El Señor de los Anillos: la épica serie de Amazon en voz de sus protagonistas

Foto: Prime Video

Tras años de preparación y un desembolso millonario, la noche de este jueves 1 de septiembre se lanzan los dos primeros capítulos de la superproducción que marca el retorno del mundo de J. R. R. Tolkien. Culto habló con sus actores en el marco de la última Comic-Con de San Diego.


Los primeros secretos fueron revelados por los propios creadores. Ante los fanáticos y curiosos que colmaron el Hall H del Centro de Convenciones de San Diego, J. D. Payne y Patrick McKay especificaron que para su serie basada en El señor de los anillos se propusieron encontrar a “actores increíbles”, algo que parece deseable en cualquier producción televisiva.

Luego detallaron algo que sonó más críptico para quienes acudieron a su panel en la más reciente Comic-Con, en julio pasado. “Teníamos que mirarlos a los ojos y decir: ¿tienen la Tierra Media en ellos? Si no la tenían, incluso si eran excelentes, no conseguían el papel”.

¿Era indispensable que hubieran leído la obra completa de J. R. R. Tolkien? ¿Sus presencias debían evocar a Elijah Wood, Viggo Mortensen, Liv Tyler o algunos de los otros protagonistas de la trilogía de Peter Jackson? ¿Cuántas potenciales estrellas perdieron la oportunidad de sus vidas por no cumplir con ese estricto patrón?

Intentando descifrar a Payne y McKay, el proceso de audición de El señor de los anillos: Los anillos de poder se concentró en hallar a intérpretes con facilidad para transmitir calidez, encanto y una dosis de ingenuidad y picardía.

Cumple totalmente con ello Owain Arthur, actor galés que encarna a Durin IV, príncipe de Khazad-dûm, el reino habitado por los enanos. Con orígenes en la comedia teatral, el intérprete le devuelve la gentileza a los showrunners del proyecto. “J. D. y Patrick son conocedores muy contagiosos y entusiastas. Cuando hablé con ellos por primera vez, yo ya estaba dentro”, dice a Culto en un hotel aledaño al centro de convenciones.

Con un trabajo impecable de maquillaje, peinado y vestuario, sus dotes actorales se potencian hasta convertirse en un enano de la Segunda Edad de la Tierra Media, el periodo que abarca la épica serie que Amazon Prime Video estrena este jueves 1 de septiembre (desde las 21:00 los dos primeros episodios y luego uno nuevo cada viernes).

Suerte de precuela de los filmes de Peter Jackson -aunque la plataforma no la presente de ese modo-, la producción se basó mayoritariamente en los apéndices de El señor de los anillos y en la asesoría que prestaron tanto los responsables del patrimonio del escritor como expertos en su obra. J. D. Payne y Patrick McKay, dos fanáticos declarados de la Tierra Media, debieron sobreponerse a la ausencia de una novela íntegra en la que inspirarse.

Arthur asegura que se devoró los textos de la ficción televisiva. “Cuando sabes que tienes una biblia que es profunda, intrigante y emocionante, sientes que estás en algo que es bueno”, indica.

El corazón de la serie es el renacer del mal. Tras la derrota de Morgoth, la paz parece cernirse sobre la Tierra Media y sus territorios vecinos. Pero hay sospechas de que su segundo a mando, Sauron, se alista en algún rincón desconocido para concretar su revancha.

En ese momento bisagra asoman al menos dos personajes ya conocidos a través de la trilogía original: Galadriel, esta vez encarnada por la galesa Morfydd Clark, y Elrond, interpretado por Robert Aramayo.

“Durante el proceso de audición me alegró no haber sabido que era para Elrond. Probablemente habría pensado que no podía hacerlo”, señala Aramayo, ilustrando la responsabilidad intrínseca de su labor pero también el peso que cargaban todos los involucrados en traer de vuelta a la pantalla el universo del autor británico.

Tolkien entendió la inevitabilidad del mal, la fragilidad de los hombres”, plantea Benjamin Walker, quien se pone en la piel de Gil-galad, el Alto Rey de los elfos.

Nazanin Boniadi, actriz que encarna a una humana que se enamora de un elfo (Ismael Cruz Córdova), aporta su punto de vista: “Para mí, Tolkien es fantasía, pero también unidad, compañerismo, camaradería y superar obstáculos, el bien contra el mal. Pero creo que lo que más me gusta de lo que hicimos, y de todo lo que estudié sobre Tolkien durante este tiempo, es la atemporalidad de las historias”.

A eso aspira Amazon Prime Video con las cinco temporadas que desea realizar de la serie más costosa de la que se tenga registro. Un viaje que va desde la tierra de los elfos y el reino de los enanos hasta la isla de Númenor, donde vivieron los ancestros de Aragorn, y la forja de los anillos.

Los antepasados de los hobbits

Quienes se internen en la nueva superproducción de El señor de los anillos también advertirán la presencia de unos seres de tamaño pequeño, grandes pies y temperamento sereno y dichoso. No son hobbits, sino que pelosos (harfoots), una de las ramas que le dieron origen a los primeros.

En uno de los movimientos más audaces del proyecto, los miembros de ese grupo ocupan una de las subtramas de la ficción, a pesar de que Tolkien no definió un arco demasiado preciso de ellos durante la Segunda Edad.

Dylan Smith, Largo en la trama, propone que uno de los temas de la producción es “cuán lejos estás dispuesto a adentrarte en la oscuridad para luchar por las cosas que amas. Lo digo porque creo que eso es particularmente cierto en nuestro mundo harfoot. Sufrimos mucho”.

Cualquier revelación mayor podría arruinar la experiencia, pero se puede adelantar que, a diferencia de los hobbits, no están establecidos en un lugar específico (como la Comarca), sino que son nómades. Y que sus principales personajes son dos amigas, la cautelosa Poppy (Megan Richards) y la arrojada Nori (Markella Kavenagh), cuyos padres son Largo y Marigold (Sara Zwangobani).

Esa dimensión de la ficción se filmó en Nueva Zelanda, tal como el resto de la serie y la trilogía de Peter Jackson. “Por mucho que las respeto y las amo (las películas), en realidad no tuvieron ningún efecto en la creación de nuestro mundo”, expresa Zwangobani.

La actriz antepone el “compromiso con nuestra historia, con nuestro mundo y con nuestros personajes”. Y lanza un deseo: “Esperemos que atraiga a una nueva legión de fanáticos, que incluso aún no se han acercado a Tolkien”.

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