¿Golpe al “aprobar para reformar”? Convencionales critican “cerrojo” aprobado por el pleno

La Convención visó este martes el artículo que propone modificar la nueva Constitución hasta 2026 con un quorum de 4/7 y, en caso de materias sustanciales, agregar un referéndum ratificatorio. Esto último fue calificado como un "candado" y algunos apuntan a que con eso se dificulta la estrategia de sectores de izquierda que llaman a votar a favor del proyecto de nueva Carta Magna, apelando a que, de aprobarse, podrán hacer modificaciones. Otros constituyentes, en todo caso, defienden la norma.


“Se acaba el aprobar para reformar. Los que creían que podían aprobar para luego reformar, deben saber que no podrán hacerlo hasta cuatro años más, porque este Parlamento es declarado interdicto en la práctica”, advirtió el convencional Felipe Harboe (Colectivo del Apruebo) este martes en su intervención en el pleno, en la antesala de la votación del informe de la comisión de Normas Transitorias.

El convencional exmilitante del PPD -quien aún no sincera su postura de cara al plebiscito del 4 de septiembre y cuyo colectivo está dividido- planteó la inquietud respecto del artículo -que más tarde fue aprobado con 106 votos a favor en el pleno- que establece un quorum de 4/7 para reformar la Constitución hasta 2026, el cual incluye, para materias consideradas sustanciales, un referéndum ratificatorio.

Además, la propuesta visada por el pleno agrega que “si el proyecto de reforma es aprobado por dos tercios de las y los integrantes de ambas cámaras, no será sometido a dicho referéndum”.

La idea de los 4/7 surgió de un acuerdo alcanzado entre colectivos de izquierda luego que se levantara una polémica por la propuesta inicial que era establecer un quorum de dos tercios, la que fue transversalmente criticada, justamente, por ser considerado como un “cerrojo”.

Harboe en su intervención agregó que con esto “se sepultará esa opción que muchos y muchas querían abrazar, porque les gustan algunas normas y otras no, que pretendían reformar. Eso después de hoy no será posible, se impuso el candado y se buscará dar estabilidad a este texto no por sus consensos, sino por dificultades de modificación”.

De esta manera, el exsenador apuntó directamente a la estrategia de campaña que ha intentado levantar una parte del oficialismo, principalmente el Socialismo Democrático, respecto a aprobar el proyecto de nueva Constitución en el plebiscito del 4 de septiembre. “Nosotros nos vamos a posicionar desde el aprobar para mejorar”, dijo el sábado, en entrevista con La Tercera, la presidenta del PPD, Natalia Piergentili, quien agregó que, a su juicio, hay varias materias de la nueva Carta Magna que deben ser modificadas en caso de ganar el Apruebo, entre ellas, la reelección inmediata de autoridades, materias relativas al poder judicial y al sistema político.

Entre los convencionales que apoyan la medida y los partidos de Apruebo Dignidad, en tanto, transmiten que los argumentos de Harboe buscan debilitar la opción del Apruebo debido a que, agregan, él estaría por el Rechazo.

Así, desde el Colectivo Socialista, por ejemplo, señalaron que la posibilidad de realizar un plebiscito hace mucho más democrático el proceso de reforma. En ese grupo, además, creen que las reformas constitucionales siempre deben ser más difíciles de aprobar que una ley y que el grado de dificultad siempre será discutible. Y que, en el caso de la propuesta de nueva Constitución, lo clave, agregan, es que termina con las leyes orgánicas constitucionales.

En ese sentido, añaden que la apuesta es que, en términos discursivos, el mensaje debe ser que tanto el texto base de las normas permanentes, como las normas transitorias es el mismo. Y que lo relevante es generar confianza y esperanza en la ciudadanía de que este texto es mejor.

En el PPD en una línea similar transmiten y apuestan a que se apruebe en el pleno el artículo de la comisión de Armonización que establece el quorum permanente de 4/7. De esta manera, añaden, será “poco criticable” el argumento porque la medida regirá para reformar toda la Constitución siempre y no solo por un periodo de cuatro años.

