Juan Ozón, entrenador de Jarry: “Nico está empezando a liderar su carrera; hoy está tomando las riendas de su vida”

El carismático estratega habla de su experiencia con el tenista chileno, de su pasado trabajando con grandes figuras y de los objetivos que traza, donde el eje principal es el aspecto mental en la toma de decisiones.



Juan Ozón (Barcelona, 8 de septiembre de 1979) se apasiona cuando habla de tenis, más si es sobre el proyecto que lleva a cabo junto a Nicolás Jarry y que hoy tiene al chileno al borde de regresar al top 100 después de tres años y tras comenzar desde la nada en 2021.

“La temporada pasada fue clave, ya que hubo muchos cambios de hábitos. Nico venía saliendo de un momento difícil. El progreso fue muy bueno por dónde venía. Se pudo adaptar a los cambios de entrenador, de situación; a volver empezar de cero... Y para mí tiene un valor brutal lo que hizo el año pasado. Si no hubiese estado congelado el ranking, hubiésemos terminado 107″, comienza diciendo el técnico.

Las últimas semanas han sido muy buenas para Nico. Regresó a los cuartos de final de un ATP después de tres años y dejó sensaciones muy positivas en su paso Gstaad, donde estuvo a solo un punto de avanzar a semis.

“Este año nos hemos dedicado a seguir trabajando en estos cambios que veníamos haciendo y sobre todo en el tema mental, que es el 90% del juego. Él ya venía de unos procedimientos mentales muy suyos, y lo que hemos intentado es ir cambiando estos patrones y mejorarlos porque, para mí y para el resto del equipo, el aspecto mental y emocional no es negociable”, sostiene el coach.

Este aspecto se ha transformado en una de las obsesiones de Ozón, quien afirma que “siempre se trabajan cosas a nivel físico, técnico y táctico, pero lo que ayuda a ensamblar el resto es lo mental y emocional; el cómo se gestiona en los momentos de su vida; después de una victoria o después de una derrota...”.

“Lo mental te hace saber jugar las distintas situaciones que te da el partido y para esto hay que tener la tranquilidad y la confianza. Ahora lo que intentamos es que, estando bien o mal de sensaciones, compita en cada partido, y en esta parte del año lo está haciendo. Muchos de los partidos los ganó por la mentalidad y por estar ahí”, apunta.

Si bien el comienzo de temporada fue complejo, con el correr de los meses el trabajo se ha ido solidificando. “El año ha sido más o menos irregular, pero somos capaces de competir a un nivel bueno y hacerlo sea cuáles sean las sensaciones. Este año ya no es tanto de cambio, sino que de seguir trabajando en lo que se venía haciendo”, sostiene.

Para este 2022, el cuerpo técnico experimentó algunos cambios. “Necesitaba refuerzos”, confiesa Ozón. Así se sumó César Fábregas, quien fue entrenador de Pablo Carreño. “Nos ayudará este año unas 12 semanas, ya que también comparte a Nico con Francesca Jones, y yo este año haré unas 35 semanas. Estamos en contacto constante, porque César es un gran aporte humano y profesional. El preparador físico de Nico es Toni Estalella, quien se incorporó hace un par de meses. Compartí con él trabajando con Raonic, con Khachanov... Él había estado con Corretja, Costa y Feliciano López. Es un perfil más maduro, de escuchar mucho”, detalla.

Otra de las novedades del equipo es María Antonia Lizárraga, una eminencia en medicina deportiva y nutrición. “La doctora estuvo relacionada con el Barcelona y trabajó con Messi. Ella nos ayuda con la suplementación, los hábitos, incluso a regular la fatiga nerviosa; a cómo dormir y descansar”, explica Ozón, quien no esconde su satisfacción por el equipo que se ha conformado: “Es gente con la que deseaba trabajar, creo que Nico está muy contento y él se siente cómodo”.

Buscando una respuesta

De ser un promisorio junior a sufrir con las lesiones a la hora de dar el salto. Así fue la transición que llevó a Juan Ozón a una metamorfosis: “Yo jugué al tenis y me dediqué bastante tiempo. Fui un buen junior, tuve sponsors que me permitieron viajar, pero para el paso a profesional, entre las lesiones y otras cosas, se acabó. De los 21 a los 24 años fui entrenador, estuve con una chica que estaba 230 del mundo y con un chico que estaba 500″, recuerda.

Pero había que responder una interrogante. “Me metí a estudiar Fisioterapia porque quería encontrar la respuesta al porqué me había lesionado tanto”, relata el profesional, que cuenta con estudios en Estados Unidos y en su país.

Para pagarse la carrera trabajó con promesas del tenis y administrando una academia. “Luego, un médico me empezó a dar trabajo y empecé a relacionarme con la Federación Española de Tenis y la de Atletismo. De pronto, me veo con Milos Raonic, que tenía 17 años y no había explosionado. Lo estuve entrenando un par de meses, después entrené a una chica australiana. Luego, Galo Blanco me pidió si podía trabajar con Karen Khachanov y yo lo entrenaba también, no era solo un fisio. También estuve con Fognini, Penetta, Kevin Anderson, Marcelo Granollers...”, enumera.

Cuando Jarry aparece en su vida, el catalán había dejado un proyecto de gestión en la Premier League, por lo que su visión deportiva cubría muchos aspectos. “Por cosas de la vida, quise volver a mis orígenes del tenis y surgió lo de Nico. Comenzamos con Cristóbal Saavedra, muy buena persona y profesional, que entrenaba a Gonzalo Lama, y ahí se hizo un buen pack. Después continué yo”, señala sobre esos inicios.

“En el primer año se hicieron muchos cambios. Desde la forma de aprender sin filtros, desde entender qué mecánicas mentales erróneas teníamos y lo más importante, que es lo que tenemos que hacer los entrenadores, darles herramientas a los jugadores para que ellos lideren su propio camino y siempre acompañarlos. Al principio tenía que tirar más de Nico, pero ahora está empezando a liderar su carrera. Hoy es un padre de familia que está tomando las riendas de su vida y esa transición no es fácil. Él está trabajando en muchos aspectos, pero le doy un 10″, expresa.

En cuanto a las metas trazadas, el técnico es elocuente. “Siempre hay objetivos, pero lo más importante es el rendimiento. Si rinde en todas las áreas: física, mental, emocional, Nico puede llegar arriba. Y ahora, con todo el equipo, nuestra máxima obsesión es centrarnos en el rendimiento, porque él ha estado arriba y los resultados de antes son parte de su ansiedad para volver, y esto es un error, porque él tiene que volver siendo una mejor versión de lo que era antes. Una cosa es llegar al 38 del mundo y otra cosa es ser un jugador 38 del mundo”, reflexiona.

E insiste: “A mí me gustaría pensar en que irrumpiremos en el top 100 y un poquito mejor este año y que poco a poco iremos solidificando todo para que Nico se mantenga y sea un jugador de arriba; que disfrute del camino y pueda competir a un nivel alto todas las semanas”.

En lo inmediato, Jarry disputará el Challenger 125 de Vancouver, en 10 días más. “Después iremos a la qualy del US Open, donde también estamos esperando si entramos al dobles. De ahí viene la Copa Davis en Perú y finalmente escogeremos los torneos donde ir, pero nuestra idea es ir a las clasificaciones de los ATP”.

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