Sergio Velazco, el Mono

Sergio Velazco


"Siempre los diarios y revistas escribieron mi apellido con ese, pero soy Velazco, con zeta", dice Sergio del Carmen Velazco Beiza, quien nació el 20 de mayo de 1943 en Papudo (cumplió 75 años). Medía 1,68 metros y pesaba 65 kilos.

Velazco no tuvo ídolos, porque no conocía el fútbol profesional. "Mi única cercanía fue cuando algunos equipos venían al balneario durante la semana papudana. En el club de barrio Miraflores jugaba en todos los puestos y con un amigo me fui a probar de puntero derecho a San Luis de Quillota, pero antes pasamos por La Calera y allí el Toño Vargas, Fidel Zuleta y Héctor Leiva nos dijeron que sería mejor que nos probáramos de defensas, porque los laterales de San Luis, Raúl Mena y Alberto Garcés, se hallaban en la Bolsa de Jugadores (el club les ponía precio y los interesados debían hacer sus ofertas)".

En la prueba rendida ante el entrenador René Quitral (exarquero seleccionado), Velazco anotó un gol y fue contratado. "Debuté en primera división como lateral derecho, marcando a Jaime Alcaíno, de Everton. En la fecha siguiente, Andrés Prieto me dijo que debía ir de lateral izquierdo, ante Chocolito Ramírez, de UC, en el estadio Independencia".

Velazco era diestro, pero hizo casi toda su carrera en la izquierda. "La zurda la tenía solo para subir a la micro, pero practiqué y practiqué con ella y me adapté. Mis características eran rapidez, marcar muy de cerca y subir al ataque. El entrenador que me dio mayor libertad en ese sentido fue Dante Pesce. Y nunca pegué patadas, aunque hubo técnicos que me amenazaron con multas por no hacerlo, como Francisco Torres".

De San Luis (1962 a 1965), pasó a Rangers (1966 a 1971), donde fue vicecampeón en 1969 y jugó la Copa Libertadores 1970. "Teníamos un equipo con seis delanteros con apellidos que empezaban con B: Bejcek, Benítez, Barrueto, Begorre, Barría y Briones".

Actuó en Antofagasta Portuario (1972) y luego viajó a Bolivia, donde terminaría de volante, con el 8 en la espalda: "Estuve seis meses en el Fígaro, de La Paz (1973), un club fundado por los peluqueros y que después fue Municipal, de La Paz. Un año y medio en San José, de Oruro (1973 y 1974). Jugué en Deportes La Serena (1975), y regresé a Bolivia, a The Strongest, de La Paz, y Jorge Wilstermann, de Cochabamba (1976) y a ENAF, de Oruro, empresa nacional de fundición de estaño (1977). Me retiré en Trasandino (1978)".

¿Quién le puso Mono? "Mi compañero Iván Azócar, el Pocholo, de Rangers". ¿Cuál es su partido inolvidable? "Frente a Colo Colo en Quillota, en la última fecha del torneo 1962. Perdíamos 3-0 y con ese resultado descendíamos. Anoté el primer descuento, a Misael Escuti (58'), y fue la llave que abrió las puertas, porque convertimos cinco goles en 18 minutos, ganamos 5-3 y nos salvamos (marzo de 1963)".

¿Un puntero difícil? "Mario Moreno, el Superclase, porque subía con pelota dominada. Caszely cuando era puntero derecho. Con Pedro Araya tuve duelos muy buenos jugando por Rangers. Motoneto Ramírez. Pedro-Pedro Arancibia. Y Sulantay".

¿Lloró en la cancha alguna vez? "La primera fue cuando el Chacha Avendaño, de Unión Española, fracturó a Luis Briones, de Rangers, en la liguilla (enero de 1970). La segunda, al perder un penal decisivo por San José de Oruro ante Oriente Petrolero, de Santa Cruz".

¿Un orgullo? "Figurar en el equipo ideal de Rangers. En otra encuesta, salí segundo, con un voto menos".

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