Dries Verhoeven, artista holandés: “Necesitamos reunirnos en persona, mirarnos a los ojos”

La obra Guilty Landscapes invita a un encuentro del público con otras personas en lugares distantes del planeta.

El director debuta en el Festival Santiago a Mil con Guilty Landscapes, una instalación que invita al espectador a cuestionarse el impacto que tienen las imágenes y sus protagonistas en un mundo hiperconectado.


Caminaba por una playa de Sri Lanka cuando un joven de la zona se le acercó para ofrecerle servicios sexuales. El artista, desconcertado con la juventud del chico y con el tipo de propuesta, le aconsejó que dejara esa vida. En un discurso que ahora reconoce como paternalista, le explicó que existían otras maneras de obtener dinero.

Con un tono sereno, aunque decidido, el muchacho declinó a esa oferta y, contrario a cualquier expectativa, le dijo que no necesitaba consejos de un hombre que no conocía su vida más allá del prejuicio del primer mundo desde el que él provenía. Un mundo que solo se relacionaba con la miseria a través de una pantalla.

Ese, recuerda Dries Verhoeven (1976), artista holandés, fue uno de los momentos clave que motivaron el nacimiento de Guilty Landscapes, la instalación que lo trae por primera vez a Chile, y que luego de su paso por Antofagasta, se traslada a Centro GAM este viernes 15 de enero, donde se podrá exhibir sin problemas gracias a su formato de un solo espectador por sala.

“Él estaba ofreciéndome algo, y yo asumí que quería mi ayuda. Yo vivo en Ámsterdam, una ciudad muy liberal en cuanto al trabajo sexual, y aquí nunca le diría a una persona que pare de trabajar. Solo porque estaba en Sri Lanka proyecté en él algún tipo de miseria que no estaba ahí”, dice Verhoeven sobre este hecho que lo motivó a crear esta obra, que ahora ve a más de 12.000 kilómetros de distancia, debido a las medidas sanitarias que le impiden viajar.

Guilty Landscapes, o Paisajes culpables en su traducción al castellano, invita al público a mirar más allá de las noticias que inundan los noticieros y las redes sociales, y que, muchas veces, por el exceso de información, o por la maleabilidad de la misma, no entregan el panorama completo, destaca el autor. “Existe una sobredosis de imágenes que nunca nos dan una idea completa de lo que pasa. Enmarcan la escena de la forma que les sirve a los medios y así obtenemos ideas muy extrañas de lugares al otro lado del mundo, y especialmente de las personas que viven allí”, explica el artista.

Puerto Príncipe, uno de los escenarios de la instalación.

La idea de esta instalación es simple: un espectador ingresa a un cuarto cerrado, y en frente de sí encuentra a otra persona que se hace presente a través de la virtualidad. Un desconocido que está a miles de kilómetros, en ciudades tan distantes como Puerto Príncipe en Haití, Pattaya en Tailandia, Hangzhou en China, y Homs en Siria. Estos son los escenarios y también los capítulos que completan esta instalación.

A través de esta interacción, que se da con una trabajadora textil o con un bailarín exótico, entre otros, el autor de esta obra espera que las personas se conecten y, aunque sea breve, puedan entablar una relación que esté por sobre las palabras y los prejuicios.

Es por eso que en esta propuesta no se habla, solo se observa, y en algunos casos se actúa. “Para hablar necesitamos nuestras mentes, y yo estoy interesando en ese sentimiento que sale de las entrañas. Me interesa el cómo responde nuestro cuerpo a ciertas situaciones”, comenta sobre el silencio que caracteriza a Guilty Landscapes, pero que no es nuevo en su trabajo.

Varias de sus obras tienen en común el hecho de no usar las palabras como lenguaje, sino que las reacciones instintivas e involuntarias del cuerpo. Una respuesta mucho más genuina según el artista. Además de permitir que dos personas que no hablan el mismo idioma puedan comunicarse a pesar de todo. “Me interesan las interacciones que van más allá de las palabras”, asegura Verhoeven.

Exhibir en pandemia

La obra que marca su debut en Chile, llega esta semana a Santiago, donde el público, podrá presenciar en vivo esta instalación. Una de las piezas que se salvó del cambio de formato debido a la pandemia, que limita las posibilidades de exhibición.

Sobre esa situación, Dries Verhoeven declara que ha hecho lo mejor que ha podido para sobreponerse al encierro y el distanciamiento en su calidad de artista visual, que se destaca por tomarse los espacios públicos en diferentes ciudades del mundo. Pero es crítico en relación a las causas que él cree permitieron estas consecuencias. “Nos damos cuenta que esta pandemia es el resultado de la manera en que habitamos el planeta”, dice.

Pero es enfático en la idea de que se debe continuar a pesar de lo duras que pueden ser las condiciones actuales. “Los humanos somos inteligentes, siempre creamos formas de mostrar nuestros trabajos, incluso con todas las restricciones. Nos volvemos expertos en encontrar grietas para hacerlo”, comenta. “Además necesitamos reunirnos en persona, encontrarnos en carne y hueso, mirar a alguien a los ojos y tomarnos de las manos”, agrega Verhoeven.

El artista holandés Dries Verhoeven.

Y su obra que se ha caracterizado por la participación constante del público, ha hecho que las medidas restrictivas afecten de mayor forma la presentación de sus creaciones. “Yo trabajo con gente y realmente disfruto de hacerlo, y no solo con performers, sino también con la audiencia (…) No se trata de sentar a las personas en una butaca durante dos horas, sino de permitirles que se muevan, que sean cómplices”, asegura el artista visual.

En esta nueva realidad supeditada a los protocolos de higiene, el creador teatral cree que el desafío está en poder mantener una mirada neutral sobre el mundo. Sobre todo cuando las imágenes que llegan provienen de lugares lejanos y desconocidos. “Es importante mirar más allá de lo que las noticias intentan decirnos, porque a veces están sesgadas o influenciadas por algunas agenda. Puede que mires desde un pedestal a los protagonistas de esas noticias, que los victimices”, explica.

Dries Verhoeven asegura que su obra es una experiencia libre, de la cual el espectador puede sacar cualquier conclusión. Pero con esa aclaración hecha, espera que quede alguna reflexión en la audiencia, en relación, por ejemplo, a la fugacidad de las noticias y de como no todo es siempre lo que parece.

Sobre lo que el público chileno puede extraer de Guilty Landscapes, el artista holandés dice: “Si comparto las preconcepciones que tengo de los espectadores de Chile, estaría cayendo en la misma actitud que mi obra intenta cuestionar. Pero sí puedo imaginar que el sentimiento de abandono y ser parte de un sistema del que no puedes escapar, puede ser compartido y así pueden identificarse con los personajes que verán en la pantalla. Espero motivarlos a mirar más allá de sus prejuicios”, finaliza.

Guilty Landscapes estará disponible desde el 15 hasta el 22 de enero, entre las 10 y las 17 horas, en la sala de exposiciones de Centro GAM. Las entradas se pueden adquirir a través de ticketplus.cl en dos variadades: general a $6.357; y para estudiantes y adultos mayores a $5.086.

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