Carlo Vecce, biógrafo de Leonardo Da Vinci: “Era un hombre como todos nosotros, con sus incertidumbres, sus miedos”
Vida de Leonardo (Alfaguara), se llama la completa biografía que el estudioso italiano acaba de publicar sobre el genio del Renacimiento. En charla con Culto desde Italia, desmenuza el volumen. Comenta por qué no terminaba sus obras, la rivalidad con Miguel Ángel y la gran influencia de su madre, una esclava circasiana.
Fue hace 8 años, mientras trabajaba en los archivos de Florencia, cuando el académico italiano Carlo Vecce (66) vivió una epifanía. Descubrió un documento entre los papeles del notario Piero da Vinci que entregaba una información reveladora: la madre de Leonardo da Vinci fue una esclava oriunda de Circasia (en el noroeste del Cáucaso y la costa noreste del Mar Negro, hoy parte de Rusia), dato hasta entonces desconocido. Todavía emocionado, recuerda ese instante a Culto.
“De repente, empecé a leer un documento que nunca había visto, que nadie había visto en los últimos quinientos años: ‘Yo, notario Piero, libero a una esclava circasiana llamada Caterina...’. La fecha era justo seis meses después del nacimiento de Leonardo. No podía creer que pudiera ser ella. ¿La madre de Leonardo, el mayor genio italiano, una esclava extranjera? Así que reanudé mi investigación, y todos los demás documentos confirmaron la misma hipótesis: esa muchacha, esa esclava de un mundo lejano, era la madre de Leonardo”.
Con tamaño descubrimiento le dio vida al libro Caterina (2024), una novela de no-ficción en que reveló todo sobre la mujer. El paso siguiente era lógico: una completa biografía sobre el genio renacentista. Así, acaba de llegar a Chile Vida de Leonardo (Alfaguara) un voluminoso libro donde Vecce -uno de los mayores estudiosos del Renacimiento- repasa la vida del artista gracias a un sólido trabajo documental y una escritura amena.
“Me ha fascinado la figura de Leonardo desde niño, y leí, casi por casualidad, un hermoso ensayo de Sigmund Freud sobre un recuerdo suyo de infancia. Con los años, me he especializado en el estudio no de Leonardo, sino de la cultura del Renacimiento y, sobre todo, de la historia de la escritura, los manuscritos y los libros antiguos. En realidad, soy historiador, filólogo, experto en textos y literatura, no historiador del arte, aunque, por supuesto, me apasiona. Así que, cuando volví a acercarme a Leonardo, lo hice principalmente a través de sus manuscritos, los famosos códices, que no son más que cuadernos de trabajo normales, en los que, día tras día, anotaba todos sus estudios y reflexiones”.
¿Cómo fue el proceso de investigación?
Muy largo y complejo, porque para acercarse a la realidad histórica y humana de Leonardo, primero hay que ir más allá del mito que rodea su nombre y su figura. En el imaginario contemporáneo, todo lo relacionado con Leonardo parece extraordinario, casi inalcanzable o incomprensible para el común de los mortales. Y, en cambio, Leonardo era un hombre como todos nosotros, con sus incertidumbres, sus miedos, sus fracasos. Debemos ser muy fieles a los documentos originales, tanto a los manuscritos autógrafos como a los testimonios de contemporáneos que conocieron a Leonardo. Con gran humildad, porque todos estos materiales, lamentablemente, solo nos ofrecen fragmentos, y mucho se ha perdido.
En su libro anterior, Caterina, describe quién era la madre de Leonardo ¿Cuánta influencia tuvo ella en su vida y obra artística?
