"Las condenadas": El proyecto de reinserción de la cárcel de mujeres

Panes de Navidad, costura, pintura y artesanía. Son algunos de los emprendimientos bajo el alero del Centro de Educación y Trabajo de Gendarmería (CET). La idea es olvidar el delito y mirar hacia adelante.

Karina Nuñez y sus panes de Navidad.

Karina Núñez (30) estuvo privada de libertad durante cuatro años en el penal de mujeres de San Joaquín y lleva un mes y medio fuera de la cárcel. Debe firmar todas las semanas y sólo puede moverse dentro de la Región Metropolitana. ¿Ir a la playa? Ni hablar. Sólo tiene permiso regional.

"Cuando llegué (a la cárcel) estuve imputada 10 meses. Luego fui condenada a cinco años y estuve un par de meses en un patio. Después quise irme a otro patio, el de conducta, para poder lograr mi libertad. Ahí comencé a trabajar, a capacitarme en la panadería, en ventanas y reguladores. Hay que trabajar y lograr generar ingresos, porque adentro es todo difícil, más caro", cuenta.

Una vez lejos del presidio, tuvo la oportunidad de asistir por primera vez a una ceremonia escolar de su hija. Después de estar presente con ella, su objetivo es claro: "No volveré nunca más a la cárcel" .

Karina es parte del proyecto creado este año llamado "Las Condenadas". En él, junto a otra interna del penal, Stephanie, son cocineras de panes de pascua.

Ellas son parte de algunos de los emprendimientos que el programa del Centro de Educación y Trabajo de Gendarmería (CET), impulsada para que los privados de libertad puedan reinsertarse en la sociedad, una vez que cumplan su condena.

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"Cuando una persona privada de libertad toma la decisión de salir y volver a meterse en la sociedad la oportunidad está abierta por parte de Gendarmería", asegura Alejandro Arévalo, subdirector técnico de la institución penitenciara. Actualmente son 1.200 los beneficiarios de los programas del CET.

Del delito que cometieron no se habla. "Queremos que sus errores del pasado no sean tema para su trabajo a futuro", explica Rodrigo Agliati, creador de "Las Condenadas".

Añade que "estamos buscando un triple impacto. Una empresa que sea económicamente viable, que genere cambio en lo social y que sea amigable con el medio ambiente. Reciclamos el 90% de los materiales".

Desde el impacto social, buscan poder hacer que la sociedad cambie "frente al castigo que le damos a una persona que cometió un delito y que cumple frente a la justicia", agrega Agliati. "Basta que una persona te pida los antecedentes y te dicen que no puedes trabajar. Ahí, el volver a delinquir se transforma en la forma de sobrevivir, porque como sociedad les estamos cerrando las puertas".

Respecto de la sobrepoblación que existe en las cárceles y los que pueden optar a este tipo de beneficio, el ministro de Justicia, Hernán Larraín, señaló que "todavía son pocos. por eso estamos diseñando un nuevo proyecto de resinserción que daremos a conocer muy pronto, fruto de la alianza público-privada, desde Arica a Magallanes, de manera que esto no esté circunscrito a unos pocos. Queremos extender la rehabilitación a todos. Es un esfuerzo que nos va a tomar años, porque hoy no alcanzamos a llegar ni al 10%, pero tenemos que llegar al cien por ciento".

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