Cartas al Director

Litio en Chile, ¿por qué lo hacemos tan mal?

A worker at the Albemarle lithium mine shows a chunk of salt near a pool of brine highly concentrated in lithium at Chile's Atacama desert, Monday, April 17, 2023. (AP Photo/Rodrigo Abd) Rodrigo Abd

SEÑOR DIRECTOR:

Cuando hablamos de litio, Chile se ganó la lotería geológica: yacimientos enormes, la mejor concentración del mundo y condiciones ideales para usar energía solar. Hemos intentado capitalizar ese número premiado mediante dos caminos: avanzar hacia la fabricación de baterías para subir en la cadena de valor, y aumentar la producción al ritmo que el planeta demanda.

Lo hemos hecho mal en ambos.

Las dos empresas chinas con las que acordamos vender litio a precio preferencial para acercarnos a las baterías se retiraron sin pagar sanción alguna. La verdad es que no es raro que la industria no despegue ni siquiera con un empujón. Chile es un pésimo lugar para ensamblar baterías: de todos los países del mundo es el más lejano a los centros globales de manufactura de Asia Oriental. Eso, sin contar que la masa de la batería típica de auto eléctrico es solo 2% litio elemental.

En lo referido a la ruta minera, no hemos abierto ni una sola nueva faena en 29 años. Para explotar litio, a diferencia de los otros 117 elementos de la materia, no sirve tener una concesión minera. Es el Estado el que decide dónde, cuándo y cómo. El resultado es que seguimos con un total de cero faenas en salares distintos al de Atacama.

Tenemos una gran oportunidad para generar empleos de calidad, recaudar impuestos y aportar al combate contra el cambio climático con el litio más limpio del mundo. Lo que necesitamos es abandonar esquemas superados por los hechos y actuar con realismo.

Joaquín Barañao

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