En mi opinión, Caterina tuvo una enorme influencia, en primer lugar porque de niño vivió con ella en la campiña de Vinci durante sus primeros diez años de vida. Como sabemos, Leonardo era hijo natural de un notario florentino llamado Piero y de la misteriosa Caterina, quien se creía campesina de Vinci. Su padre nunca lo legitimó ni se lo llevó a vivir con él a Florencia, pues estaba casado con otra mujer. Fue Caterina quien lo amamantó durante los dos primeros años, y probablemente lo siguió después. La imagino como una muchacha extraordinaria, fuerte, hermosa, sin cultura, sin saber leer ni escribir, pero debió de enseñarle los principios fundamentales que encontramos en toda la vida y obra de Leonardo: el amor por la naturaleza, por la belleza, por la libertad. Por eso, creo que Leonardo nunca la olvidó. Por eso pintó principalmente mujeres y madres con hijos. En todas esas figuras, quizás, incluso en la Mona Lisa, hay algo de Caterina: un gesto, una mirada, una sonrisa.
Además del descubrimiento sobre Caterina, ¿hubo otros descubrimientos sobre la vida de Leonardo que lo sorprendieran durante su investigación?
Sí, muchos otros documentos nuevos o nuevas interpretaciones de lo que ya creíamos saber. Se han realizado muchos descubrimientos importantes, por ejemplo, gracias a la colaboración de mis colegas científicos e historiadores del arte, gracias a las nuevas tecnologías de diagnóstico y digitales. Hoy podemos ver cosas increíbles en dibujos y pinturas, invisibles a simple vista; descubrir la verdadera técnica de Leonardo y los materiales que utilizó. Desde un punto de vista biográfico, tras el descubrimiento de Caterina, para mí el descubrimiento más importante fue el de su padre, Piero. Hasta ahora, siempre lo habíamos considerado de forma negativa, como quien embarazó a Caterina y luego no le había mostrado mucho cariño a Leonardo, sin reconocerlo nunca como su hijo. En cambio, los nuevos documentos que encontré me revelaron que Piero, a pesar de todo, siempre intentó ayudar a Leonardo: por ejemplo, para encontrar trabajo. En la práctica, detrás de todos los encargos florentinos de Leonardo, encontré la sombra de Piero: la Anunciación, la Adoración, la Batalla de Anghiari, Santa Ana e incluso la Mona Lisa.
Habla de la rivalidad de Leonardo con Miguel Ángel. ¿Cuánto de esta rivalidad es real y cuánto es mito?
Es difícil decirlo con exactitud; es una leyenda que nació en aquella época, pero como todos los mitos, también tiene algo de verdad. Leonardo y Miguel Ángel eran muy diferentes en carácter, personalidad y visión del arte. Quizás nunca discutieron en persona, pero sus contemporáneos sabían que no podían llevarse bien. La culpa, si es que podemos llamarla culpa, fue toda de Miguel Ángel, que tenía un carácter desagradable, cerrado y sombrío; Leonardo, en cambio, siempre estaba sonriente, jovial, abierto a los demás y a la conversación. Entre las muchas leyendas, que también encontramos en los dramas televisivos, hay una relacionada con las grandes pinturas de batallas que ambos debían pintar en la misma sala del Palazzo Vecchio de Florencia. En realidad, Miguel Ángel nunca trabajó allí y abandonó Florencia antes de que Leonardo empezara a pintar nada. Sin embargo, existe un episodio real: cuando Miguel Ángel terminó el David, hubo una gran discusión sobre dónde colocarlo, y Leonardo propuso ponerlo en un rincón donde nadie lo viera. Bueno, creo que en esta ocasión Miguel Ángel se enfadó mucho.
El libro también aborda la homosexualidad de Leonardo y el hecho de que su discípulo Salai fuera su amante y secretario. ¿Qué importancia tuvo Salai en la vida de Leonardo?
