Anita Holuigue: "O teníamos el aval para TVN o en marzo nos íbamos todos para la casa"

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Hace un mes asumió la presidencia del canal estatal que atraviesa por una fuerte crisis de liquidez y también de audiencia. Hoy, tras lograr el aval del gobierno para una deuda por 70 mil millones, quiere llevar a la estación pública a una nueva etapa. Aquí cuenta hacia dónde va.


Fue el año 95. A Anita Holuigue, ingeniera comercial, madre de tres hijos, hasta entonces dedicada a la empresa y la academia, su marido le comenta que se vende la radio Galaxia. A él, el empresario Felipe Lamarca, le tincaba la idea de entrar al mundo de los medios. Pero le dice que no podía hacerse cargo sin su ayuda. Y Anita, que entonces estaba en la Telefónica, prendió con la idea. Al poco tiempo, y en la frecuencia de Galaxia, radio Duna vería la luz.

Pregunta aparte, ¿por qué le pusieron Duna?

-Siempre dicen que el éxito tiene mil madres y la derrota es huérfana, pero la verdad es que se le ocurrió a alguien que tenía un amigo que le había puesto Duna a su hija. Y nos encantó. Es un nombre mágico, libre, abierto, daba lo que tuviera y nos enamoramos de Duna. Esa es la verdad.

De ahí en más no se despegó de los medios. Diez años después, creó el grupo de radios Dial, de la mano de Copesa -empresa que edita La Tercera-, hasta que en 2017 decidió emprender nuevos rumbos. Un año después ya estaba de vuelta en los medios, esta vez en TVN: primero como integrante del directorio y ahora como presidenta.

Claro que los años de gloria del canal estatal están lejos. Los pasillos de edificio de Bellavista 0990 hoy son silenciosos, en el patio central se divisan apenas un par de personas y hay varias oficinas con la luz apagada. Holuigue recibió un canal que arrastra una deuda de 50 mil millones de pesos, al tiempo que sus ingresos solo van a la baja. Pero la semana pasada recibió un golpe energético: consiguió el aval del Estado para endeudarse por 70 mil millones. El plan incluye reprogramar los pasivos actuales y tener liquidez para operar. Era eso "o en marzo todos para la casa".

-A todos los medios les ha ido pasando lo mismo que le pasó a este canal-, reflexiona en su oficina, sin flores, ni cuadros, ni fotos-. La mejor muestra de sus épocas de riqueza es este mismo edificio. Había mucha plata, las empresas destinaban el 80% de la inversión publicitaria a la televisión. Hacían fila para ser auspiciadores de los noticieros. Y esa cuestión con el tiempo empezó a caer y caer. Los medios trataron de sujetar, de pedalear, pensando que podía haber una vuelta atrás. Pero hoy todos nos dimos cuenta de que no hay vuelta atrás. Ya hay más de la mitad de la inversión publicitaria que se va a la red digital, porque ahí encuentran las personas que buscan, saben identificar exactamente quién es.

Eso lo que ha hecho, finalmente, es que los medios tengan que reinventarse y también aprender a hacer las cosas distintas. Y no hay que tener miedo a enfrentar la realidad, y la realidad hoy es que es una ilusión pensar que este canal, estatal, que además se le pide que entregue contenidos de calidad, va a vivir de la publicidad.

La gran gracia de TVN, su máximo orgullo, era el hecho de ser autosustentable.

Y lo fue. De hecho, en 2013, no hace mucho tiempo, el canal tenía plata en caja, tenía utilidades, y al 2018 llegamos y nos encontramos con un canal endeudado, sin caja y con unas pérdidas tremendas.

¿Y eso es porque la administración pasada se demoró en enfrentar la realidad?

El retardo en asumir la realidad cuesta caro. Y en este canal pasó lo mismo. El agua llegó al cuello hasta un momento en que ya tú no tenías cómo juntar la plata para llegar a fin de mes. Antes de eso había medidas que tomar, pero el canal siguió como el Titanic. Era muy predecible que el buque se iba a hundir.

TVN

Uno se pregunta si eso ocurrió y era tan previsible, ¿por qué tenemos que ser avales los contribuyentes de una deuda de 70 mil millones de pesos?

