¿Por qué nos seducen las décadas y dividimos la vida en ellas?

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Si la nueva década se inicia el próximo año o hay que esperar hasta el 2021, es un tema en discusión. Pero lo que sí queda claro, es que la medida de 10 años es un parámetro para analizar no solo los procesos individuales, sino también colectivos. Entrega certezas, posee un toque atractivo de nostalgia y permite hacer cambios.


Si la nueva década se inicia el próximo año o hay que esperar hasta el 2021, es un tema que está en debate. Una discusión similar se dio en 1999, y hoy hasta la RAE entró a mediar sobre ese punto. Pero lo que sí está claro, es que el regirnos por décadas tiene una fascinación que hace que también nuestras vidas las dividamos simbólicamente en ellas.

Ese orden esquemático de diez años, dice la psicología, da una medida previsible. Son los llamados "esquemas" o mapas mentales, que nos dan una idea de qué esperar y entregan certezas.

La incertidumbre es la mayor parte del tiempo, la tónica de la vida, aunque pensemos lo contrario. No existen certezas sobre el clima, tampoco sobre cuánto tiempo se vivirá y menos sobre cómo actuarán otras personas en una situación dada. Pero sí sabemos cuánto dura una década. La incertidumbre se reduce.

Muchas investigaciones  muestran que es natural el deseo o búsqueda de sentir cierto control en la vida y que, cuando lo hacemos, es bueno para nuestro bienestar. En un trabajo publicado en noviembre último el la revista Frontiers in Psychology, se indica que las personas generalmente encuentran que la incertidumbre es aversiva.

Incluso existe disposición a pagar para reducir la incertidumbre. Eso sí, existen algunas circunstancias en que la incertidumbre se vuelve atractiva, como al ver una película o en los juegos de azar. "De hecho, eliminar la incertidumbre de estas actividades parece reducir el disfrute (por ejemplo, spoilers de películas o historias)", dice el estudio.

Mariano Ruperthuz, psicólogo e historiador, académico de la Universidad Diego Portales, indica que existe una tendencia natural de los sujetos a historizarse por décadas, tanto su vida, como la de los países. Los historiadores, en cambio, lo hacen de otra manera. "El despertar social de Chile de ahora, marca el fin de los noventa, el fin de la transición", explica.

Nostalgia

Si la posibilidad de encasillar los años en décadas, da algo de certeza, el hablar de que existen ciertas "favoritas", se debe en gran medida al poder de la nostalgia: sentir que todo tiempo pasado fue mejor.

El término fue usado por primera vez por un médico del ejército suizo del siglo XVII que explicó la frágil salud mental y física de algunas tropas por su deseo de regresar a casa, nostos en griego y algos por el dolor que acompañaba a pensar en ello. Los soldados se debilitaban al pensar en lo que habían perdido, la paz, felicidad, seres queridos.

Ya lejos de esa connotación de enfermedad, la nostalgia es un tema de investigación que abarca la sociología y las ciencias políticas, así como la psicología. Del mismo modo en la literatura popular de la Edad Media había un era un anhelo por la edad de oro de Camelot, o en el renacimiento se rescató la cultura grecolatina. Ahora se habla de décadas doradas a las presentes en la era moderna. Algo que la cultura popular sabe y utiliza.

Lo vimos en Volver al Futuro, en 1985, cuando Marty McFly era transportado con chaleco de plumas de ganso, Walkman y todo, a 1955. Una tendencia hacia los años 50 que ha rescatado la moda, hasta el día de hoy.

Un anhelo de nostalgia que también se da con la década de los 80. Lo vimos este año con series de televisión como Stranger Things, y la serie Chernobyl de HBO, que tuvieron mucho éxito y que recurren a la temática e historias de esa década. Canal 13 anunció el regreso de la serie "Los 80" a sus pantallas el próximo 2 de enero, producción también tuvo muy buena recepción.

Lo que esas series buscan, no solo es ayudar a mirar atrás, dice Ruperthuz, sino que permiten poder analizar o resignificar épocas, lo que no se pudo hacer porque se estaba viviendo ese momento. "Se necesita esa perspectiva para elaborar ese sentir, porque somos sujetos de memoria", aclara.

Para el historiador de la Universidad Católica Sergio Durán, autor del libro Ríe cuando todos estén triste: La televisión chilena en dictadura, esa fuerte vinculación con los 80, que la hace ser una narración recurrente, es porque representa la última década del siglo XX en que la utopía y confianza en el futuro estaba presente. Pero esa idea se perdió en el siglo XXI y tuvo como última etapa palpable de ese concepto los 80. "Con fin de la Guerra Fría, a fines de los 80, se pierde esta idea del futuro presente en todo el siglo XX", destacó Durán en entrevista a Qué Pasa.

La nostalgia por otras década hace referencia a una experiencia emocional positiva, recuerdos placenteros de épocas como la niñez o juventud. Por eso, si para algunas personas la mejor década es los 80, hay quienes indican que fueron los 90.

Constantine Sedikides, psicólogo social experto en el tema de la nostalgia, de la Universidad de Southampton (EE.UU.) indica que el efecto de la nostalgia es importante, porque impulsa la empatía y la conexión social. Dice además, que es un potente antídoto interno para la soledad y la alienación y habla de ella como el "político interno perfecto, conectando el pasado con el presente, apuntando optimistamente hacia el futuro", un estado mental "absolutamente central para la experiencia humana".

En ese sentido, también es una necesidad al fin de un ciclo, como una década, hacer resúmenes, agrega Ruperthuz. "Necesitamos hacer esos resúmenes, es súper necesario para establecer aprendizajes, para hacer evaluaciones y para buscar sentido. El proceso de terapia hace eso, si no lo hiciéramos, sería vivir una vida en modo automático".

"Hacer estos balances es muy necesario, es muy benéfico, pero tampoco es mágico,  involucra un protagonismo personal y colectivo, porque hay balances que son personales y otros que son familiares, sociales. El balance permite reflexionar, ayuda a que la gente se estimule a pensarse a sí mismos, de qué ha sido de ellos, y de nosotros, porque sino, son solo ejercicios individuales en que la gente tiene que superarse como en un ejercicio de coaching", indica Ruperthuz.

Los números redondos, dice Ruperthuz, como el año 2020, se ven como un cambio de fase. En términos más colectivos las décadas marcan una cierta sensación de cambio, pero otra cosa es el verdadero cambio. "Ahora nos metimos recién en el siglo XXI, termina la larga transición y ahora la gente es la protagonista, y eso marcó el 19, lo vamos a vivir con más fuerza el 20".

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