Salai fue un referente fundamental en la vida de Leonardo, también desde un punto de vista emocional. Es también un modelo de belleza, representado en numerosos dibujos, incluso en pinturas como la de San Juan Bautista. ¿Por qué? Era una belleza ambigua, muy apreciada en el Renacimiento: la belleza del andrógino, el mito platónico del hermafrodita, de un ser que albergaba tanto lo masculino como lo femenino. De hecho, no creo que podamos usar la palabra “homosexual” para Leonardo, que es un término moderno. Incluso fue juzgado en Florencia por este tipo de relación, pero su sexualidad era probablemente más bien transexual, transgénero, como sugieren muchas de sus pinturas. Un deseo de ir más allá de las diferencias de género, de vivir la sexualidad con mayor libertad.
Menciona el hecho de que muchas de las obras de Leonardo quedaron inconclusas, incluyendo la Mona Lisa. ¿Por qué?
Esta incompletitud fue un problema recordado por todos sus contemporáneos y reprochado a Leonardo. Según Vasari, Leonardo no completó sus obras porque buscaba demasiado la perfección. En mi opinión, sin embargo, la concepción artística de Leonardo era extraordinariamente moderna: al igual que los artistas modernos y contemporáneos, prefería la fase de creación, la de imaginación, al momento de culminación. Un infinito “trabajo en progreso”. Como dice Umberto Eco, una obra abierta.
¿Cuál fue, en su opinión, la mayor contribución de Leonardo al arte?
Su mayor contribución no reside en sus habilidades técnicas, por extraordinarias e inigualables que fueran en su época (más tarde, solo Caravaggio, Rembrandt y Vermeer retomarían su camino). No, la contribución más importante es la capacidad de ver la obra como un organismo en movimiento. Para Leonardo, una pintura, un retrato, es casi como un ser vivo. Para él, la Mona Lisa está viva y lo seguirá estando para siempre. Esto es lo que intenta comunicarnos. Y es el mensaje que sigue fascinando a millones y millones de personas en todo el mundo.
¿Cree que aún quedan preguntas sin respuesta sobre Leonardo?
¡Sí, muchísimas!
¿Cómo definiría a Leonardo?
Un soñador.
La figura de Leonardo se ha enseñado en la cultura occidental como el gran símbolo del Renacimiento. ¿Cree que sí?
En parte cierto, pero también falso. En primer lugar, porque Leonardo, por un lado, retoma las aspiraciones más importantes del Renacimiento (el renacimiento de la civilización de los antiguos), pero por otro las niega, centrando su atención directamente en la naturaleza y sentando las bases para el nacimiento del método experimental que conducirá a Galileo. El mundo moderno está naciendo. El gran filósofo alemán Friedrich Nietzsche escribió que Leonardo trasciende las fronteras de la civilización europea y occidental. Es cierto. Su mirada está abierta a otras culturas, a otros mundos. En sus manuscritos, el deseo de viajar, de conocer, es evidente. En sus pinturas, siempre se percibe algo extraño, ajeno a la cultura occidental, que parece acercarse a Oriente, e incluso a la India. Ahora, tras descubrir la historia de Caterina, también sabemos por qué. Leonardo sabía que llevaba en la sangre algo que venía de muy lejos. Era verdaderamente el fruto del encuentro entre Oriente y Occidente.
¿Por qué cree que hoy, más de 500 años después, la humanidad sigue conmovida y maravillada por sus obras?
Porque, en mi opinión, transmiten un mensaje profundo a nivel humano, una emoción difícil de descifrar y de decir exactamente qué es, pero que llega al corazón. Los verdaderos misterios de la vida de Leonardo no son los de El Código Da Vinci ni otras tonterías de la cultura pop estadounidense: no, son los misterios de la vida. Si tan solo pensamos en la historia de Caterina, esta mujer reducida a la esclavitud, humillada, ofendida, llevada por el Mediterráneo, que al final recupera su libertad y dignidad como ser humano, y en la historia de su hijo, un niño solitario, un pequeño bastardo sin familia, que tuvo que luchar toda su vida para encontrar su lugar en el mundo, entonces podemos comprender verdaderamente lo que realmente nos acerca a Leonardo y su humanidad.
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