Tipo de cambio, quo vadis reloaded

Hemos sido testigos de elevada volatilidad en el dólar: desde $470 el 1S13 a $520, regresando rápido a $495, para repuntar hasta $508. ¿Cómo entendemos estos vaivenes y qué esperamos para este activo financiero?
Primero hay que reconocer que el devenir de esta paridad está ligado a la política de la Fed. En un futuro no muy lejano (1S14) la Fed comenzaría a reducir el nivel de estímulo no convencional, marcando el inicio del fin al dólar débil de los últimos años. En el corto plazo es probable que veamos sólo alzas moderadas: una apreciación de un 1% en el DXY es consistente con un Treasury-10 finalizando 2013 entre 2,6% y 2,7%, lo que parece razonable.
El segundo gran factor es la evolución de la política monetaria local. El inicio del ciclo de bajas de TPM es el principal responsable del alza del dólar reciente. El mercado pasó a internalizar con alta probabilidad una TPM que se ubica estable en torno a 4,25% por buena parte de 2014. Una vía de impacto, por paridad descubierta, es la reducción en las expectativas de depreciación del peso, al reducirse el diferencial de tasas con economías desarrolladas. Una vía alternativa, relacionada con la anterior, es el cierre de operaciones de carry trade, hechas al alero de este diferencial. Una TPM a la baja reduce el incentivo de mantener la posición abierta y eleva el tipo de cambio. El cierre de estas apuestas involucra la compra de dólares spot o forward, generando un ciclo que se refuerza a sí mismo: las alzas en el tipo de cambio incentivan el cierre de carry, lo que fortalece el alza cambiaria. A mediados de año este ciclo significó más de US$12.000 millones de cierre de cortos cuando el dólar se elevó de $470 a $520. En este breve plazo tras la RPM hemos visto cierres sólo por US$1.200 millones, pero el desfase de las cifras oficiales nos hacen sospechar que un elevado número de operaciones ya se habrían internalizado en un dólar a $508.
¿Hay más espacio alcista? Consideramos que sí, pero moderado. Gran parte del ajuste en TPM ya se internalizó en el mercado, restando sólo un último aliento bajista en las tasas locales. En ese sentido, una paridad entre $510 y $515 parece razonable como objetivo hacia final de año. El plato fuerte de la depreciación vendrá en 2014, de la mano del cambio en la instancia de política norteamericana.
(*) El autor es analista senior economía & renta Fija BCI Estudios.
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