Estas son las tres estrategias alternativas que mejoran la sobrevida de los pacientes con cáncer

Estas son las 3 estrategias alternativas que mejoran la sobrevida de los pacientes con cáncer

El cáncer es la primera causa de muerte en el país y se espera que para el año 2040 hayan 94 mil nuevos casos. De la mano con los tratamientos convencionales, existen otras estrategias que pueden mejorar significativamente la calidad de vida y la supervivencia de los pacientes.


Poco antes de que la pandemia del Covid-19 captara la atención mundial, en Chile se produjo un cambio silencioso pero significativo en las estadísticas de salud: el cáncer se convirtió en la principal causa de muerte en el país.

Recibir un diagnóstico de cáncer cambia la vida y cada vez son más las personas y jóvenes que se enfrentan a esta cruda realidad. El cáncer puede causar una variedad de preocupaciones sobre la salud en curso y aunque muchos tipos de cáncer pueden ser tratados eficazmente mediante cirugía, radioterapia o quimioterapia si se detectan tempranamente, también existen estrategias complementarias que pueden mejorar significativamente la calidad de vida y la supervivencia de los pacientes.

Estas son las 3 estrategias alternativas que mejoran la sobrevida de los pacientes con cáncer

El cáncer es una enfermedad crónica no transmisible, producida por un descontrol en el crecimiento normal de las células en el organismo y que, en etapas avanzadas de la enfermedad, se pueden multiplicar e invadir tejidos cercanos y distantes, lo que se denomina metástasis.

El último informe del Departamento de Estadísticas e Información en Salud del Ministerio de Salud (DEIS) muestra que anualmente cerca de 28.000 personas fallecen a causa del cáncer. Las estimaciones de la Asociación Internacional para la Investigación del Cáncer (AIRC) son aún más alarmantes, proyectando que para 2040 las muertes por cáncer alcanzarán las 55.000 y los nuevos casos diagnosticados llegarán a 94.800, lo que representa un aumento del 77,6% en los próximos 19 años.

Además de las terapias convencionales para tratar el cáncer, existen otras estrategias de apoyo complementario que pueden ayudar a mejorar los resultados del tratamiento de los pacientes con cáncer ya sea en su calidad de vida, supervivencia y la experiencia de la persona durante el proceso.

Estas tres estrategias claves pueden ayudar a mejorar el tratamiento de los pacientes con cáncer

1. Ejercicio físico: una forma potente de medicina

El ejercicio físico, adaptado a las condiciones de salud del paciente, se está reconociendo cada vez más como una forma efectiva de mejorar los resultados para los pacientes con cáncer. Según explica Science Alert, este enfoque terapéutico estimula el sistema inmunológico al aumentar la cantidad de células inmunes que combaten el cáncer, tanto en la circulación sanguínea como en el tejido tumoral, identificando y eliminando las células cancerosas.

El ejercicio regular puede ayudar a mejorar el bienestar general y la calidad de vida de los pacientes con cáncer. Esto incluye la reducción de la fatiga, el alivio del estrés y la ansiedad, y la mejora del estado de ánimo y la autoestima.

La fatiga es un síntoma común entre los pacientes con cáncer, especialmente durante y después del tratamiento. El ejercicio, incluso en niveles moderados, ha demostrado ser efectivo en la reducción de la fatiga, ayudando a los pacientes a mantener su energía y funcionalidad.

Además, el ejercicio promueve la liberación de moléculas de señalización llamadas miocinas, que están unidas al músculo esquelético, que no solo fortalecen la respuesta inmune, sino que también ralentizan el crecimiento de las células cancerosas y promueven su muerte celular. Mientras mayor es la masa muscular, mayor es la cantidad de mioquinas que se liberan, incluso cuando una persona está en reposo.

El ejercicio físico también ayuda a reducir los efectos secundarios del tratamiento del cáncer, como la fatiga, la pérdida de masa muscular y ósea, y el aumento de grasa. También disminuye el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas como enfermedades cardíacas y diabetes tipo 2, al tiempo que contribuye a mantener o mejorar la calidad de vida y la salud mental de los pacientes con cáncer.

La investigación emergente sugiere que el ejercicio puede potenciar la efectividad de tratamientos convencionales como la quimioterapia y la radioterapia. Asimismo, prepara a los pacientes para la cirugía al mejorar la aptitud cardiorrespiratoria, reducir la inflamación sistémica, aumentar la masa muscular, la fuerza y la función física, y facilita la rehabilitación postoperatoria.

El ejercicio regular puede ayudar a reducir el riesgo de recurrencia del cáncer. Esto puede deberse a una combinación de factores, como la mejora de la función inmunológica, la reducción de la inflamación y la regulación de las hormonas relacionadas con el crecimiento del cáncer.

Estos beneficios combinados explican por qué los pacientes con cáncer que mantienen una actividad física regular experimentan resultados de supervivencia significativamente mejores, con un riesgo relativo de muerte por cáncer reducido hasta en un 40% a 50% en comparación con aquellos que son menos activos.

2. Psico-oncología: un enfoque multidisciplinario

El diagnóstico y tratamiento del cáncer pueden ser extremadamente estresantes. La psico-oncología proporciona estrategias para gestionar el estrés y la ansiedad, lo que puede mejorar el bienestar emocional y físico de los pacientes. Técnicas como la terapia cognitivo-conductual (TCC) y la meditación guiada son herramientas comunes.

