Dos dedos esguinzados y un lápiz para escribir su historia: la trastienda de la brillante actuación de Brayan Cortés

Brayan Cortés celebra la victoria ante Bolivia
Brayan Cortés celebra la victoria ante Bolivia (Foto: Comunicaciones ANFP)

En La Paz, el iquiqueño cumplió la mejor actuación de su carrera justo cuando la Roja más lo necesitaba. Sin Claudio Bravo, lesionado, al arquero de Colo Colo le correspondió sellar el pórtico nacional. Realizó por lo menos ocho intervenciones de alto nivel que mantienen viva la esperanza de llegar a Qatar.



Brayan Cortés tenía en sus manos una responsabilidad enorme. Una más en su carrera. El jueves, el arquero de Colo Colo debió reemplazar al lesionado Claudio Bravo en el partido frente a Argentina. Ese día presumió, también, que tendría que jugar frente a Bolivia. Las condiciones son, probablemente, las más temidas para un guardameta. En La Paz, el balón describe extrañas trayectorias. A 3.600 metros de altitud, la resistencia que ofrece el aire es mínima. Los arqueros son, generalmente, los que pagan la cuenta.

El Indio, un apodo que no tiene que ver con su estadía en el Cacique, sino que constituye casi un gentilicio alternativo de los iquiqueños, tuvo que mentalizarse. El ejercicio ya lo realiza cada semana en Macul, donde la magnitud de la obligación es similar. Sin embargo, representar a Chile, en un partido definitivo, le demandaba estar al límite de su capacidad. Y fue lo que se propuso.

Cortés fue incluso más allá. En plena pretemporada del Cacique, sufrió esguinces en dos dedos de una de sus manos, una lesión que suele afectar a los porteros, pero que en su caso revestía mayor peligro, por la gravedad. Se trataba de esguinces de tercer grado. Así disputó, por ejemplo, la Supercopa que los albos le ganaron a Universidad Católica. Y así se presentó a las prácticas de la Selección, en Calama. Las articulaciones fueron vendadas (o blindadas, para el caso), pero el dolor y las molestias que produce la lesión persistían. El meta albo tuvo que realizar un esfuerzo adicional para soslayarlos. Sin embargo, nunca dudó en que jugaría ante los cruzados ni de su asistencia a la Roja. Y tampoco pensó en utilizarlo como excusas si las cosas no salían bien.

Cuestión de mentalidad

A Cortés le sobra fortaleza mental para afrontar los grandes momentos. De esa condición da cuenta Javier di Gregorio. El ex seleccionado nacional, parte del plantel que obtuvo la medalla de bronce en Sidney 2000, recuerda los inicios del que, por entonces, era un incipiente proyecto de guardameta de alto nivel. “Una de las experiencias que recuerdo fue cuando jugamos la Copa Libertadores con Iquique. Su primer partido internacional fue con Gremio, en Brasil. Siempre hablábamos del trabajo y de la historia que tenía que escribir. Que habría muchos libros y hojas en blanco habría muchas, pero que nunca debía quedarse sin lápiz”, recuerda el todavía preparador de porteros de los Dragones Celestes respecto de sus permanentes conversaciones en torno a las herramientas a las que debía apelar para conducir adecuadamente su trayectoria. Hasta ahora, esos diálogos se repiten. Entre ambos se generó un lazo profundo de amistad.

Brayan Cortés, en una de sus atajadas ante Bolivia
Brayan Cortés, en una de sus atajadas ante Bolivia (Foto: Comunicaciones ANFP)

Ese día, el desarrollo del partido y el marcador fueron ingratos, pues a los 25 minutos Iquique caía por 3-0, aunque terminó estrechando las cifras y perdiendo, finalmente, por 3-2. “Era para una goleada histórica, pero en este momento advertí que era valiente, grande y maduro para la corta edad que tenía. Ahí le dije quera era una muestra de lo que estaba hecho. Que iba a atajar donde quisiera”, dice Di Gregorio.

El ascenso siguió siendo sostenido. Ya desde ese día se comenzó a señalar a Cortés como el sucesor de Claudio Bravo en la Selección, una carga que procuró administrar de la mejor manera. Dio el salto a Colo Colo, pero en Macul tuvo que aprender a convivir con las críticas que van asociadas a la defensa del arco del equipo más grande de Chile. En esas circunstancias, Cortés volvió a mostrar la resiliencia que caracteriza su personalidad. “El arco de Colo Colo es muy pesado y cuando se fue lo hablamos. Le dije que era pesado y lo ha hecho bastante bien. Ha madurado mucho. Como persona es muy simple. Hablamos hasta hoy. Me alegra lo que vivió Quedé contento por el juego que realizó y porque le dieron el reconocimiento que merecía”, sostiene Di Gregorio.

Buen piso y sin techo

En su rol, Di Gregorio fue testigo del momento en que Cortés dio su primer gran salto: relevar al histórico Rodrigo Naranjo en el arco de los Dragones Celestes. Fue en ese momento en que el Loco Brayan o el Lengua, como lo conocían sus compañeros, tuvo, por fin la oportunidad que esperaba para consolidarse, en un proceso que se fue dando sin apuros. “Siempre tuvo una personalidad marcada, de carácter. Acá cuando era el segundo arquero de Naranjo, se quería comer el mundo. Siempre tuvo personalidad ganadora. Tiene la cabeza para estar en el alto nivel. Eso sí, siempre fue muy respetuoso de los momentos. Siempre le decía que lo importante era estar preparado para cuando llegara, que el momento iba a llegar. A todos les llega, tarde o temprano. Entonces, había que estar preparado. Él siempre lo hizo. Mostraba una disposición increíble y mucho respeto. Siempre se dejó entrenar. Siempre digo que tiene un buen piso y todavía no tiene techo”, afirma.

Eso sí, a Di Gregorio no le gusta la comparación con Bravo. No tiene que ver con el vilucano. ”A Claudio Bravo no le van a igualar la cabeza, porque es única, suya. Entonces, cuando lo comparaban, yo trataba de ordenarle los conceptos, de trabajarle la parte sicológica. Brayan va a llegar donde tenga que llegar. Y ahora está donde está porque se lo merece. Yo puedo dar fe de todo lo que ha trabajado para conseguirlo”, destaca.

De lo que sí está seguro es de que su expupilo es un arquero completo. “Antes y después del partido contra Bolivia me puse a escuchar comentarios. Decían que el fuerte de Cortés no era salir del arco y yo pienso lo contrario: que uno de los fuertes que tiene es salir. Entre los palos se valoriza mucho, porque tiene grandes condiciones, pero, ayer, la primera acción de juego que tuvo fue un balón aéreo. Salió del arco. Es un arquero completo, que, sí, se tiene que ir perfeccionando. Lo definiría cómo un arquero sólido, que cada día da muestra madurez”, sentencia.

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