Crítica de discos de Marcelo Contreras: días de pop con Amy Winehouse, Bebe Rexha y Miranda!

Mientras el dúo argentino deja un gusto a medias con su nueva producción, la estrella pop estadounidense entrega una voz propia y la cantante inglesa vuelve a brillar a casi diez años de su muerte.


Miranda! - Souvenir

Mucho se ha escrito y dicho sobre la influencia decisiva de Corazones (1990) de Los Prisioneros en el Nuevo Pop Chileno, obviando injustamente la poderosa influencia de los argentinos Miranda! en esa generación musical criolla que abrazó sintetizadores y pista de baile sin pudores. Si en los 80 y los 90 Soda Stereo era el faro, en este siglo ese lugar corresponde al proyecto de Ale Sergi y Juliana Gattas, pop chispeante y desprejuiciado, un universo de corazones y flechas con personajes detenidos en el tiempo, como una teleserie de incontables temporadas.

Souvenir arranca con la energía bailable de siempre, canciones como Por amar al amor y la romántica Caía la noche. Las colaboraciones son con pinzas y logradas: la adictiva Me gustas tanto con los españoles Sidonie, y Entre las dos junto a Javiera Mena, una alianza natural entre fuerzas del pop en nuestro idioma con poderes similares.

Hasta Luna de papel se mantiene la tensión fiestera efervescente, pero la segunda mitad languidece y se vuelve taciturna y aburrida, como un eco del encierro pandémico. Es una cuestión de energía que decae para no regresar, dejando un gusto a medias en lo nuevo de Miranda!


Amy Winehouse - At the BBC

Esta reedición del álbum en directo editado en 2012 suma otros dos discos con material de Amy Winehouse capturado entre 2003 y 2009 en distintas instancias en vivo incluyendo, entre otras, el show de Jools Holland, el festival T in the Park, los premios Mercury y sesiones para la BBC.

A la distancia del tiempo (en julio son diez años de su muerte) la singularidad de Amy Winehouse resalta, como aún entristece la tragedia de una vida y un talento que se despidió demasiado pronto. En los albores del nuevo milenio viajó al pasado para hurgar en un cancionero semi olvidado de los 50 y 60, tal como lo ha hecho Mon Laferte. Se inspiró en un tiempo en que la confección de la música popular requería estudios y voces magníficas.

Las distintas versiones de clásicos como Rehab y Love is a losing game (quizás su mejor tema), junto al rescate de To know him is to love him (el primer hit escrito por Phil Spector) y Lullaby of birdland (un éxito jazz de 1952) retratan libertad, desparpajo, carrete y nostalgia por un pasado de glamour, tabaco y alcohol que Amy Winehouse encarnó con una intensidad hoy escasa.


Bebe Rexha - Better mistakes

Existe una subcategoría de artistas iniciados como compositores de éxito hasta que saltan al escenario y les va aún mejor. Mejor ejemplo en español, José Luis Perales, mientras en el pop más reciente la neoyorquina Bebe Rexha escribe una historia parecida con material para Iggy Azalea y Selena Gomez, como es de su autoría el hit The Monster, el último single memorable de Eminem (con participación de Rihanna). Se suscribió a la fórmula del featuring con apariciones en éxitos de David Guetta y The Chainsmokers, hasta que debutó con ganas en Expectations (2018). En cada canción donde Bebe Rexha pone la voz y la firma, hay confesiones sobre exceso de carrete, temor al paso del tiempo, el sexo, las amistades y alarmas de crisis existencial. Este temario explora la cara más pop del hip hop como vértice. En torno a esa base florecen baladas lacrimógenas, dance, guitarras funk y coqueteos con el rock de estadios impulsados por una voz expresiva, versátil y propia. Hay algo de princesa y chica maldita en Bebe Rexha. Una alta dosis de realidad en pop de buena manufactura donde no todo es baile.

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