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Estaban planeando tener un hijo. El coronavirus complica las cosas

En plena crisis económica y sanitaria producida por la pandemia, muchas parejas que esperaban concebir ahora no tienen claro qué hacer. Para algunas mujeres, la decisión es particularmente difícil.

Crédito: Jennifer Bayers/Pixabay

Holly Smith había planeado tener un tercer bebé. El coronavirus cambió eso.

Smith dice que ella y su marido, quienes ya son padres de una niña de de cuatro años y un varón de un año, habían decidido comenzar a intentar concebir nuevamente en marzo. Pero cuando la familia empezó a recluirse ese mismo mes en su casa de San Diego, producto de la pandemia, la pareja comenzó a tener dudas. Smith dice que siente conflictos sobre la ética de embarazarse cuando los hospitales ya funcionan al límite, además de estar preocupada por la falta de datos sobre los efectos del virus en las embarazadas y los niños no natos. “No necesito respuestas frías y duras para todo, pero en realidad no hay nada”, dice Smith, una experta en conducta infantil.

Aunque tanto Smith y su esposo crecieron con el deseo de tener familias numerosas, la pareja ha acordado posponer los intentos por concebir al menos hasta fines de año, cuando esperan que haya más información sobre el virus. A la edad de 37 años, Smith dice que ella ya hizo las paces con el hecho de que aguardar quizás signifique que su familia ya esté completa.

“Necesitaba una señal de universo que me dijera qué hacer. Y esta es un indicio bastante bueno para detenerse”.

Alysson Jessel

A medida que la pandemia del coronavirus se propaga por Estados Unidos, las mujeres que esperaban embarazarse este año manifiestan dudas sobre qué hacer. Para aquellas que ya están en el último tramo de los 30 años o a inicios de los 40, la elección es particularmente compleja: seguir intentándolo y potencialmente traer un hijo al mundo cuando la economía colapsa y dejar el hogar es peligroso, o dejar de tratar y arriesgarse a perder la que podría ser su última opción de concebir.

Ellas están luchando con interrogantes tanto prácticas como meditativas: ¿Seré capaz de obtener buen tratamiento médico durante este período?, ¿Seguiré teniendo trabajo el próximo mes?, ¿Está mal dar a luz un niño durante una pandemia?

Algunas parejas siguen una línea más filosófica, pensando que sería encantador crear nueva vida en una época de muertes. Otras bromean que un niño nacido durante un boom de nacimientos será afortunado, al tener ventajas en la escuela y el trabajo.

“Da miedo”

Incluso antes de la pandemia, la población de América envejecía y los nacimientos estaban decaían, elevando la preocupación en torno a que en años futuros no habría suficientes trabajadores para dar apoyo a los ancianos y los jubilados. Ahora los economistas esperan que incluso más gente retrase o quizás cancele sus planes de tener hijos al enfrentarse al golpe doble de una crisis sanitaria y un colapso económico.

El coronavirus ha sido duro con las mujeres que ya estaban embarazadas cuando el patógeno llegó. Las oficinas de obstetras y ginecólogos en muchas áreas han tenido que convertir sus citas prenatales en video conferencias. Y muchas mujeres en estados como Nueva York y California han tenido que dar a luz solas, luego que los hospitales dejaran de permitir que sus parejas entraran a las salas de parto.

Sin inmutarse por todo esto, Kelly McElroy, una contratista gubernamental de Alabama, dice que ella y su marido planean seguir intentando tener un segundo hijo.

“Conozco gente que en estos momentos está viviendo un embarazo y da miedo por lo que están pasando. Pero en este punto no es lo suficientemente atemorizante como para que deje de concebir mi familia en la forma en que yo la visualizo”, dice McElroy, de 35 años.

Crédito: Stephanie Pratt/Pixabay

Mientras tanto, Alysson Jessel estaba considerando si tener un tercer bebé cuando el coronavirus tomó la decisión por ella.

“Necesitaba una señal de universo que me dijera qué hacer”, asegura Jessel, una asistente médica de 34 años de Michigan. “Y esta es un indicio bastante bueno para detenerse”.

Algunas parejas no han tenido otra opción más que poner sus planes en pausa. Muchas clínicas de fertilidad han suspendido los tratamientos durante la pandemia.

Pero para aquellos que pueden elegir, la decisión se hace más difícil producto de la falta de información. La investigación sobre cómo el virus afecta el embarazo es escasa y las conclusiones podrían cambiar, especialmente debido a que los tests aún no están disponibles de manera masiva. Además, el virus es tan nuevo que los doctores no han sido capaces de estudiar detalladamente cómo afecta a las mujeres que acaban de embarazarse.

Estudios acotados han examinado a mujeres que ya estaban embarazadas cuando apareció el coronavirus. Hasta ahora, indican que las embarazadas saludables no parecen ser más susceptibles a contraer el Covid-19 o a enfermarse seriamente si se contagian.

Para las mujeres que contraen el virus, existe poca evidencia de que la infección pueda transmitirse de madre a hijo en el útero, aunque la investigación es muy preliminar. Después que un niño nace, los padres pueden pasarle el virus a sus hijos mediante el contacto, lo que implica que los padres infectados quizás deban ser separados de los recién nacidos. Algunas mujeres infectadas han experimentado nacimientos prematuros, pero no está claro si eso fue producto del virus.

Una preocupación más

Los doctores dicen que las mujeres deberían considerar su actual salud física, mental y emocional cuando deciden si empezar una familia o añadir un miembro más durante los tiempos que corren.

“Para algunas personas quizás la situación sea del tipo ‘Deseo desesperadamente tener un bebé. Tengo 38 años y si espero otro año y mi fertilidad decae nunca me lo perdonaré’. Y alguien más podría decir ‘Tengo 34, estoy en gran forma, he tenido períodos menstruales de manera regular toda mi vida, me sentiré OK si pospongo esto por uno año’”, dice la doctora Jeanne Conry, presidenta electa de la Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia (FIGO).

Bree Giddings y su esposo siguen intentando concebir un hermano para su hijo de 15 meses. Con 36 años, ella no siente que tenga tiempo para esperar. Ella piensa que podría pasar un año o más hasta que llegué otro bebé y espera que para entonces ya existan mejores tratamientos contra el Covid-19 o, tal vez, incluso una vacuna.

Giddings, una enfermera de un hospital en Colorado que trabaja con víctimas de accidentes cerebrovasculares, ha analizado muchos de los escenarios posibles al tener un bebé durante una pandemia. Su marido se decepcionaría si no pudiera entrar a la sala de parto. A los padres de ella se les rompería el corazón si no pudieran conocer a su nieto de inmediato. Pero los embarazos, dice Giddings, son difíciles sin importar qué ocurra.

“Cada día surge algo que te hace preocupar”, asegura ella. “Y la realidad es que en cualquier momento del embarazo algo puede salir mal. Esto es solo otra cosa más”.

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