Matilda, el Musical: así se hizo una de las películas más encantadoras de 2022
Protagonizado por Emma Thompson, Lashana Lynch y la debutante Alisha Weir, el largometraje de Netflix lleva al cine la exitosa pieza teatral basada en el libro de Roald Dahl. Con más elementos de fantasía y una gran villana, el director Matthew Warchus da forma a una cinta entrañable y refrescante que no destiñe ante las encarnaciones previas. Esta es la historia de su gestación.
Despreciada por sus padres y atacada por la cruel directora de su colegio, Matilda Wormwood se refugia en el poder de las historias y en las nuevas amistades que añade en el camino, los ejes en torno al que se erige un mágico relato que habla sobre la infancia, la adultez y la rebelión. Así lo imaginó el escritor Roald Dahl en 1988 en su celebrada novela y, ocho años después, lo trasladó a la pantalla Danny DeVito en su exitosa cinta protagonizada por Mara Wilson.
Marcando la segunda incursión teatral tras un montaje que recibió críticas tibias en 1990, en 2009 la reputada Royal Shakespeare Company convocó al director teatral Matthew Warchus y al dramaturgo y guionista Dennis Kelly para que trabajaran en la realización de un musical a partir del libro de Dahl.
El corazón de la historia se mantuvo vibrante, pero ahora con canciones (autoría de Tim Minchin), bailes y secuencias perfectamente coreografiadas, con resultados excepcionales: el público y la crítica se rindieron ante la obra, que terminó ganando premios Tony y Oliver y expandiendo su vida con múltiples versiones en Reino Unido, Broadway, Oceanía y Asia.
Titulado Matilda, de Roald Dahl: El musical, el largometraje que acaba de llegar al catálogo de Netflix es la adaptación para cine de esa pieza teatral. Reúne a las principales fuerzas creativas de esa producción –Warchus, Kelly y Minchin– y sale airosa frente al legado de las diferentes encarnaciones de la novela del autor británico.
Matthew Warchus reveló que imaginó el potencial de una película mientras desarrollaban los ensayos del musical, estrenado originalmente en noviembre de 2010. “Es justo decir que mi cabeza estaba llena de imágenes cinematográficas, así que muy tempranamente podía imaginar una versión para cine”, señaló a The Hollywood Reporter, admitiendo que cuando el proyecto avanzó “no quería ser la persona que lo arruinara”.
Un aspecto permitió que junto a Dennis Kelly realizaran ajustes y modificaciones sin mayor compromiso con lo que habían creado previamente: el tiempo transcurrido desde el montaje teatral y el filme, superior a una década. “Fue como mirar el trabajo de un extraño y poder determinar qué debía ser cambiado, en lugar de aferrarte a algo que está muy cerca de ti”, indicó.
Las canciones se mantienen intactas en su mayoría –aunque el número de cierre es diferente– y el arco de la historia no sufre mayores variaciones. Pero el director aprovecha de poblar la pantalla con imágenes de fantasía que acentúan el rasgo más mágico del libro original. Como los buenos musicales, transmite la sensación de que todo es posible en pantalla, al tiempo que las grandes luchas y sueños de la protagonista vuelven a desplegarse con vigor.
Se vuelve determinante el carisma y encanto de Alisha Weir, la debutante que encarna a Matilda. La joven nacida en 2009 en Dublín fue la elegida de Warchus al concluir un proceso en que participaron centenares de niños aspirantes al rol principal y a otros secundarios.
La selección estaba acotada a “alguien que pueda transmitir madurez, pero que sea muy pequeña y lo más joven posible, con un rostro que luzca muy pensativo. Así que estás buscando una energía diferente”. “Rápidamente se hizo evidente que ella tenía algo único y que era absolutamente perfecta”, aseguró.
Una villana como Darth Vader
¿Pero qué sería de Matilda sin una gran Tronchatoro, la villana de la trama? Los realizadores se decantaron por Emma Thompson, acaso uno de los mayores talentos británicos. La decisión hoy luce algo lógica, pero rompió con una especie de tradición: en el montaje musical el personaje siempre lo asumió un hombre caracterizado como mujer (aunque en la película de 1996 recayó en la galesa Pam Ferris).
Según la óptica de Warchus, la implacable directora de la escuela –conocida originalmente como Agatha Trunchbull– “es una fuerza de la malevolencia que va más allá del género, en realidad”, comentó a USA Today.
En este caso su objetivo consistía en que el personaje generara un efecto similar al de Darth Vader, “donde te sientes inquieto, ya seas un niño o un adulto. Eso no es en absoluto lo que sientes cuando Emma Thompson entra a una habitación: te sientes como si estuvieras con una vieja amiga. Pero cuando abrió la puerta y la vi acercarse por el pasillo, fue realmente aterradora la forma en que me hizo reír. Pensé: ‘Esto es genial. Tenemos a nuestra Tronchatoro’”.
Durante cada jornada de las filmaciones el equipo tardó tres horas en maquillar, peinar y completar la caracterización de la ganadora del Oscar. Para que el rodaje no se volviera una pesadilla, instalaron un sistema de enfriamiento dentro del disfraz que permitió mantenerla fresca en todo momento.
Fuera de la transformación física, Thompson se inspiró en una directora “aterradora” que conoció cuando era pequeña y en la biografía de la poeta británica Edith Sitwell, quien fue maltratada por sus padres. De ese modo imaginó que Tronchatoro había sufrido una infancia dura. “Entonces podríamos imaginarla atacando a los niños, no por ellos, sino por lo que sucede dentro (de ella). No puede soportar la vulnerabilidad de los niños”, explicó.
Su interpretación y la de Alisha Weir lideran un elenco también compuesto por Lashana Lynch, Stephen Graham, Andrea Riseborough y Sindhu Vee, un grupo de actores plenamente comprometidos con la tarea de revivir en la pantalla una de las obras más queridas de Roald Dahl.
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