El caso Sabrina Carpenter: un espresso en la descafeinada cultura pop
Sabrina, ex chica Disney, respeta la tradición y utiliza el sexo en la misma clave trasgresora y explícita de Britney Spears y Miley Cyrus, todas provenientes de una empresa multimedia que ha protagonizado y dictaminado las pautas de la industria del entretenimiento por casi un siglo, pro familia y con énfasis en valores conservadores. Hijas pródigas que se revelan por guión o porque simplemente quieren dar un vuelco a sus personajes.
Experimentamos una era donde las figuras del estrellato de diversa índole, miden milimétricamente palabras y acciones para evitar conflictos proclives a minar la imagen y salpicar valores, con consecuencias fatales en las finanzas. Los deportistas de élite llevan años tapándose la boca en medio de intensas competencias, bloqueando la lectura de sus labios. Caben atendibles razones de estrategia, pero también crecientes exigencias de decoro. En la Fórmula 1 los pilotos han sido obligados a suprimir las palabrotas, a riesgo de ser multados y sancionados mientras reciben órdenes, reportan problemas, y discuten planes por radio con sus equipos. La pasión se debe subordinar en favor de un buen manejo no solo en la pista, sino del lenguaje y las emociones, con la vida en riesgo a más de 300 kilómetros por hora.
En Chile, los guionistas de teleseries vespertinas se ven en aprietos para elaborar sus historias, debido a las opiniones y presiones del público sobre tramas y personajes. La gente se manifiesta reacia a los villanos y entuertos clásicos como la infidelidad. Se esgrimen experiencias de revictimización, obligando a nudos y desarrollos argumentales más neutros. Dramas en versión light sin conflictos morales. Nada muy intenso. Descafeinado, por favor.
El adelanto de la portada de Man ‘s best friend, el próximo álbum de la explosiva popstar Sabrina Carpenter, séptimo episodio de su discografía a estrenarse el 29 de agosto, provocó molestia en redes. Calificado por usuarios como “ritual de humillación” y “perpetuación de lógicas patriarcales”, muestra a la artista de 26 años de vestido corto negro y arrodillada en sugerente pose, en tanto una figura trajeada tironea su rubia cabellera. Proclive a los juegos de palabras en sus letras, el título es inequívoco en tanto el gesto irradia sumisión y deseo.
Que un elemento de arte y marketing tan antiguo como la carátula de un disco vuelva a provocar polémica resulta enternecedor y ciertamente repetido, desde que Los Beatles causaron estupor con la grotesca fotografía del compilado Yesterday and today (1966). Los 70 y 80 fueron años pródigos en portadas con jovencitas y mujeres adultas sexualizadas y sometidas, imaginario proveniente sin disimulo de la era dorada de los filmes para adultos encarnada en el porno chic, una industria millonaria habitualmente denostada donde las mujeres ganan más que los hombres, empoderadas en compañías de su propiedad y labores de dirección, en una esfera como la cinematografía dominada desde siempre por hombres.
La composición de la portada de Man ‘s best friend de Sabrina Carpenter guiña a Animal magnetism (1980) de Scorpions, en una de varias lecturas sugeridas por la imagen. Confirma la transición desde un pop confesional de tintes folk ejercido en Emails I can’t send (2022), hasta el erotismo rebosante del exitoso Short n’ sweet, el álbum encabezado por el pegajoso hit Espresso, una de las canciones del año en 2024.
Sabrina, ex chica Disney, respeta la tradición y utiliza el sexo en la misma clave trasgresora y explícita de Britney Spears y Miley Cyrus, todas provenientes de una empresa multimedia que ha protagonizado y dictaminado las pautas de la industria del entretenimiento por casi un siglo, pro familia y con énfasis en valores conservadores. Hijas pródigas que se revelan por guión o porque simplemente quieren dar un vuelco a sus personajes, experimentando una fantasía de ribetes triple equis en una fase creativa y comercial, como parte del arte, el negocio y la promoción.
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