Mario Amorós, historiador: “Si Frei Montalva hubiera aceptado un acuerdo con Allende, el golpe de Estado hubiera sido más difícil”

Mario Amorós. Foto: Luis Sevilla / La Tercera.

Allende. Biografía política, semblanza humana, se llama la nueva edición del libro sobre el exmandatario que el historiador español acaba de publicar y que se encuentra en nuestro país. En charla con Culto, comenta que es un volumen completamente reescrito, analiza los roles de Aylwin y Frei en la antesala del golpe y cuáles fueron los principales nudos de confilcto.


Fue en 2013 cuando en el marco de los 40 años del golpe de Estado de 1973, Mario Amorós publicó una extensa biografía de Salvador Allende. Diez años después, para los 50, el historiador español decidió volver a trabajar sobre el exmandatario chileno. “Esta biografía estaba agotada en las librerías chilenas desde hace varios años. Estaba muy demandado por los lectores, además, por mi parte, tenía en mi mente la fecha simbólica de la conmemoración de los 50 años del golpe, por lo que con mucha antelación reservé unos meses de trabajo para reescribir completamente la biografía”.

Y eso fue lo que hizo. De hecho, Allende Biografía política, semblanza humana es un libro más sintético que la versión anterior: el de 2013 tenía 700 páginas; este 550. Ya se encuentra en los escaparates nacionales a través de Ediciones B, misma casa editora de la versión anterior.

Amorós comenta a Culto que el libro fue reescrito completamente. “El proceso de reescritura fue arduo a partir de la documentación nueva que he ido acumulando en la última década. Incluyo las referencias publicadas sobre Historia de Chile que han tratado a Allende, a la UP en los últimos 10 años. Además, espero que las y los lectores aprecien el oficio que he ido adquiriendo en la escritura de biografías en los últimos 10 años. Creo que no escribo igual de hace años. Esto se debe a que -como en cualquier oficio- la práctica en la resolución de problemas que plantea escribir un libro, crea una mejor pluma”.

- Entiendo que pudiste acceder al Archivo ruso RGASPI. ¿Qué pudiste extraer de ahí que antes no tenías?

- Ese archivo lo consulté en el año 2014 y encontré documentación muy importante para mi libro de Neruda. Pero algún documento importante lo cito en esta biografía de Allende en lo que tiene que ver, por ejemplo, con la candidatura presidencial de Neruda, de 1969, cuando Volodia Teitelboim se entrevista con diplomáticos chilenos y les dice que esa candidatura va a ir hasta el final si la izquierda no alcanzaba un acuerdo en torno al programa y a un candidato único. Es un dato importante, porque se había planteado que la candidatura de Neruda era simbólica y este documento demuestra que no fue tan así, sino que el PC la levantó con el ánimo de llegar hasta el final, a la papeleta.

- Pudiste acceder a los documentos desclasificados por Washington en la última década, que ofrecen aún más luces sobre el papel de Estados Unidos en la desestabilización de nuestro país desde septiembre de 1970. ¿Qué cosas encontraste?

-Lo que cito son trabajos de otros historiadores, como Peter Kornbluh o el trabajo de Pascale Bonnefoy. Estos investigadores son los que han trabajado con las fuentes directas, y sus trabajos no pude citarlos en 2013 porque aún no se habían publicado. Ellos nos permiten conocer mejor la intervención de Washington, sobre todo lo que tuvo que ver con la visita de Agustín Edwards a la Casa Blanca el 15 de septiembre de 1970.

FILE - Chilean President Salvador Allende salutes from an open vehicle as General Augusto Pinochet rides on horseback at left in Santiago, Chile, May 21, 1972. (AP Photo/File)

- También revisaste el archivo de Patricio Aylwin. En el libro se recoge una declaración suya que señala que su idea era hacerle una oposición “categórica, clara y definida y no dejarle pasar ni una”. ¿Qué elementos del archivo de Aylwin lo sorprendieron?

- Es un repositorio digital Patricio Aylwin Azócar, lo consulté a fondo hace cuatro años para elaborar mi libro Entre la araña y la flecha. La trama civil contra la Unidad Popular (Ediciones B, 2020). Es un archivo fundamental para estudiar la historia de Chile, el gobierno de la UP y el golpe. Hace 10 años tampoco existía, entonces ahora la biografía se enriquece. Acá lo utilizo sobre todo para todo lo que tiene que ver con los 60 días que transcurrieron entre la elección presidencial del 4 de septiembre y el inicio del mandato, el 3 de noviembre. También para lo que fue la reacción de la DC ante el golpe.

