Andrés Chadwick y la sombra de Guzmán
A 20 años del asesinato de Jaime Guzmán, uno de sus seguidores más cercanos -y marcado por su influencia- comenta sus diferencias con su partido, habla del impacto de la depresión que lo tuvo postrado por meses y revela una conversación inédita con el fundador de la UDI, días antes de su muerte, en la que éste le anunció que planeaba retirarse del Senado e ingresar a un convento para dedicarse a la vida religiosa. <br>
Jaime Guzmán era el líder más improbable que podría haber tenido Andrés Chadwick. El izquierdista entró a estudiar Derecho en 1974 a la Universidad Católica sólo porque su polola (y actual mujer, María Victoria Costa) lo convenció de revocar su inscripción en la Universidad de Chile. No quería, paradojalmente, que se metiera más en política. "Ir a la UC era meterme a la boca del lobo, a convivir con los gremialistas, en donde estaban los partidarios de Pinochet, al reducto símbolo de la lucha contra Allende", recuerda. Fue entonces cuando una de las figuras que más rechazo le provocaban (desde que lo veía en "A esta hora se improvisa") se le acercó, en su primer día de clases. Yo te ubico, tenemos algunos amigos en común, le dijo Jaime Guzmán, su profesor de Derecho Político. Sé que tú piensas distinto a mí y que tienes simpatía por el gobierno de Allende, pero te quiero decir que tú en esta clase tendrás total libertad y respeto. Te quiero incentivar a que participes, a que des tu opinión y que nunca te sientas restringido. Y ante cualquier problema que tengas, me lo digas de inmediato, porque me interesa que todos mis alumnos se sientan cómodos en clases.
Fue el inicio de una amistad que para Chadwick también implicaría una conversión, y que marcaría el resto de su vida.
Hay dos diálogos claves en un camino que terminó de golpe. El primero, en 1977, un domingo en la noche, cuando Chadwick le dijo: "Me he ido convenciendo con tu compromiso y me has mostrado un camino que me interesa recorrer". Guzmán le contestó que empezarían a trabajar juntos, que no sería fácil, que debía ser fuerte porque cambiar de posición genera incomodidades. El segundo fue en 1991, cuando el fundador del gremialismo le anunció que abandonaría el Senado para vivir una vida religiosa en un convento.
Después de la primera conversación, Chadwick se convirtió en presidente de Derecho y luego de la FEUC. Después de la segunda, Guzmán fue asesinado.
Y Andrés Chadwick se queda pensando en esto de las renuncias. Del camino y lo que quedó a un lado. Se acuerda, por ejemplo, de esa beca que consiguió para estudiar en Estados Unidos, cuando estaba a punto de titularse, recién casado. "Feliz, voy y le cuento a Jaime. Y me dice que no, que eso puede esperar, que tenemos que seguir trabajando juntos", cuenta. Hay que construir un proyecto de largo aliento, que va más allá del movimiento gremial. Hay que empezar a sentar las bases en el país para un movimiento propio. Y me dice: yo necesito hacer este trabajo contigo y un par de personas más que estén dispuestas a sacrificios y renuncias importantes. Los otros eran Pablo Longueira y Luis Cordero, recuerda. "Yo cambié el switch. Ok: démosle", le dije.
"Ahí me dice que quiere conversar muy a fondo conmigo, que soy la primera persona en saberlo, y me pide ayuda: 'Andrés, tengo una decisión tomada. Dejaré el Senado y me retiraré de la política". (...) "Le pregunté de nuevo: ¿Qué vas a hacer, Jaime?. Y me respondió: 'Me quiero ir a vivir a un convento, quiero hacer una vida de convento y separarme de la vida mundana'".
- ¿Perdió la beca?
- Cosa de la cual hasta hoy echo de menos. No fue fácil, recuerdo que era el boom de los años 80 y yo veía que todos mis amigos agarraban pegas estupendas o se iban a estudiar afuera. Yo, en cambio, me dediqué a hacer clases en la UC y a recorrer el país con Jaime. Arrendamos una oficina en la calle Livingstone, junto a la Embajada de Argentina, y desde ahí empezamos a formar el departamento poblacional. También existían muchos requerimientos para integrarse al gobierno: alcaldías, jefaturas de servicios, etcétera. Pero Jaime nos dijo a mí y a Pablo: Ustedes no deben ingresar al gobierno. Lo que vamos a formar debe ser con cuerda propia.
Hoy, a 20 años de la muerte de Guzmán -el 1 de abril de 1991-, el senador mira hacia atrás y ve cómo él y su partido han cambiado. El parlamentario se encuentra hoy preparando un documento que busca aglutinar a la UDI e influir más en el gobierno de Sebastián Piñera. "Juan Antonio (Coloma), yo, Pablo y Jovino (Novoa) nunca hemos pensado lo mismo, pero siempre habíamos tenido la capacidad de trabajar como equipo. Eso, se dispersó en el tiempo. Por ello, Juan Antonio nos ha pedido reconstruir ese equipo (llamado los coroneles), pero con un objetivo distinto. No para conducir el partido, sino para transmitir lo que creemos y abordar nuevos desafíos".
El retiro que no fue
Las vacaciones serían en México. Viajarían todos juntos: Andrés Chadwick, su mujer, sus hijos y Jaime Guzmán. Era febrero de 1991, y el senador estaba entusiasmado con el plan de viajar junto a la familia de su ex alumno. Meticuloso como era, Guzmán tenía planeadas las actividades del periplo, las rutas que recorrerían, las visitas. Pero Chadwick debió cancelar el viaje a última hora, comenta, porque tuvo un problema con uno de sus hijos. "Voy a tener que partir a Viña no más", contestó Guzmán, resignado.
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