Este enfoque desempeña un papel crucial al abordar los aspectos psicológicos, sociales, conductuales y emocionales tanto del paciente como de sus cuidadores y familiares. Tiene como objetivo mantener o mejorar la calidad de vida y la salud mental del paciente, abordando el malestar emocional, la ansiedad, la depresión, la salud sexual, las estrategias de afrontamiento, la identidad personal y las relaciones.

Al apoyar la calidad de vida y la felicidad del paciente, la psicooncología no solo tiene un impacto positivo en el bienestar emocional, sino que también puede influir en la salud física del paciente, su respuesta al ejercicio físico, su resiliencia a las enfermedades y tratamientos.

La adherencia al tratamiento es fundamental para el éxito del mismo. Los pacientes que reciben apoyo psicológico tienden a seguir mejor las indicaciones médicas y completar sus tratamientos, lo que puede conducir a mejores resultados clínicos.

La psico-oncología ayuda a los pacientes a desarrollar habilidades de afrontamiento y resiliencia para manejar los desafíos de vivir con cáncer. Esto incluye técnicas para enfrentar el dolor, la incertidumbre y los cambios en la vida diaria.

Se ha observado que altos niveles de angustia o ansiedad pueden desencadenar respuestas fisiológicas de estrés que favorecen la progresión del cáncer a través de mecanismos hormonales e inflamatorios. Por lo tanto, es fundamental brindar apoyo a la salud mental del paciente para mejorar los resultados en el tratamiento del cáncer y promover un entorno interno que favorezca la recuperación y el bienestar integral del paciente.

3. Dieta: un componente crucial del cuidado de apoyo

Una dieta saludable puede fortalecer el cuerpo para luchar contra el cáncer y ayudar a tolerar y recuperarse de los tratamientos médicos o quirúrgicos. Una dieta rica en nutrientes esenciales ayuda a mantener la energía y la fuerza del paciente. Esto es particularmente importante durante los tratamientos de cáncer, como la quimioterapia y la radioterapia, que pueden causar fatiga extrema y debilidad. Al consumir alimentos nutritivos, los pacientes pueden mejorar su resistencia y capacidad para sobrellevar los tratamientos.

Una alimentación equilibrada fortalece el sistema inmunológico, lo cual es vital para los pacientes con cáncer. Un sistema inmunológico fuerte puede ayudar a combatir infecciones y a responder mejor a los tratamientos. Nutrientes como las vitaminas A, C y E, y minerales como el zinc y el selenio, juegan un papel importante en la función inmunológica.

Alimentación

Algunos alimentos tienen propiedades antiinflamatorias que pueden ser beneficiosas para los pacientes con cáncer. La inflamación crea un entorno más hospitalario para las células cancerosas, por lo que una dieta que reduzca la inflamación y el exceso de grasa puede ser beneficiosa. Esto generalmente implica evitar alimentos procesados y consumir alimentos antiinflamatorios como frutas, verduras, pescado graso y nueces puede ayudar a reducir la inflamación y mejorar la salud general del paciente.

La desnutrición y la caquexia (una forma extrema de pérdida de peso y músculo) son comunes en pacientes con cáncer, especialmente en etapas avanzadas. Una dieta rica en proteínas, calorías y nutrientes esenciales puede prevenir estas condiciones, manteniendo la masa muscular y el peso corporal, lo cual es crucial para la recuperación y la calidad de vida.

El mantenimiento de un peso saludable es fundamental para los pacientes con cáncer. La obesidad se asocia con un mayor riesgo de recurrencia y una peor prognosis en varios tipos de cáncer. Por otro lado, un peso excesivamente bajo puede debilitar al paciente y dificultar la recuperación. Una dieta balanceada ayuda a mantener un peso corporal adecuado, optimizando así los resultados del tratamiento.

Una buena nutrición también puede tener un impacto positivo en la salud mental de los pacientes con cáncer. Nutrientes como los ácidos grasos omega-3, las vitaminas del complejo B y el magnesio están relacionados con la mejora del estado de ánimo y la reducción de la ansiedad y la depresión, ayudando a los pacientes a enfrentar mejor los desafíos emocionales de la enfermedad.

Algunos estudios sugieren que una dieta equilibrada puede influir en la supervivencia de los pacientes con cáncer. Aunque la dieta por sí sola no puede curar el cáncer, una alimentación adecuada puede complementar los tratamientos médicos y contribuir a mejores resultados a largo plazo.

En resumen, el ejercicio físico, la psico-oncología y la dieta son herramientas fundamentales en el cuidado de apoyo para los pacientes con cáncer, y pueden mejorar significativamente los resultados cuando se utilizan en combinación con tratamientos médicos.

Aunque ninguno de estos “cure” el cáncer por si solo, integrar estas prácticas en un plan de tratamiento integral no solo optimiza la salud física, sino que también apoya el bienestar emocional y mental, proporcionando a los pacientes con cáncer una base más sólida para enfrentar la enfermedad y mejorar sus perspectivas a largo plazo. Este enfoque holístico subraya la importancia de tratar al paciente de manera integral, considerando todos los aspectos de su salud y bienestar para lograr los mejores resultados posibles.

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