Rescatando el auténtico Dakar: la historia del único chileno que competirá en la extenuante categoría que prohíbe la asistencia externa

John Medina disputará por segunda vez el rally más exigente del planeta, pero ahora en una categoría especial. Junto a otros 26 pilotos animarán la modalidad Original, una que pone a prueba el verdadero espíritu y resistencia de los competidores, ya que no pueden recibir ninguna ayuda mecánica durante la carrera.



El Dakar es un mega evento. Una carrera repleta de marcas, equipos y millones. Su exigencia y la talla de los pilotos que han ido desafiando a sus etapas la fueron transformando con el tiempo en la referencia planetaria para el rally, al punto de que ya cada vez queda menos de la esencia de las primeras ediciones.

Después de 45 años de competencia, mucho ha cambiado, pero aún quedan vestigios y referencias a esos primeros viajes entre París y la capital de Senegal cuando se despedían los años 80. La más significativa es la categoría “Original” (anteriormente conocida como Malles Moto) que destaca por prohibirle al piloto cualquier asistencia externa durante la prueba. Es solo él, su moto y un baúl personal que lo espera al final de cada etapa.

Tras recorrer cientos de kilómetros y generalmente durante la noche, cuando los de las categorías principales ya descansan, el piloto debe ajustar todos los detalles y arreglar cualquier desperfecto que aparezca en la máquina. Un desafío rudo y solitario, que en este 2023 un chileno vivirá en carne propia.

Se trata de John William Medina Salazar, piloto santiaguino que disputará por primera vez la categoría Original del Dakar. Lo hará con una moto KTM 450 Rally Réplica, ya que esta es una categoría de privados. No hay grandes equipos detrás, provocando que por una parte sean en su mayoría esfuerzos económicos personales y que por otra la categoría no reciba una gran atención mediática. Pese a que es una prueba muy conocida, siempre queda un poco en el olvido de las portadas, principalmente porque debido a las dificultades que experimentan, los corredores suelen ser los últimos en llegar a la meta.

Medina en acción.

Pero es la esencia del Dakar. La categoría más exigente y emotiva del rally. Esa que rememora a los pioneros que en 1978 recorrían África de forma solitaria y arriesgada, con todos sus extras sobre la misma moto. Ahora en cambio, los organizadores les permiten tener un baúl en donde guardan sus repuestos, juego de ruedas y elementos personales.

Son esos detalles los que motivan a Medina a probar la categoría. “En mi actividad empresarial estoy habituado a trabajar en mecánica de máquinas y herramientas, por ello decidí anotarme ahora en la categoría Original. Si tengo que estar toda la noche trabajando… estoy dispuesto a hacerlo. Sé que tengo que cuidar mucho la moto para no romperla, lo que no será fácil con tantas etapas y días tan largos” aclaró el corredor de 41 años cuando se supo de su participación en la edición 2023.

El oriundo de San Miguel eso sí ya sabe lo que es correr en el Dakar. Este año lo hizo en la categoría Moto y logró un sorpresivo 74° lugar, ya que llevaba muy poco tiempo compitiendo de manera profesional.

Sus primeros éxitos fueron en 2019, cuando se adjudicó el Desafío del Desierto, y en 2020 cuando ganó la Baja Atacama. Aquellos logros fueron los que lo motivaron a dar el salto a la competencia internacional, ya que en 2021 quedó octavo en el South American Rally Race (SARR) que se disputó en Argentina. Este 2022, además del Dakar, corrió los Six Days de Le Puy-en-Velay, en Francia.

Este Dakar voy en la categoría más difícil y solitaria, sin embargo, tengo el respaldo de todo el equipo de Club Deportivo Magallanes y su hinchada. Feliz de representarlos este año en esta mítica carrera de rally en Arabia Saudita Dejáremos todo en la pista igual que el primer equipo para coronarse campeón del ascenso, la Copa Chile y el fútbol joven a primera división”, fue una de las reflexiones más llamativas que entregó en la previa de su viaje a Medio Oriente y es que el equipo recién ascendido a Primera División es uno de los principales apoyos que encontró Medina.

El cuarto chileno en desafiar al Dakar sin asistencia

Para este 2023, John Medina será el único latinoamericano disputando la categoría y de paso se transformará en el cuarto chileno en correr bajo el formato Original. La comitiva nacional tuvo sus primeros representantes en 2013 cuando Esteban Smith y Yamir Ortiz probaron suerte al cruzar Sudamérica. En aquella oportunidad Smith fue el único latino en terminar la carrera (78), ya que Yamir Ortiz tuvo que abandonar.

Cinco años después volvió a aparecer la bandera nacional en la Malles Moto, esta vez de la mano de Cristóbal Guldman, quien tuvo que abandonar por romper el motor. El nacional además es muy cercano a la competencia, ya que corrió en otros tres Dakar y el año pasado estuvo como coach en Arabia Saudita.

La idea es correr con la cabeza bien puesta, sin errores y con un margen de seguridad de tus capacidades que te permitan zafar y no ir dándolo todo y al mínimo error caer y romper todo. Eso hay que evitarlo, además hay que preparase mucho. Cuando yo disputé la categoría estuve todo un año corriendo sin mecánico, armando mi moto. Mauricio Smith me ayudó en lo eléctrico...armábamos mapas , separábamos los cables por colores, cosa de que tuviera todo controlado durante la carrera”, recuerda a El Deportivo.

La conversación con el piloto también llega al porqué de su poca masividad y popularidad. “Probablemente es porque no están las marcas involucradas. Es un tema de dinero. Las marcas que corren como escuderías oficiales son las que acaparan todas las miradas. Un trabajo que debería hacer la prensa es dar a conocer más esta categoría, porque la verdad es que la gente no la conoce mucho y es la categoría más interesante de todas porque es donde de verdad el piloto tiene toda la responsabilidad en sus manos y es realmente él a cargo de todos sus resultados. Es una categoría muy dura”, opina.

Incluso confiesa que los mismos pilotos oficiales destacan la labor de los privados que se embarcan en la dura misión de recrear las primeras expediciones sin soporte. “Si correr un Dakar ya es duro, imagínate correrlo, hacer la moto y además tener que dormir en carpas dentro del recinto destinado para los Originals”, añade.

Finalmente, también explica los motivos que llevan a los privados a optar por este tipo de categoría, pese a que incluso es más dura que la principal. “Para un piloto privado tiene mucho más sentido correrla porque estás en igualdad de condiciones. En el resultado solo inciden tus capacidades como piloto, tus fortalezas, tu estrategia, tu buena cabeza. Es imposible que un piloto privado pueda hacer algo por subirse al podio contra las grandes marcas. Aunque haya pilotos oficiales, están nivelados porque no pueden ir con las motos oficiales. No tienen toda la red de apoyo a la que están acostumbrados. No hay psicólogos, no hay motorhome, no hay chóferes”, concluye Guldman.

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