Cartas al Director

El silencio de los inocentes

El silencio de los inocentes

SEÑOR DIRECTOR:

Ayer 15 celebramos el Día Internacional de la Familia, una fecha proclamada por la ONU para destacar la importancia de este núcleo fundamental en el desarrollo de las personas y las sociedades. Sin embargo, en Chile, esta fecha coincide con una votación crucial en la Cámara de Diputados: el informe de la comisión investigadora sobre los programas de apoyo a la identidad de género.

Estos programas, que incluyen la hormonización de niños, frecuentemente se imponen sobre la voluntad de los padres y la evidencia internacional sobre el bienestar infantil. La ciencia es clara: es mejor permitir que los niños crezcan con el apoyo de su familia, educando a la comunidad para acompañarlos y ayudarlos a encontrar su camino. Testimonios como los de Chloe Cole en Estados Unidos o Nicolás Raveau en Chile subrayan dónde debería estar el foco: en fortalecer el rol de la familia.

Sin embargo, mientras se destinan recursos y energías a programas con poca o nula evidencia como la hormonización, el Servicio de Protección Especializada a la Niñez y Adolescencia (ex Mejor Niñez) nos recuerda que miles de niños están atrapados en un sistema colapsado. En los últimos dos años, 24 residencias han sido cerradas y 120 más operan con sobrecupo. En condiciones aún más precarias, bebés menores de tres años permanecen en hospitales y residencias, cuando podrían estar en familias de acogida que les brinden el cuidado y amor que tanto necesitan.

En pleno siglo XXI, a un cuarto de su inicio, ¿no deberíamos priorizar que los niños, todos, crezcan siempre en un entorno familiar de cuidado? Hoy parece que todo está al revés.

Maite Cereceda

Viviana Blanco

Vinka Moyano

Observatorio para la Familia USS

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