Iván Monalisa Ojeda: “Hoy Nueva York es una gran morgue, parece ciencia ficción”

El autor trans, cuyo libro Las biuty queens acaba de ser elogiado por el cineasta Pedro Almodóvar, relata su vida en la ciudad estadounidense golpeada por el coronavirus.


El escritor chileno Iván Monalisa Ojeda habla en dos lenguas. Tres cuartos de lo que dice es en español y lo restante en inglés. Es un spanglish fluido y expresivo que se desliza hacia la lengua extranjera cuando hay que enfatizar, exclamar o incluso precisar algo. Así también escribe las vidas de sus personajes del libro Las biuty queens, habitantes de los barrios insomnes de Nueva York, la ciudad donde vive desde 1996.

Hoy aquella urbe está inusualmente dormida debido al fantasma del coronavirus. Para recordarla en sus días de vitalidad, tal vez un buena solución es leer el volumen de cuentos de Iván Monalisa y es justamente lo que ha hecho el cineasta español Pedro Almodóvar en sus días de cuarentena.

El director de Dolor y gloria lleva vario días relatando su reclusión en el periódico digital español El Diario. Lee y ve películas, recomendando lo que más le gusta y este lunes decía lo siguiente sobre las historias de Ojeda: “Los relatos podrían ser muy sórdidos, pero Iván Monalisa tiene el talento de dotar de vitalidad y gracia a sus personajes, te cuenta sus miserias como algo inevitable con humor y sin victimismo”.

No es un elogio menor y el escritor chileno lo sabe. “Que buena noticia dentro de esta gran morgue que es Nueva York en este momento. Que maravilla”, comenta al teléfono mientras camina por un borde del Central Park camino a una estación de metro.

“En este momento me estoy sentado en una banca de la calle 100 Oeste, y no hay absolutamente nadie. Normalmente esto debería estar lleno. Lo único que vi pasar fue una ambulancia”, comenta. En medio del panorama fúnebre de la ciudad, a Iván Monalisa le parece extraño hablar de libros y arte, pero luego se da cuenta que no hay tanta desconexión.

“Es muy fácil que el arte pueda parecer una frivolidad en este momento. Pero creo que de alguna manera Almodóvar le dio valor a lo que últimamente estaba mirando en menos y considerando muy superficial. Me hizo pensar que varias de las mismas ‘biuty queen’ de mi libro son chicas que ya no están, que fueron desapareciendo”, dice.

Publicado el año pasado por Editorial Alfaguara, Las biuty queens contiene 14 relatos sobre personajes trans que viven, se divierten y también la pasan mal en Nueva York. Son historias que arrancaron de la experiencia acumulada por Monalisa durante 24 años en la gran ciudad. El libro fue elogiado por la crítica y también coincidió con el estreno del documental de Nicole Costa, El viaje de Monalisa, que se mostró con muy buenas críticas en el DOC NY Festival, el festival de no ficción más importante de Estados Unidos.

Fue durante el estreno de aquel filme que Monalisa vio por última vez a Lorena Borjas, histórica activista por los derechos LGBT en Nueva York.

“Era mexicana. Cayó enferma de coronavirus hace unas semanas, pero ella era una persona fuerte que había resistido muchas cosas en su vida y dijimos: ‘La loca va a salir adelante’. Sin embargo, el domingo me llegó un whatsapp de una amiga con la foto de ella. Decía: ‘Murió la Lorena’. Es irónico que se la haya llevado un fucking virus si tuvo que batallar contra tantas cosas. Lo peor es que nunca supimos en qué hospital estaba y donde la enterraron. Es lo que está pasando con muchos acá”, comenta.

-Almodóvar dice de los personajes de su libro: “Comparten drogas, chulos, premios de belleza, síndromes y delirios, pero son una comunidad muy unida. Me recuerdan a las vecinas de mi madre”, ¿Qué opina?

-Me gustó, se refiere a la solidaridad que hay entre las locas. Es la unión de las comadres, que no tiene nada que ver con la camaradería de los compadres. No quiero sonar mesiánico, pero en Las biuty queens, hay muchos personajes que ya no están: o porque eran ilegales y debieron irse o porque simplemente murieron. Y ahora resulta que murió Lorena, que era como la “mamadre” de todas. Ella fue la que organizó a las primeras chicas en Queens. Yo me fui alejando un poco y ahora ya no hangeaba (divertirse) tanto como antes, pero siempre supe cuando alguien moría.

-¿Cómo luce Nueva York?

-Es lo que decía, como una gran morgue, Es todo muy horrible y feo, pero al mismo tiempo muy raro, Parece ciencia ficción. Yo soy callejera, me gusta salir, pero ahora está todo cerrado. Además, la ciudad tampoco es tan segura: en estos días ha bajado la criminalidad, pero al mismo tiempo han muerto muchos policías por la enfermedad.

-¿Dónde vive?

-En Washington Heights, en el norte de Manhattan. Ahí ya estamos en zona roja por el coronavirus, ni siquiera naranja. Es la parte más barata, entre comillas, de Manhattan. Pero lo peor en este momento es en Queens, en la Roosevelt Avenue. Son sectores con mucho comercio en la calle, donde hay más contagios y mucha inmigración mexicana. Allá es como estar en cualquier país nuestro nomás. Cuando llegué a Nueva York vivía en el Bronx, pero la verdad es que no me gustó mucho y me fui. A estas alturas ya me acostumbré a vivir en Manhattan, en la isla. Yo soy de la isla.

-¿Cómo le ha afectado laboralmente esta situación?

-Trabajo en H&M y, por suerte, me han pagado hasta ahora a pesar de no ir a a tienda. Recibiré dinero de ellos hasta la próxima semana. Ya después debo acogerme al seguro de cesantía. Pero incluso más allá de la plata, toda la onda que hay en la ciudad es tan fea. Las muertes no son especialmente decorosas, sino que brutales: los indocumentados que fallecen, forget it. Ahí quedan, nadie los reclama y van directo a una fosa común. Acá es común decir “Hoy no hay dinero, pero mañana sí ”. Pero resulta que eso ya no lo sabemos. Yo ya no me dedico al trabajo sexual, pero por la misma razón me pregunto, ¿Qué pasa con ellas? ¿Qué hacen ahora en las noches para vivir? Probablemente tienen que seguir y arriesgarse. Y con los indocumentados sucederá lo mismo. No van a tener a la mano el cheque de Trump por cesantía. Yo por suerte tendré eso, porque ahora estoy legal en Estados Unidos, pero hasta hace unos años no era así y me hubiera pasado lo mismo.

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