Gutenberg Martínez oficializa su salida de la DC: "Lo más fácil era quedarme"

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Una semana después de que su esposa, la excanciller Soledad Alvear, anunciara el término de su militancia en la DC, Martínez pone fin a su propio proceso de reflexión y sigue sus pasos. "Asumo todas mis responsabilidades en la historia común (...); ahora me interesa ayudar a construir un nuevo espacio", afirma.


Fueron varios los llamados que recibió en los últimos días Gutenberg Martínez. El domingo pasado, en Reportajes, su esposa, la excanciller Soledad Alvear, anunció su renuncia a la DC tras 50 años de militancia. La pregunta era obligada: ¿Seguiría sus pasos? "Ayer (sábado 28) cumplí con formalizar mi retiro del PDC", responde al tiempo que sostiene que fue una decisión que le "costó mucho".

¿Por qué no quedarse en la DC y dar "la pelea por dentro", como algunos han señalado?

Porque esas peleas ya se ha comprobado que no llegan a nada. Los temas no se definen y se postergan, y al final se sigue en lo mismo. Años atrás, junto a un pequeño grupo de camaradas, diseñamos un plan estratégico para la DC a 10 años plazo. Se aprobó con aplausos y por unanimidad. Lamentablemente, nunca se implementó. Lo que queremos es construir a partir de nuestra inspiración y no seguir "peleando".

¿Se siente tranquilo con su decisión?

Son decisiones difíciles, que nunca son de un 100%. Es complicado y muy duro. La historia común, tantas amistades y luchas que hemos dado entre tantos. En el partido, sus militantes y dirigentes son gente buena. Para llegar a esto le he dado vueltas y vueltas. Lo más fácil era quedarme. Pero siento un compromiso vital por la presencia desmedrada de las propuestas humanistas en el país y en ese desafío deseo ayudar a tanto joven que ya se ha ido del partido a crear algo nuevo en este proceso que hemos denominado una superación en positivo.

No son pocos los que sostienen que irse en período de crisis es más fácil...

Si uno se fuera para la casa sería probablemente más fácil, pero en nuestro caso, la salida es para ayudar a constituir algo nuevo. Y eso es un trabajo gigantesco: de organización, de captación, de estructuración, de recorrer el país. Quedarse en un medio que uno ya conoce y en el que, por lo tanto, se desplaza con facilidad, no es innovar en lo que uno está haciendo. Por lo tanto, es más fácil quedarse, porque es lo que haces habitualmente.

Varias de las figuras DC que habían manifestado incomodidad con el rumbo del partido -como Jorge Burgos, Edmundo Pérez Yoma, Ignacio Walker, Genaro Arriagada- reafirmaron su convicción de quedarse militando. ¿Qué le genera eso?

La decisión de retirarse es dura, difícil y dolorosa. Y es enteramente respetable que otros amigos piensen que tiene lógica seguir militando en el partido. A ellos les deseo el mejor de los éxitos en la decisión adoptada.

Se podría pensar que su decisión es -más bien- solitaria y que, por lo mismo, tiene menor impacto que el que usted mismo esperó...

En esta decisión no hay cálculos de impacto, hay un convencimiento muy madurado sobre el curso a seguir. Hoy estamos dejando desocupado el campo del centro, de la moderación y del cambio responsable. Evadir las definiciones o postergarlas al final agravan las cosas. Hay un reguero diario de personas que se salen del partido y hay un mundo que se alejó de nosotros, nuestro deseo es interpretar e integrar a aquellos. No nos sentimos solos y lo central es que tomamos una decisión en conciencia.

¿Le ha sorprendido la virulencia de algunas de las críticas que han recibido -con Alvear- en estos días en que se conoce su partida?

Sí, me ha sorprendido porque siempre hemos dicho que los partidos son unas asociaciones voluntarias y lo que uno está haciendo es hacer uso de su libertad, de mi libertad. Y, además, lo hemos hecho sin ninguna agresión; muy por el contrario, deseándole lo mejor para la DC. Y lo reitero. Por lo tanto, me ha sorprendido. Creo que eso es un poco una muestra de los problemas de falta de tolerancia o amistad cívica que vive el país, que también se transmiten a este otro tipo de realidad.

¿Cuál es su enjuiciamiento a la DC? Debe ser muy crítico para decidir algo así...

Soy parte de la historia del PDC y de la Concertación, tanto en las grandes cosas que se han hecho como también en sus errores. Y defenderé sus obras siempre. Ahora, al alejarme del partido, no me corresponde inmiscuirme en su vida interna. Por lo demás, se conoce lo que han sido mis juicios políticos emitidos con anterioridad y durante varios años.

Han hablado de crear un movimiento... ¿cómo sería este?

Hay que verlo entre quienes lo conformemos. Un movimiento liderado por jóvenes que asuma los desafíos y signos de este tiempo, que no se organice como algo tradicional, por el contrario, algo muy moderno, dinámico y creador. Un lugar en que la reflexión y creación de pensamiento le sean característicos. Que practique la lectura de lo clásico junto a los aportes del humanismo contemporáneo y que también recoja otros aportes que enriquezcan su visión. Un espacio con capacidad programática y que pueda ir reuniendo a los mejores. Una entidad que privilegie su relación con la sociedad y las personas. Un movimiento situado en la cultura del encuentro.

¿Cual sería su contenido?

