“Me siento en el exilio todo el tiempo”: Chantal Akerman en primera persona

Nacida en 1950 en Bruselas en el seno de una familia judía, la imprescindible directora belga indagó en el espacio íntimo y en la subjetividad del tiempo. Su obra, reconocida desde sus orígenes, volvió a ganar notoriedad gracias a que Jeanne Dielman, 23, quai de Commerce, 1080 Bruxelles (1975) fue elegida la mejor película de todos los tiempos en la encuesta de la revista Sight and Sound. Recordamos algunas de sus frases a propósito de su natalicio número 73.


*Su primera aproximación al cine mediante Godard

“(En Bruselas) necesitabas tener 16 años para ver cosas interesantes. Entonces, todo lo que vi antes de eso fue gran mierda estadounidense como, no sé, Los cañones de Navarone (1961) y Los Diez Mandamientos (1956). Solo íbamos al cine para besarnos, comer helado y finalmente ver la película. Pero no me importaba. Yo estaba mucho más interesada en la literatura; quería ser escritora. Luego vi la película de Godard Pierrot el loco (1965) y tuve la sensación de que era arte y que podías expresarte. Era 1965 y sentías que los tiempos estaban cambiando (…) Salí de ese lugar, del cine, y dije: ‘Quiero hacer películas. Solo eso’”. (The A.V. Club, 2010)

*El tiempo en el cine

“Cuando lees un texto, estás en tu propio tiempo. Eso no aplica en el cine. De hecho, en el cine estás dominado por mi tiempo. Pero el tiempo es diferente para cada uno. Cinco minutos no es lo mismo para ti que para mí. Y cinco minutos a veces parece mucho, a veces parece corto (…)

Cuando estás editando, sucede algo que te dice que es el momento de cortar. No es teórico, es algo que siento. Después, siempre es muy difícil explicarlo. Al principio, sobre todo con Jeanne Dielman, mucha gente pensaba que yo era una gran teórica. Todo lo contrario. Más tarde, cuando la gente me conocía, se daba cuenta de eso. Todos pensaron, por ejemplo, que Jeanne Dielman estaba narrada en tiempo real, pero el tiempo estaba totalmente restablecido, para dar la impresión de tiempo real”. (Artforum, 2004)

*El ritmo y la cámara estática de Jeanne Dielman

“Al principio, la película parece muy larga y de repente lo aceptas. El ritmo es necesario no sólo para contar la historia, sino también para hacerte sentir, en tus huesos, en tu carne, en tu corazón (..) La cámara estática es algo muy instintivo para mí. El espectador tiene que saber desde qué punto de vista se narra el filme. La mayoría de los cineastas adoptan el punto de vista de Dios, como un narrador omnisciente. Para mí, la cámara estática es una cuestión de ética, moral, política”. (The New York Times, 1998)

*¿Es Jeanne Dielman una película feminista?

Creo que es una película feminista porque le doy espacio a cosas que nunca, casi nunca, se mostraron de esa manera. Como los gestos cotidianos de una mujer, que son los más bajos en la jerarquía del cine… Esa es una de las razones por las que creo que es una película feminista. Y por el estilo. No tanto por el contenido. Pero el hecho de que quisiera mostrar esos gestos con la mayor precisión posible... Si haces eso es porque los amas. De alguna manera reconoces esos gestos. Siempre fueron negados e ignorados. Realmente creo que el problema con las películas de mujeres, por lo general, no tiene nada que ver con el contenido. (Camera Obscura)

*La fascinación por Kafka

Amo los diarios de Kafka más que cualquier otra cosa. Me siento muy cerca de él por muchas razones. No exactamente de lo que escribe, sino que más de sus cartas; también del libro que (Gilles) Deleuze y (Felix) Guattari escribieron sobre él, y el hecho de que no está usando su propio idioma, sino otro idioma que no es su lengua materna. Yo siento lo mismo cuando hablo francés, que no es exactamente mi idioma. Además, él siempre quiso tener una prometida y nunca pudo; finalmente la gente como nosotros no puede conseguir eso”. (Artforum, 1983)

*Su primer viaje a Nueva York, con 21 años

“Fue solo un deseo. Tenía la impresión de que allí pasaban cosas, pero no tenía ni idea. Sabía unas pocas palabras de inglés, muy pocas, cuando llegué. Aprendí a arreglármelas bastante rápido y nunca sentí que hablara mal. Aquí en Francia, sí (…) En Nueva York me sentí aliviada del peso de no pertenecer. Y al mismo tiempo, sentí que no pertenecía. Pero eso era parte del placer. Aquí no pertenecer no es un placer”. (Artforum, 2004)

*La relación con su madre sobreviviente de Auschwitz

“Mi madre estuvo en los campos de concentración y nunca dijo una palabra al respecto (…) Yo estaba obsesionada con eso, con su vida. También me obsesionó la forma en que, cuando salió de los campos, convirtió su casa en una cárcel. Eso es Jeanne Dielman. Ahora puedo decirlo, pero no era consciente de eso cuando lo hice. Pensé que yo era la que tenía que hacer algo, porque ella no diría nada. Yo era la que entregaría un testimonio en lugar de ella”. (Notebook, 2015)

*Su infancia y sus orígenes judíos

“Estoy en el exilio todo el tiempo. Donde sea que vayamos, estamos en el exilio. Incluso en Israel, estamos en el exilio (…) Mi familia era pobre. Cuando tenía 12 años, ya no éramos tan pobres, éramos de clase media. Mis abuelos eran gente muy educada, pero en la tradición judía. Sabían todo acerca de la Biblia. Y luego tuvieron que venir a Bruselas, huir de Polonia, porque había demasiado antisemitismo. Perdieron todo lo que tenían. Y mi padre tuvo que empezar a trabajar cuando tenía 12 años”. (The A.V. Club, 2010)

*El cine documental

“Ahora con los documentales, (los productores) quieren que estén cada vez más definidos, y no puedo definir para nada las cosas. Así que doy vueltas a su alrededor. Escribo alrededor del filme, alrededor del agujero, digamos, o alrededor del vacío. Porque quiero empezar a hacer un documental sin saber lo que estoy haciendo. Siempre piden: ‘Cuéntanos qué vas a hacer’. Y todo lo que puedo decirte es que simplemente no lo sé. Es precisamente por este desconocimiento que puede haber un filme”. (Artforum, 2004)

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