Vino y fruta

Más allá del calor, las tardes de terrazas o la temporada de ferias gourmet, el verdadero comienzo de la época estival está marcado por la llegada de las vibrantes frutas del verano. Sin duda, una fuente infinita de posibilidades para preparar refrescantes aperitivos, combinando las riquísimas variedades de nuestros campos con nuestros excelentes vinos.
Sé que no es novedoso comentar que una de mis mezclas favoritas es el conocido - y no siempre bien ponderado - vino con durazno. Aunque el mío no es cualquier vino con durazno, sino que uno preparado con un buen Sauvignon Blanc o un Moscatel seco y duraznos Blanquillos maduros. Acá la clave es la calidad del vino y la madurez de la fruta, pues si la última está un poco menos que en su punto, no tendrá la capacidad de transferir sabor al vino. Si contamos con estos dos ingredientes en su máxima expresión, tendremos la combinación perfecta entre la acidez del vino y el dulzor de los duraznos. Otra fruta para combinar con los blancos es la chirimoya, siempre y cuando se mantengan los mismos principios de calidad.
Los tintos son un poco más duros debido a sus taninos y siempre hay que tener en cuenta que al bajar la temperatura, muchas veces aumenta la sensación tánica. Es por eso que para estas preparaciones prefiero vinos delgados y frescos, como el Pinot o un buen País. En ambos casos, mi opción es combinarlos con frutillas muy maduras. Acá es clave dejar macerar por un par de horas para que el vino se impregne con el dulzor de la fruta y no sea necesario agregar azúcar.
Además de los ingredientes principales (vino y fruta), se puede agregar hielo y azúcar. Respecto al primero, no tengan miedo de añadirlo, aunque siempre con moderación, procurando no diluir en exceso nuestro vino. Por lo mismo, recomiendo prepararlo con unas dos horas de anticipación y mantenerlo refrigerado. En cuanto al azúcar, no la recomiendo, ya que camufla los sabores. Peor aún si se agrega fruta en conserva, por cuanto su almíbar quita protagonismo al sabor original. Finalmente, un ingrediente secreto, que sirve para aumentar el grado alcohólico. Me refiero al pisco, pero eso lo dejo a gusto personal. Yo prefiero solo vino.
Sé que no les estoy dando las más novedosas alternativas, lo que me interesa es que se dejen sorprender por las bondades de una bebida preparada con los mejores ingredientes. Les aseguro una experiencia completamente distinta.
Por último, los más innovadores podrán avezarse combinando frutillas con un Rose de buena acidez, como un Cinsault de Itata. Sin duda, una fabulosa alternativa al consabido vino con fruta.
(*) Gerente Viña De Martino. Wine MBA Bordeaux Management School.
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