Venta de Tierra Amarilla se entraba y desata pugna entre socios

Una verdadera guerra se desató entre dos empresas que, hasta hace poco, compartían bastante más que la propiedad de la generadora eléctrica Tierra Amarilla: Southern Cross y South World Business (SWB, ligada a Rodrigo Danús).
La pugna tiene su origen, precisamente, en el activo del que ambos son socios. Hace algunos días se firmó una especie de compromiso de compraventa de los activos de Tierra Amarilla con la filial en Perú de grupo Israel Corp, Inkia Energy. Dicho acuerdo debía materializarse el pasado 30 de noviembre, pero a última hora, según explicaron a PULSO conocedores del proceso, Southern Cross prefirió echar pie atrás.
Las razones de la negativa de última hora no están del todo claras: mientras de un lado se aduce una "condición incumplida" por parte del eventual comprador, de la otra se dice que hubo un resguardo irregular de los intereses de Campanario Generación, empresa con la cual Tierra Amarilla mantiene una deuda con un valor nominal de US$14 millones.
Saldando deudas
En su oferta, Inkia Energy proponía pagar US$4 millones para saldar esa deuda, situación que fue aceptada en primera instancia por el controlador, considerando que, en caso de quiebra, el monto que se podía recuperar podía ser inferior a eso.
Sin embargo, también se señala como eventual causa del fracaso del negocio la llegada de una oferta mejor que la de Inkia. De acuerdo con versiones de prensa, dos compañías estaban pujando por quedarse con el activo: Energía Latina (Enlasa, ligada al empresario Fernando del Sol) y un consorcio conformado por los grupos Said y Claro.
El rol de Danus
¿Dónde entra SWB en esta polémica? Ocurre que la firma, cuya propiedad comparten el gestor de la productora televisiva Broadeyes, Rodrigo Danús, y el ex asesor económico de la campaña presidencial de Marco Enríquez-Ominami, Paul Fontaine, es la representante en Chile de Inkia Energy y la empresa que manejó la propuesta, en el entendido que, bajo su prisma, era la mejor para defender los intereses de todos los accionistas de Tierra Amarilla, más allá de Southern Cross.
Desde Perú, se dice que la pugna podría derivar en Tribunales, aunque en Chile esto es algo que, por ahora, se descarta, según conocedores de la operación, pues los plazos en el acuerdo con Inkia aún no se extinguen.
Sin embargo, cercanos a SWB creen que el tema está lejos de terminar: la polémica entre socios ahora entrará a otro terreno, pues estos últimos creen que Southern Cross no está velando por los derechos de todos los accionistas de Tierra Amarilla, sino sólo de los propios en Campanario Generación, actualmente en proceso de quiebra.
Contactadas ambas compañías, ninguna quiso referirse de forma oficial al tema.
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