quedó esperado el pedestal en el que, se supone, a las 19 horas Beyer anunciaría su renuncia. Después de la votación, no lo ocuparía. Rodeado de decenas de periodistas y con lágrimas en los ojos, el ahora ex ministro diría "así como he dado la cara y he estado dispuesto a trabajar quiero que los acusadores den la cara".
Debes saber
¿Qué ha pasado?
El Senado aprobó la acusación constitucional contra Harald Beyer, quien fue destituido del Ministerio de Educación.
¿Cómo se definió el libelo?
Se rechazaron dos capítulos y un tercero, sobre el lucro, fue aprobado por 20 votos contra 18.
¿Qué sanción recibirá Beyer?
El ahora ex ministro queda inhabilitado para ejercer cargos públicos durante los próximos cinco años.
¿Qué ocurre ahora?
El gobierno debe encontrar un reemplazante para Beyer. Así, se designará al cuarto ministro de Educación en la administración e Sebastián Piñera.
Las dudas sobre Rojas, el posible sucesor
Aunque en La Moneda aseguran que el tema de quién será el sucesor de Beyer no se ha discutido en el comité político, sí hay quienes ahondan sobre los puntos a favor y en contra del subsecretario Fernando Rojas, uno de los posibles reemplazantes.
De su lado, dicen, juega su experiencia en materia de educación, pero por el contrario, son varias las voces que se alzan para apuntar a su perfil extremadamente conservador y versiones de los anticuerpos que su figura genera en el ministerio, donde llegó el 11 de marzo de 2010 junto a Joaquín Lavín, a quien conocía desde la Municipalidad de Santiago.
En las últimas designaciones del Ejecutivo se ha aplicado una lógica de elegir funcionarios que ya son parte del gobierno. Ello con el objetivo de no perder tiempo en la recta final del mandato de Sebastián Piñera.
Bajo esa premisa es que hay quienes postulan a Rojas como sucesor desde Beyer.
Otras fuentes, sin embargo, apuntan a que su perfil podría terminar por frustrar el gran salto de su carrera para quedar a la cabeza de uno de los ministerios más complejos para liderar.
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