Editorial

Jara y Kast frente a la votación de Parisi

El tratar de buscar algún tipo de endoso de Parisi no debería llevar a sobredimensionar la capacidad que tiene el ex abanderado del PdG para influir sobre sus votantes, a la luz de lo que ya se vio en la segunda vuelta de 2021.

Sebastián Nanco/Aton Chile SEBASTIAN NANCO/ATON CHILE

El voluminoso e inesperado bolsón de votos que obtuvo el candidato Franco Parisi -con más de 2,5 millones de sufragios- ciertamente han colocado al ex abanderado del Partido de la Gente (PdG) en el centro de la atención, donde muchos ya lo ven como una especie de “gran elector”, con la capacidad de inclinar el resultado de la segunda vuelta en favor de Jeannette Jara o José Antonio Kast. Asimismo, el hecho de que el PdG haya obtenido una bancada de 14 diputados en principio le otorga a dicha colectividad un rol de bisagra en el futuro Congreso.

No cabe duda de que Parisi ha pasado a ser un actor político relevante, y en tal sentido es explicable que distintos sectores busquen alguna forma de acercamiento con su persona. Pero el tratar de entender a este electorado -algo que ninguna encuesta fue capaz de anticipar- o de legítimamente buscar algún tipo de endoso no debe llevar a sobredimensionar la capacidad de Parisi para influir en sus votantes ni comenzar a aceptar sin más los requerimientos o exigencias que haga el excandidato, quien -no cabe duda de eso- está aprovechando al máximo este momento estelar de su carrera política.

Es cierto que Parisi logró sintonizar con una parte de la población que no se siente representada por ninguna de las opciones que estaba en juego -en tal sentido, su eslogan de campaña “ni facho ni comunacho” fue algo muy efectivo-, pero la buena intuición que tuvo Parisi no lo convierte en dueño de esos votos, y lo previsible es que finalmente se distribuyan entre ambas opciones. Un reciente sondeo llevado a cabo por Descifra -una alianza estratégica entre Copesa y Artool- arrojó que el 43% estima que los votos de Parisi se irán a Kast, y un 39% cree que lo harán hacia Jara.

La mejor demostración de que Parisi no tiene cómo asegurar un endoso de sus votos es lo que ocurrió en las elecciones de 2021, donde a pesar de que el economista sorpresivamente también obtuvo el tercer lugar -con casi 900 mil votos-, con un desempeño particularmente destacable en las regiones del norte, en segunda vuelta quedaron serias dudas de que el traspaso de votos se produjera hacia José Antonio Kast, tal como el partido había acordado con la aprobación de más del 60% de su militancia. Por de pronto, en ninguna de las cuatro regiones del norte la candidatura de Kast logró capturar el total de votos que Parisi obtuvo en primera vuelta, algo que tampoco ocurrió en el Biobío, otra de las regiones donde Parisi obtuvo un buen rendimiento.

Dado lo anterior, su verdadera influencia política provendría del poder que tendrá en el Congreso, donde la numerosa bancada del PdG podría dirimir votaciones atendido que ninguno de los grandes bloques políticos tiene mayoría. Pero ello dependerá críticamente de que esta vez, a diferencia de lo que ocurrió en 2022 -en que la bancada del PdG terminó disolviéndose apenas nueves meses de haberse constituido luego de que tres de sus diputados renunciaron al partido producto de quiebres internos-, Parisi pueda mantener la disciplina de sus diputados, pero eso también está en entredicho cuando uno de los parlamentarios recién electos ya anunció su voto por Kast, sin esperar lo que resuelva el partido.

Pese a que los réditos electorales de un eventual endoso de Parisi son inciertos -tal como se demostró en 2021-, es un hecho que en la segunda vuelta la candidatura que más requerirá apelar a estos votos es la de Jeannette Jara, pues las fuerzas constituidas por las derechas por sí mismas prácticamente alcanzaron el 50%, en tanto que la votación de Jara, sumada a la que obtuvieron los otros dos abanderados de la izquierda, solo alcanzó el 28,7%. Se entiende entonces que Jara busque afanosamente el endoso de Parisi, para lo cual le ha hecho una serie de guiños, ya sea incorporando algunas de las propuestas del ex abanderado del PdG o incluso removiendo a su principal asesor de campaña, por haberse expresado despectivamente respecto a los adherentes de dicho partido. Pero esto lo ha hecho desoyendo voces dentro de la misma centroizquierda que han alertado de que la candidata no debería dejarse arrastrar por el juego de Parisi, lo que anticipa que la estrategia de ir cambiando el programa para introducir propuestas del PdG puede generar importantes tensiones en la candidatura de Jara.

Kast, en cambio, no debería tener mayores incentivos para buscar afanosamente el endoso del ex abanderado del PdG. Desde luego, la amplia votación de las derechas en la primera vuelta ya le otorga una importante ventaja, pero además si es efectivo que una parte importante de los votantes de Parisi es antisistema y busca generar un cambio, ello difícilmente lo podría garantizar Jara, que representa la continuidad de este gobierno. De allí que lo natural sería que una parte de quienes votaron por Parisi decante hacia Kast, y para efectos de apelar al resto de esos votantes parece más funcional marcar sobre todo las diferencias con Jara antes que ofrecer contenidos programáticos del PdG.

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