Barry versus Bill Hader: el éxito y el fracaso de un actor en la balanza

Barry.

Al contrario de su personaje en la aclamada serie de HBO, el ex miembro de Saturday Night Live nunca pensó que su vida sería sobre un escenario. La conexión que tiene su historia personal con el protagonista de su primera producción original es una ironía que convierte a Barry en una de las comedias oscuras favoritas de los últimos Emmy.


Bill Hader, actor y comediante conocido por sus flamantes años de sketches en el programa Saturday Night Live, se pasea de Late en Late intentando describir el fenómeno de su exitosa serie Barry, por la que acaba de ganar su segundo Emmy como mejor actor.

Barry (HBO) es una comedia oscura creada —junto a Alec Berg—, producida, protagonizada y a veces dirigida por el propio Hader, que cuenta la historia de un sicario que odia serlo y que, de pronto, por circunstancias de su trabajo, descubre que en realidad quiere dedicarse a la actuación.

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Es sin duda un acierto. Tiene un perfecto 100% en la crítica de Rotten Tomatoes y una treintena de nominaciones a los Emmy con sus dos temporadas desde su estreno en marzo de 2018, sin embargo, cuesta que los medios y sus seguidores dejen a Hader reinventarse en esta nueva faceta de escritor y director.

El peso de su pasado haciendo imitaciones en SNL es tanto o más grande que el propio personaje Barry, que a lo largo de dieciséis capítulos hace todo lo posible por dejar su vida de sicario atrás, con la esperanza de convertirse tal vez en el mejor sobre las tablas. Y esta no es mera coincidencia: Bill Hader es Barry, y eso es lo que finalmente crea una serie digna del Emmy.

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Bill Hader en los Emmy.[/caption]

El éxito no es sinónimo de felicidad

Introducido por completo en la segunda temporada de la serie, el espectador se encuentra con un hecho importante: el personaje principal es admirado por sus colegas y hasta sus enemigos en su rol de sicario. Independiente de que él odie su profesión, es bueno en lo que hace. Sus habilidades matando son excelentes, y eso no lo enorgullece para nada. Por eso, intenta escapar de su realidad a cualquier costo, incluso si eso significa matar a más personas: un perfecto antihéroe de comedia oscura.

Y no es que Bill Hader odie su profesión en la vida real, pero él nunca pensó en ser actor, así como Barry no pensó en ser sicario.

Cuando llegó a Los Ángeles buscando ser guionista y director, no obtuvo buenos trabajos por más de 5 años, hasta que en 2003, por cosas del destino, terminó en una audición para SNL. "Llegué asustado pensando que era pésimo, pero dije mi primer chiste y Amy Poehler (actriz y comediante) se rió. Pensé 'wow, hice reír a la mismísima Amy Poehler', y me relajé, significó mucho para mí" confesó en una entrevista con Build Series.

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En ese momento se dio cuenta que era buen comediante y actor, pero, mientras era una experiencia que le traía elogios de sus pares, él lo pasaba increíblemente mal.

Hacer sketches en vivo lo enfrentó con sus más grandes miedos y su propio sicario interno: la ansiedad, una condición diagnosticada con la que tuvo que luchar desde 2005 hasta 2013, donde, a pesar de su gran éxito (fue nombrado como uno de los mejores integrantes de SNL en sus más de 40 años de existencia), decidió dejar el programa.

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"Era vergonzoso lo infeliz que era. Me despertaba el sábado por la mañana llorando, me golpeaba la cabeza en la ducha. 'No quiero ir, no quiero ir'. La ironía era que estaba siendo recompensado por eso, así que tuve que seguir haciéndolo", contó en una entrevista con The New Yorker.

Así como él en la vida real, varios personajes de la serie —como Sally, la novia actriz de Barry, interpretada por Sarah Goldberg— intentan encontrar la mejor versión de ellos mismos a través de momentos completamente hilarantes y a veces demasiado oscuros para ser llamados comedia: la única vez que destaca en la actuación es cuando se miente a ella misma y a los demás. Es el éxito por el precio más alto: la felicidad. Y todos pueden identificarse con eso.

Bill Hader es Barry y todos somos Barry

En espera de la inminente tercera temporada que se estrenará en marzo de 2020, donde finalmente se sabrá si Barry logra que nadie descubra su pasado, resuena la pregunta clave que hace el protagonista en la temporada anterior: "¿Soy una mala persona?" y, mientras algunos le contestan con emoción que es el hombre más malo que conocen —en una connotación positiva—, su profesor de teatro (interpretado por Henry Winkler) le dice que es, en realidad, inmensamente humano.

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Lo humano del personaje es intentar ser una mejor persona, pero también lo humano es resignarse a ciertos hechos de la vida, aceptar que hay situaciones que no se pueden controlar, talentos que no se pueden ocultar y vicios que no se pueden dejar, y no hay algo más irónico que eso.

Bill Hader es un excelente actor que no quería serlo, y acaba de ganar su segundo Emmy por interpretar a un sicario que tampoco quiere serlo, y que a su vez, es pésimo actor aunque es lo que más quiere en la vida, y si eso no es buena comedia, nada puede serlo.

* Las temporadas 1 y 2 de Barry se encuentran disponibles en HBO GO.

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