Marca registrada
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Hubo un momento en que el mejor futbolista del mundo se vio en problemas económicos. No habían pasado dos años de su primer retiro. Edson Arantes do Nascimento -Pelé- tomó una decisión a la cual se había negado durante toda su excepcional carrera: jugar por un club distinto a su querido Santos. Su destino era una liga que no lograba despegar y un club del cual el mundo nunca había escuchado.
Pero lo que compró el Cosmos de Estados Unidos en 1975 no fue un futbolista retirado, obligado a trabajar por dinero, sino un nombre: Pelé. Una marca que valía más que lo que ese jugador podía dar en la cancha. Fue el inicio de una nueva era para él y para todos.
Así nació el Pelé empresario, por instinto y necesidad, a diferencia de los ídolos deportivos que vendrían después, que buscan rentabilizar sus riquezas generadas en el campo de juego. El ídolo brasilero inventó un camino que no existía.
A 34 años de su retiro definitivo, y tras un recorrido irregular por el mundo de los negocios, hoy se propone un desafío que aún ningún deportista ha logrado. Que su marca perdure más allá de su muerte. A los 70 años Pelé puede volver a ser un pionero.
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