Sin Novedad en el Frente: el éxito de la visceral película antiguerra de Netflix

Fotos: Netflix

Dirigida por el realizador Edward Berger, la cinta es la más reciente adaptación del clásico literario de Erich Maria Remarque y la primera hablada en alemán. Emplea la brutalidad de su puesta en escena como su mejor aliado e introduce algunos cambios al libro original que refuerzan su mirada pacifista.


Nueva versión en el frente de batalla. Escrita originalmente en 1929 por Erich Maria Remarque, Sin novedad en el frente tuvo una recordada encarnación cinematográfica en 1930. Ganó dos estatuillas en los Oscar, las más importantes de la ceremonia, Mejor película y Mejor director (Lewis Milestone). Menos recordado es un telefilme del año 1979 del estadounidense Delbert Mann.

A casi un siglo desde su realización, el director alemán Edward Berger (The terror) consideró pertinente comandar una nueva adaptación de la novela, esta vez hablada en el idioma original de sus protagonistas y con un estreno que coincide con el resurgir de consignas antiguerra.

En el corazón del proyecto residían algunas ideas clave: no había ningún heroísmo ni gloria que rescatar del conflicto bélico; el horror de la Gran Guerra se puede haber olvidado a la luz de los peores episodios de la Segunda Guerra Mundial, y en su acercamiento brutal a los hechos reales era crucial que existiera una relación de intimidad con los personajes principales, comenzando por Paul Bäume (el actor austriaco Felix Kammerer), un joven de 17 años que se enlista en el ejército alemán y termina en el Frente occidental.

“En todas nuestras decisiones —cámara, música, diseño de producción, vestuario, utilería o lo que sea—, se sintió importante (reflejar) lo que Paul, o quien sea que esté en el cuadro, siente en ese momento. En ese sentido, la llamaría quizás un retrato íntimo de estos jóvenes”, explicó Berger a Deadline.

La suma de esas decisiones se puede ver desde hace algunos días en Netflix, donde el largometraje se ha convertido en uno de los títulos con mayores visualizaciones en el streaming. Un lanzamiento que ha multiplicado los elogios que ya había recibido en festivales internacionales y en su propio país, que la eligió como la candidata local para competir por el Oscar a Mejor película internacional (la misma categoría a la que espiran la chilena Blanquita, así como Argentina, 1985, la belga Close y la surcoreana Decision to leave).

Sin novedad en el frente es una obra sustancial y seria, actuada con urgencia y enfoque y con escenas de campo de batalla cuyas fabricaciones digitales se fusionan hábilmente con la acción. Nunca deja de hacerle justicia a su tema, aunque quizás sea consciente de su propio estatus clásico”, reseñó The Guardian, agregando que es “un filme poderoso, elocuente y conscientemente apasionado”.

Llamándola “la versión visualmente más impactante y espectacular” del libro, el periódico Chicago Sun-Times argumentó: “Como muchos de los mejores filmes de guerra, desde Senderos de gloria hasta Pelotón, Salvar al soldado Ryan y 1917, esta es una experiencia de visualización difícil y, en ocasiones, desgarradora, pero también es una maravilla técnica, un estudio de personajes cuidadosamente considerado y, sí, un recordatorio oportuno de que los jóvenes que luchan y se sacrifican, matan y mueren en las guerras son peones en un juego de ajedrez más grande, complejo y, a menudo, enloquecedoramente innecesario”.

Algo más moderado, el portal Indiewire sostuvo que “hay una cierta seriedad teutónica en la realización de la película, así como en el tema. Tan pulido pero no tan llamativo como 1917 de Sam Mendes, el filme muestra un nivel similar de compromiso con los detalles históricos, pero presenta sus escenas del campo de batalla elaboradamente escenificadas en un estilo hablado relativamente más sencillo”.

Sobre el tema de la guerra, el sitio indicó que “su futilidad y absurdo permanecen constantes, incluso cuando su rostro evoluciona con el tiempo. Lamentablemente, la hermosa pero esperada versión de la historia de Edward Berger no agrega mucho al canon, excepto por algunas imágenes absolutamente hermosas”.

Los Angeles Times planteó que por momentos sus dos horas y media de duración se sienten una eternidad. “Sin embargo, en su mayor parte, Berger mantiene el horror correctamente en primer plano, nunca más que cuando Bäumer, atrapado en cuartos cerrados con un soldado francés, se enfrenta a la innegable humanidad de su enemigo”, consignó el periódico.

Sobre la introducción del personaje de Daniel Brühl, un negociador que en paralelo viaja a firmar un armisticio con Francia que no estaba en la historia original, señaló que “la decisión de incluir esta voz principalmente del pacifismo genera falta de confianza en el punto de la película y la capacidad de la audiencia para comprenderlo”.

Parte de un análisis menos entusiasta, The New York Times expresó que “Berger tiene más herramientas a su disposición que las que tuvo Milestone con los desafíos de los inicios de la era del sonido, pero esas ventajas de alguna manera hacen que esta actualización sea menos impresionante: la ampliación en escala y destreza se presta para presumir”.

De todos modos, afirmó que “la película tiene como objetivo golpearte con una brutalidad incesante, y es difícil no sentirse perturbado por eso”.

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