Desde sectores independientes, como la Coordinadora Plurinacional, por su lado, cuestionan que algunos vean como un obstáculo la realización de un plebiscito ciudadano.

“Yo creo que esto en ningún caso constituye un cerrojo, sino más bien es la extensión de las mismas normas que nos hemos dado para la tramitación permanente de la reforma constitucional”, manifestó el convencional Guillermo Namor (No Neutrales) para defender la medida.

Su par del Colectivo Socialista, Tomás Laibe, en tanto, dijo que “esta nueva Constitución establece tanto en el capítulo de permanente como en las transitorias un quorum que es mucho más bajo que el de la Constitución del 80, de 4/7. Sin duda, habilita la deliberación democrática. Lo único es que establece además una protección especial respecto a ciertos capítulos, pero no para que no puedan ser reformados, sino para que exista un plebiscito y, por lo tanto, la decisión quede para la misma ciudadanía”.

Marcos Barraza (Chile Digno), por su lado, manifestó que “hay una regla que no tiene otro propósito más que equilibrar correctamente en el período de vacancia, vale decir, desde la promulgación de la nueva Constitución hasta 2026, una mixtura que es necesaria. Por un lado, la capacidad del actual Congreso de poder deliberar y decidir respecto de materias propias de la acción legislativa, pero vinculado también en equilibrio con el referéndum que permitiría también no pasar por alto la voluntad ciudadana”.

Las cuentas en la derecha

Lo cierto, en todo caso, es que entre convencionales de derecha ayer sacaban cuentas alegres respecto de la aprobación de la norma. Esto, porque admiten que les sirve para la campaña del Rechazo y para decir que la izquierda quiere imponer “un cerrojo” para modificar la nueva Constitución, haciendo hincapié en los que, a su juicio, son los aspectos negativos del proyecto de nueva Carta Magna.

“Adiós el aprobar para reformar”, publicó en su Twitter el convencional UDI Arturo Zúñiga, apenas se aprobó el artículo referido a quorum, mientras que Cristián Monckeberg (RN) tuiteó que “el candado se impuso”.

Esa bajada argumentativa, de hecho, esperan potenciarla con el proyecto de ley impulsado por los senadores DC Ximena Rincón y Matías Walker, el cual busca reducir a 4/7 el quorum para reformar la actual Carta Fundamental. Esto, para dar una señal como primer paso para un “plan B” en caso de que gane el Rechazo en las elecciones de septiembre.

Así, con la iniciativa de los parlamentarios, algunos en la derecha buscarán instalar que esta Constitución es más fácil reformarla versus el nuevo proyecto de Carta Maga porque no tiene el requisito del referéndum.

Por otro lado, Walker -quien ha sido crítico del contenido de la nueva Constitución- manifestó que “la opción de aprobar para reformar no es una opción viable ni jurídica ni políticamente. Jurídicamente, porque lo que está estableciendo la Convención en las normas transitorias es un verdadero cerrojo, que va a hacer muy difícil llevar adelante las reformas a las deficiencias que claramente tiene el texto en los próximos cuatro años. Además, es inviable políticamente, ya que es un camino que la propia presidenta del PS descartó, a diferencia de la que había señalado la presidenta del PPD”.

Y agregó que, además, “se da la paradoja de que con nuestro proyecto con la senadora Rincón, los senadores Araya y Flores, va a ser mucho más simple reformar la Constitución que con la propuesta de normas transitorias de la Convención”.

En el gobierno existe inquietud por el avance de esta iniciativa en el Congreso porque, justamente, creen que se debilita la opción del Apruebo. Por lo mismo, es que el Presidente Gabriel Boric, en el marco de su gira por Estados Unidos, emplazó a su coalición la semana pasada y señaló que “no me cabe ninguna duda de que los partidos progresistas que han impulsado este proceso de cambios no van a estar en esta alternativa”.

De todas formas, La Moneda apuesta a que la moción no avance. El lunes, en el comité político ampliado, se le consultó al ministro de la Segpres, Giorgio Jackson, por el estado del proyecto, a lo cual habría respondido que no están los votos para su aprobación.

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