Columna de sismología: El fin de semana del Nevados de Chillán

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El Nevados de Chillán tuvo 3 importantes explosiones durante este fin de semana largo. Esto ha llamado la atención de muchos lados, y ha generado preocupación. En esta columna les cuento qué pasó en detalle, y cómo llegamos acá.


Ya llevamos dos años y medio de crisis eruptiva en el Nevados de Chillán. Durante todo este tiempo el complejo volcánico ha generado una gran cantidad de explosiones pequeñas y esporádicas, que han ido variando levemente en su naturaleza. Este volcán es el único de todo el país que está en alerta naranja, y cada cierto tiempo se ha tomado los medios de comunicación. Pero en particular este fin de semana hizo bastante ruido, con tres explosiones muy grandes. ¿Es esta la gran erupción que armaba el peor escenario? Veamos.

El Nevados de Chillán es un complejo volcánico muy peculiar. Está formado por varios conos, que han ido naciendo con nuevas erupciones, cuya antigüedad se ve reflejada en los nombres: el cono que hizo erupción hasta 1906 fue el Volcán Viejo, y el que se formó después del terremoto de Valparaíso en 1906 fue el Volcán Nuevo. Durante los años 1973 y 1986 hubo muchas explosiones en el flanco noreste del Volcán Nuevo, que formaron el llamado Volcán Arrau. Y más adelante al volcán le fueron saliendo más cráteres, que han cambiado levemente su forma. Acá lo vemos en 1934 y ahora.

Desde el surgimiento de la fisura en enero de 2018 en el actual cráter activo (llamado Nicanor), el magma ha estado saliendo a la superficie. Al ser tan viscoso, el material se ha acumulado en forma de un domo de lava, que ha ido creciendo constantemente. Cuando fue evidente que el borde del domo había llegado al borde del cráter, el Sernageomin subió el nivel de alerta de la amarilla, que había tenido por más de dos años, a naranja.

Durante este tiempo el Sernageomin ha planteado 4 escenarios fundamentales: el primero es que el domo crezca tanto que pueda "caer" por la ladera noreste, produciendo flujos piroclásticos que no avanzarían más allá de los faldeos del volcán. El segundo escenario es que todo siga igual, con las explosiones esporádicas y el lento crecimiento del domo. El tercero es que la actividad disminuya, y el domo se quede como está. Y el último escenario es que el domo se destruya explosivamente, lo que podría producir una erupción violenta, con columnas de ceniza volcánica de no más de 8-10 km de altura, y probablemente algunos flujos piroclásticos que podrían taponear la salida de algunos ríos, llevando a lahares que incluso podrían afectar el valle de Las Trancas. Sin embargo, después de un mes de alerta naranja, el Nevados de Chillán no mostró demasiados cambios. Su actividad se parecía mucho a la mostrada durante el siglo XX, con explosiones esporádicas, y el crecimiento de un domo. Así, el Sernageomin planteó que el peor escenario, si bien aún era plausible, era el menos probable de todos. El nivel de alerta siguió en naranja, con todas las precauciones necesarias.

Pero este fin de semana hubo tres explosiones importantes en el complejo, las más grandes de toda su crisis. Los sismos ligados a ellas fueron, claramente, los más grandes. Si miramos a los datos reportados por el Sernageomin desde que comenzó la Alerta Naranja, podemos ver que, en efecto, lo ocurrido este fin de semana se escapa de lo que el Nevados de Chillán venía mostrando. No tanto en la cantidad de sismos ligados al movimiento de fluidos (en azul), sino que en el tamaño de éstos (en naranjo). El cambio es muy brusco, algo que podía pasar.

Durante este tiempo el domo ha estado creciendo, aunque muy levemente. Como es poroso, permite que el gas salga, y a veces explosiones más grandes envían pequeños trozos de material al aire. Y esto seguirá ocurriendo en la medida que haya magma que alimente al volcán. El Sernageomin reportó en su momento que no había una deformación muy alta en el volcán, lo que sugiere que en realidad la cantidad de este que alimenta al sistema no es tan grande. Pero al mismo tiempo, le ha costado mucho subir, ya que esa zona de la cordillera de Chile está "apretada", lo que hace que el magma no encuentre un camino tan expedito hacia la superficie. Por lo mismo, lo más probable es que el domo siga siendo alimentado, aunque muy muy lentamente.

Las explosiones de este fin de semana hicieron volar parte del domo, al parecer. Las imágenes del sobrevuelo del lunes 16 de Julio, al ser comparadas con alguna anterior, muestran claramente cómo el domo ha perdido parte de su tamaño, y los gases siguen saliendo a través de el. La figura de más abajo muestra el domo ahora (izquierda), y hace menos de un mes (derecha), donde se podía ver la cima de este desde abajo. Por desgracia no sabemos mucho más, y las malas condiciones climáticas impidieron ver las explosiones, aunque al menos se sabe que la última mandó material volcánico a más de 800 metros de altura.

Además el volcán ha mostrado una Cicatriz interesante. Se ve en la siguiente imagen, como una lengua negra que antes no estaba allí. Según lo que ha dicho en prensa el jefe de la Red Nacional de Vigilancia Volcánica, Álvaro Amigo, una pequeña avalancha de rocas y material del domo la habrían generado. Esto es un tipo de flujo piroclástico que, como vemos, no avanzó mucho.

Ahora toca seguir de cerca al complejo volcánico. Nadie ha reportado nada que haga pensar que el domo no va a volver a crecer, y quizás algún otro colapso parcial de él ocurra en el futuro. Y como no ha ocurrido otra secuencia de sismos importantes, la alerta se ha mantenido en naranja. Ahora, esto puede cambiar en el futuro, por lo que hay que estar muy atentos.

Cristian Farías Vega es doctor en Geofísica de la Universidad de Bonn en Alemania, y además profesor asistente en la Universidad Católica de Temuco. Semanalmente estará colaborando con La Tercera aportando contenidos relacionados a su área de especialización, de gran importancia en el país dada su condición sísmica.

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