Eso habrá que definirlo entre quienes se incorporen a este movimiento. A partir de los principios del humanismo cristiano, este debería incorporar el concepto y compromiso con la democracia, con su promoción, profundización y perfeccionamiento, que es fundamental. Su adhesión a esta democracia y a la vigencia y defensa de los derechos humanos en todo tiempo y lugar. La búsqueda de la justicia social a través del crecimiento con equidad, ambos juntos y a la vez, donde el Estado y el mercado deben ser instrumentos de esos objetivos y no fines idolatrados. Un desarrollo humano y sustentable. Una voluntad expresa de mejorar y reformar la política. Una concepción de lo internacional que integre lo anterior. Bueno, esto puede ser más largo.

¿Siente que se va derrotado de la DC?

No, para nada. Yo creo que en el partido siempre he tenido mucho espacio: ganando, perdiendo las tesis o lo que fuera. Y en este tiempo de reflexión, he recibido mucha consideración, la cual reconozco y agradezco. De la directiva, de dirigentes que están en desacuerdo conmigo, obviamente los que están de acuerdo. No, ningún problema de espacios, ni de derrota..., sino que, como no busco situaciones de poder, ninguna, y hace ya más de 10 años o más que no las tengo ni las practico, lo que me importa es la vigencia en la escena política nacional del ideal DC. Y lo que veo con preocupación es su deterioro, con tendencia a desaparecer. Y por eso es que tomamos esta decisión, que es una decisión difícil, porque romper... bueno, no es romper, la historia también es nuestra, y esa historia la vamos a reivindicar. Pero es salir de una familia que ha estado un poco mal, pero familia al fin.

¿Qué les dice a quienes sostienen que su salida era esperable porque ya no tiene la fuerza interna de antaño para que sus posiciones se impongan?

Las críticas y la suposición de intenciones es parte de algunas reacciones. Eso es parte de la vida. Lo de fondo es que la crisis de los partidos es multiorgánica. En ellos el principio democrático para resolver diferencias no se acepta. El que gana no gana y el que pierde no pierde. Las estructuras del pasado no responden al presente y a la exigencia ciudadana. La estructura del poder en la sociedad moderna ya no es y, sobre todo, no será vertical, sino que horizontal. La forma de la comunicación y el modo de darle contenido a esta es algo completamente nuevo. El relativismo llevado al nivel doctrinario genera confusión, en un mundo que pide precisión. Son estos los temas de fondo de los que debemos preocuparnos.

Dirigentes como Jorge Pizarro, Francisco Huenchumilla y Andrés Zaldívar lo han criticado apuntando a su responsabilidad en la actual situación de la DC...

No participaré en ninguna polémica con mis amigos dirigentes del PDC. Asumo todas mis responsabilidades en la historia común. Yo con esto doy vuelta la página. En todo caso, es precisamente la falta de acuerdo sobre los diagnósticos, los problemas y disyuntivas y cómo resolverlos, junto al deterioro de la convivencia y fraternidad, lo que ha sido una de nuestras parálisis o crisis. Ahora, me interesa ayudar a construir un espacio, un lugar de encuentro donde la fraternidad y el espíritu de comunidad sean una de sus características.

La crisis se produce por la derrota electoral de Carolina Goic y sus parlamentarios. ¿Se siente responsable de aquello?

En el último Consejo Ampliado, hubo acuerdo que nuestros problemas vienen de antes de las últimas elecciones, estas lo agravaron y los hicieron mas patentes. Concurri y respalde con todo la candidatura de Carolina Goic , la que fue un gran acierto y una gran decisión de independencia y reposicionamiento. Sabíamos que eso podía implicar un costo electoral, pero que había que afrontarlo. Desgraciadamente no conto con el respaldo interno que debió tener, pese al notable esfuerzo de Carolina.

¿Cree que en Chile hay espacio para el centro?

Los estudios de opinión, a diferencia de lo que normalmente algunos dicen, expresa que lo que crece es el espacio del centro y de los independientes. Espero que podamos incorporar a muchos jóvenes y representar a tantos que han dejado de votar por el PDC. Y a tantos que no comparten la polarización y que aquilatan los peligros de esta. Además, la cierta proporcionalidad del nuevo sistema electoral también otorga una mayor oportunidad.

¿Por qué esa necesidad de potenciar la identidad?

Mi convicción es que el humanismo cristiano tiene el deber de aportar de acuerdo a su deber ser, al debate nacional. Nuestras sociedades necesitan preocuparse más de las personas y de las comunidades. Hay mucho individualismo y estructuralismo. Demasiado. Se requiere humanizar la sociedad y sus procesos. Para hacer eso se requiere no renunciar a la identidad y, muy por el contrario, actuar sin complejos.

¿Qué les dice a aquellos que señalan que está haciendo una suerte de lobby para irse con más gente de la DC?

Hemos sido extremadamente respetuosos. He sido invitado a muchas asambleas y reuniones en estos períodos de reflexión, para ir a dar a conocer mi opinión, mis dudas. Y solo acepté ir a una reunión en febrero. Las decisiones son personales, personalísimas. Nosotros no queremos hacerle daño al partido en el cual hemos vivido tanto tiempo. Tampoco podemos limitarnos a irnos a la casa, cuando lo que queremos, precisamente, es formar algo nuevo para, en nuestra perspectiva, salvar la presencia del ideario DC.

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