Crítica de discos de Marcelo Contreras: Kim Deal, Opeth y Mötley Crüe se lucen
Nombres consolidados y legendarios dominan las novedades discográficas de los últimos días. Deal se alza como una imprescindible del rock alternativo de las últimas décadas, mientras que la agrupación sueca demuestra su carácter enérgico e intrincado.
*Kim Deal - Nobody loves you more
“Desearía que a Kim le permitieran escribir más canciones para los Pixies”, declaró Kurt Cobain hace 32 años. Nunca sucedió y Kim Deal (63) se marchó para seguir con The Breeders. En paralelo, acumuló material por más de una década, la carne en este debut solista.
Nobody loves you more retrata a una de las heroínas del rock en estado de gracia. La canción homónima sugiere el escenario de un gran casino vintage mientras interpreta una pieza de amor como una diva desinteresada. “Quiero decirte, nadie te ama más”, entona cándida en medio de violines hasta un magnífico quiebre de bronces y redobles. Un aire de ranchera, a lo lejos, propulsa Coast -”es humano querer una salida, es humano querer ganar”-, para cambiar de curso rumbo a la seductora intersección de rock y electrónica de Crystal breath.
La hermosa Are you mine? evoca la balada de la era Eisenhower, un arrullo inspirado en la demencia senil de su madre. Disobedience linkea con Guided by Voices, alguna vez producido por la bajista; Wish I was ofrece pop melodramático, coral y reverberante antes de la beatlemanía, en tanto una cadencia de bajos recargados, guitarras sinuosas y una inquieta batería sacuden en Big Ben beat. Nobody loves you confirma que Cobain estaba en lo cierto, certificando a una artista de capacidades enciclopédicas procesadas con clase y naturalidad. Cool como siempre.
*Opeth - The last will and testament
Tras la I Guerra Mundial un millonario deja un testamento que excluye a sus hijos gemelos concebidos mediante asistencia, favoreciendo a una niña con polio que, según revela la voluntad escrita del patriarca, es su heredera sanguínea con una doncella a su servicio. Esta trama, la primera conceptual desde Still life (1999), concluye la pausa discográfica de cinco años de los suecos Opeth -la más extensa en su trayectoria-, para el debut del baterista Waltteri Väyrynen, tras la partida de Martin Axenrot en 2021.
The last will and testament recurre a las voces guturales, suspendidas desde Watershed (2008), y convoca invitados estelares: Joey Tempest de Europe en coros, y la voz de Ian Anderson de Jethro Tull en formato spoken word, junto a su infaltable flauta traversa en varios cortes. Son ocho movimientos cincelando progresivo de alta factura y técnica, dialogando fluidamente con el registro serpenteante entre la melodía y el bramido del líder y guitarrista Mikael Åkerfeldt. Los decorados de la London session orchestra convocan remansos en el temperamento instrumental dominado por las cifras irregulares y las escalas acrobáticas, sin que el virtuosismo se torne en letanía, el riesgo inherente del género. Opeth articula todas sus influencias y retoma el pasado en una travesía majestuosa, intrincada y emotiva.
*Mötley Crüe - Dr. Feelgood (35th anniversary-2024 remaster)
El mejor elogio hacia Dr. Feelgood (1989) provino de manera oblicua de Metallica, al contratar los servicios de Bob Rock para el Black album (1991), impresionados del sonido masivo que el productor canadiense obtuvo de la banda símbolo de glam metal californiano, en su quinto paso por el estudio. Dr. Feelgood no solo es el título más exitoso en la prolongada y azarosa historia de Mötley Crüe, sino también su mejor trabajo.
A pesar de esa categoría, no encarna precisamente un disco redondo, con más de un relleno. Pero los singles son absolutamente demoledores, partiendo por el vívido escenario callejero del corte homónimo cargado de pastoso ritmo; siguen la adrenalínica Kickstart my heart, la parranda eterna de Same ol’ situation (S.O.S.), y la power ballad Without you, uno de los mejores ejemplos de aquel explotado subgénero ochentero. Los demos de esta versión aniversario realzan aún más el trabajo posterior de Bob Rock en cuanto al peso, el empuje y el decorado de las canciones, donde sobresalen las guitarras de Mick Mars, y la guía que brindó al trabajo vocal de Vince Neil. Las maquetas consignan una fuerte presencia de voces femeninas que dan otros contornos a los originales. La edición incluye versiones en vivo de los hits del álbum, en una época en que Mötley Crüe era sinónimo de energía y despliegue escénico.
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