Guillermo Calderón, director y dramaturgo: “Hay mucho miedo por el futuro en la comunidad teatral ”
El autor de Villa + Discurso y Escuela, reestrenadas en forma online, debió cancelar su gira europea. Dice que es interesante la difusión digital, pero manifiesta su preocupación por la precariedad laboral en las artes escénicas.

Si no hubiera existido la pandemia del coronavirus y las cosas hubieran seguido su curso normal, por estos días el director y dramaturgo Guillermo Calderón (1971) habría estado en medio de una gira con su más reciente obra Dragón, cuyo inicio estaba programado para el 27 de febrero. “Teníamos gira por Italia, Alemania, Austria, España, también en América Latina. Todo eso se cayó”, cuenta al teléfono.
En medio de la crisis sanitaria, Guillermo Calderón se encuentra escribiendo principalmente para cine, pero a su vez reconoce lo complejo que ha sido el encierro. “Ha sido una experiencia muy aplastante, muy fuerte, donde no hay mucho espacio en mi caso para la inspiración, por lo tanto ha sido un espacio más para pensar y tratar de leer y entender toda esta cosa”, dice.
Egresado de la Escuela de Teatro de la Universidad de Chile, Calderón se ha desempeñado tanto en cine como teatro, siempre con un fuerte sello político y social con obras como Mateluna o Villa + Discurso, y guiones para películas como El Club o Neruda, ambas dirigidas por Pablo Larraín.
De su amplio catálogo teatral, dos de sus creaciones, Escuela y Villa + Discurso acaban de ser estrenadas de manera online en el ciclo Teatro Hoy, de la Fundación Teatro a Mil, que se extenderá hasta el 26 de junio. Una manera distinta de exhibir teatro en tiempos donde las salas están cerradas y la gente permanece en sus casas.
“Es interesante, porque es una situación tan extrema que naturalmente se están explotando nuevas formas de llegar al teatro y de que el teatro llegue a la gente. Cuando hacemos la obra siempre se hace un registro que no tiene el propósito de mostrar la obra por internet. Entonces este material que está archivado ahí y toma una nueva vida en este proceso, puede ser interesante”, comenta Calderón.
¿Qué opina del desarrollo de obras para que se transmitan específicamente a través de internet?
El Teatro Rumble estaba haciendo una obra mía en Canadá y dijeron que van a seguir con la temporada tal como la tenían planeada, pero a través de internet. Para mí es súper interesante, porque esto obliga a la experimentación de nuevos formatos. He pensado un montón ahora en que en Chile no hay tradición de radioteatro. Quizás ahora es la oportunidad de que sí se desarrolle algo así. Yo veo con cierto optimismo el dinamismo con el que mucha gente ha experimentado con otros géneros. Lo que ahora surja como emergencia, puede transformarse en una alternativa para el futuro también.
¿Cuál cree que es el mayor desafío hoy para el sector teatral?
El desafío más claro es que no se pueden hacer funciones porque la gente no va a ir al teatro, pero también es muy difícil ensayar o planificar un proyecto futuro sin saber si los teatros van a existir. Creo que la mayor fragilidad es la incertidumbre, pero más allá de eso, es la realidad económica de las personas que viven de esto y que están pensando seriamente en abandonarlo definitivamente porque no hay ninguna posibilidad de sostenerse económicamente en el corto plazo o largo plazo.
Hay un efecto en cadena en cómo se ve afectado el sector del teatro.
Claro. También está la incertidumbre de que no se va a poder ir a un teatro en un buen tiempo más, entonces es imposible planificar. Es súper angustiante: yo diría que hay mucho miedo de la comunidad teatral, hay mucho miedo por el futuro. Estamos escuchando que los gobiernos europeos han destinado una enorme cantidad de dinero a sostener a las industrias culturales, pero en Chile no hemos visto eso.
¿De qué manera este momento va a marcar el funcionamiento de la actividad cultural en adelante?
Hay que pensar que nosotros ya estábamos en un proceso de revolución, donde el proceso político y colectivo de protesta ya había planteado no solamente el problema de acceso a los servicios básicos de la ciudadanía, sino que también el acceso a derechos culturales. Por lo tanto, cuando volvamos a la normalidad no vamos a volver a la normalidad de hace un año, vamos a volver a la normalidad de noviembre del 2019. Toda esta forma de pensar la cultura va a estar en el aire mucho tiempo más y yo espero que cuando se vuelva a pensar la cultura y ejercer públicamente sea a partir de que es un derecho para la gente y eso tiene que ser un tema de discusión central en la elaboración de una nueva constitución.
¿Cree que las medidas anunciadas por el Ministerio de las Culturas son suficientes?
No, por supuesto que no. Son reasignaciones de fondos, pero no solucionan ni en lo más mínimo todas las necesidades del medio. La única forma de resolverlo es creando un enorme plan de empleo y desarrollo cultural de todo el país. Es momento de que el país se comprometa en el largo plazo y con grandes inversiones en la cultura y no con métodos paliativos. Siempre es aterrador para los trabajadores de la cultura escuchar la frase “fondo concursable”. Es un modelo injusto y fracasado. Y sin embargo, no tenemos alternativa. La idea debería apuntar a dar trabajo a la mayor cantidad de gente posible, debería enfocarse en la creación.
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