- Según anotas en el libro, Aylwin fue quien terminó de pulir la Declaración de la Cámara, del 22 de agosto de 1973, en que se declaraba inconstitucional al gobierno. ¿Cuál fue el rol total de Aylwin en esa iniciativa?

- Él lo explicó así en su libro El reencuentro de dos demócratas, publicado en 1998. Es muy significativo todo lo que tiene que ver con la declaración de la Cámara del 22 de agosto del 73. Después del paro de octubre del 72, el Partido Nacional pidió que el Congreso se pronunciara en esos términos contra la actuación del gobierno. Luego, en junio del 72, lo volvió a solicitar. No fue hasta agosto, en que concluyó el diálogo entre Allende y Patricio Aylwin, cuatro días después de la cena en la casa del Cardenal Raúl Silva Henríquez, cuando la DC se atrevió a plantear esa declaración en la Cámara, que constituyó un abierto llamado al golpe de Estado. No tenía ningún efecto legal, pero acusaba al gobierno de haber quebrantado gravemente la institucionalidad y la propia Constitución.

- Se menciona mucho el impasse por la promulgación de la Ley Hamilton-Fuentealba. A tu juicio, ¿cuánto influyó en el quiebre del gobierno y la DC? ¿Cuánto pesó en el golpe?

- El debate sobre las áreas de la economía, inaugurado en el terreno legal por la presentación de la reforma constitucional conocida como la Ley Hamilton-Fuentealba en octubre del 71, fue uno de los núcleos de conflicto institucional y político en el tiempo de la UP. Para el Presidente, fue imposible alcanzar un acuerdo en esta materia. En junio del 72, el acuerdo estuvo muy cerca, la propia revista de la DC reconoció que el gobierno había aceptado el 80% de las peticiones de la falange. No fue posible alcanzar ese acuerdo, persistían las diferencias sobre la estatización de la compañía papelera y el conflicto se endureció a lo largo del año 1973. Fue una parte muy importante del conflicto politico-institucional que sacudió Chile en aquellos tres años, y evidentemente tuvo un peso en la polarización del país.

- ¿Cuál fue el rol de Frei Montalva en la crisis y posterior golpe?

- El 7 de septiembre de 1970, Frei le dijo a Allende que su victoria representaba un gran fracaso para él, y en segundo lugar, en reuniones en la casa de Gabriel Valdés, Frei le hizo a Allende un pronóstico muy pesimista sobre su gobierno. Para mí, el Presidente Frei Montalva tiene una responsabilidad importante en la creación de las condiciones políticas que desencadenaron el golpe de Estado. En el invierno de 1973, Frei no solo era el líder moral de la DC, también el presidente del Senado. Si él hubiera aceptado un acuerdo con el Presidente Allende, el golpe de Estado hubiera sido más difícil. Soy muy crítico del papel que tuvo Frei aquel invierno. Por testimonios como el de Gabriel Valdés sabemos que estaba al corriente de la conjuración golpista. La tarde del 10 de septiembre él y Aylwin supieron que al día siguiente vendría el golpe y guardaron silencio. Además, tras el golpe, la DC aprueba una declaración de apoyo al golpe, de rechazo a la UP y crítica al gobierno del Presidente Allende. Y en las semanas posteriores, Aylwin hizo innumerables declaraciones de apoyo al golpe y a a Junta Militar. Además, tanto Aylwin como Frei acusaron a la Unidad Popular de ser los responsables de golpe de Estado en Chile, de haber creado la situación que llevó al golpe de Estado. Esta tesis la hemos visto de vuelta en Chile.

- En su interpretación como historiador. ¿Considera que el Presidente Allende respetó la democracia? ¿Se justificaba la declaración del 22 de agosto?

- Esa declaración es injustificable. La oposición tuvo y perdió la posibilidad de destituir al Presidente Allende en marzo del 73, después de la elecciones parlamentarias, porque no sumó la mayoría de 2/3 que necesitaba en el Senado que se lo hubiera permitido. Esa declaración del 22 de agosto no tuvo ningún efecto jurídico, sino que tuvo el efecto de interpelar a las fuerzas armadas a que se sublevaran contra la autoridad del Presidente.

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