Mira, hay mucha gente que pone en duda la conveniencia para el país de tener un medio de comunicación público. Yo comprendo esa mirada, porque es la mirada más purista de que el Estado solo puede estar cuando no hay privados en una actividad, pero la verdad es que no la comparto para nada, porque creo que los medios públicos son necesarios; garantizan el acceso universal a la información, a la educación y a la entretención a toda la población. Y libre de cualquier interés particular, ya sea político, empresarial, religioso.

Creo que la televisión pública es una institución que está presente en los momentos que generan sentimientos de comunidad y que expresan la diversidad y les da espacio real a las regiones. Yo, en lo personal, creo que el canal público se defiende por sí solo.

¿Siempre ha creído eso o ahora que está en TVN?

Siempre lo he creído. Y por eso siento tanta responsabilidad, porque creo que se justifica en la medida en que los contenidos lo ameritan. Un canal público que hace lo mismo que los canales privados no tiene sentido.

¿Y qué hace TVN distinto?

Mira, yo creo que en su tiempo hizo cosas distintas. Ahora hay una etapa oscura en que no hizo nada distinto, porque simplemente se compraban contenidos más baratos, y sabemos que estamos al debe. Pero empieza una etapa en que, efectivamente, lo que nosotros buscamos es tener una parrilla diferente, que sea más integradora, que dé fuerza a las regiones, que muestre la diversidad de este país y que contribuya a la cohesión social. Pero una parrilla que tiene información, que tiene cultura y educación, y también tiene entretención. Si tú quieres ser relevante, quieres ser masivo, tienes que tener entretención.

Uno podría pensar que es una ceguera decir que en este momento Chile necesita una televisión pública.

Un medio de comunicación público sí tiene sentido. Ahora, no tiene por qué estar en 70 mil metros cuadrados, y también pienso que la forma que va tomando ese medio puede ir mutando de acuerdo a cómo vayan siendo los hábitos de consumo de las personas. Pero creo que sí tiene validez en un país como este.

Pero volvamos al crédito, ¿por qué los contribuyentes tenemos que ser avales?

Bueno, en primer lugar, porque había dos alternativas: o el canal caía en marzo, porque entraba en cesación de pagos, o se le daba una ayuda. Lo que conversamos con el gobierno es que nos pareció que el aval era la mejor alternativa, porque no significaba que los contribuyentes tuvieran que poner plata para inyectarle a TVN, sino avalaban la deuda que era imposible de pagar en la situación actual. Entonces, lo único que podíamos hacer era programar, bajar los gastos financieros y aplazar las amortizaciones. Nuestra intención, obviamente, pagar la deuda, no es que el Estado tenga que hacerse cargo, pero tenemos activos.

¿Cuál es su plan?

Con el respaldo que el gobierno nos ha dado, que deja atrás una etapa apremiante que absorbía todas nuestras energías, podemos iniciar una nueva etapa en que orientemos nuestros esfuerzos a mejorar sustancialmente los contenidos y así volver a hacer de TVN una institución querida por los chilenos. Al mismo tiempo, debemos asegurar la sostenibilidad en el largo plazo. Y para eso necesitamos actuar, me parece, con realismo.

Debemos aprender a hacer las cosas de otra manera, más liviana, usando las posibilidades que la tecnología nos brinda y pensando en las nuevas lógicas de consumo de medios.

Estas transformaciones son un imperativo si queremos sobrevivir. Si somos capaces de dar pasos importantes en términos de eficiencia, sí podemos salir adelante y sí podemos generar algún excedente. Y, además, este paciente tiene activos. No tiene liquidez, pero sí tiene activos.

¿Se justifica este edificio, por ejemplo?

No, para nada, y de hecho se le entregó a Colliers un mandato para la venta o el arriendo de uno de los dos edificios.

En el sindicato de trabajadores lo han visto como una privatización solapada.

Yo lo conversé con los sindicatos. Se trata de una parte del edificio que no ocupamos y que no tenemos cómo mantenerlo, no significa que el canal cambie de propiedad. No es una privatización solapada. Yo lo que les digo a los sindicatos también es que cuidemos los recursos humanos más que los muros. Ahí tenemos que poner el foco.

Yo lo entiendo; es no querer que el canal deje de ser lo que fue, pero nosotros tampoco podemos imponerles a los contribuyentes de este país financiar un edificio que no se usa. Y para allá tenemos que ir.

También se ha discutido respecto de cuál es la forma de financiamiento de la televisión pública. Si tiene que ser solo publicidad o tiene que tener un aporte permanente del Estado. ¿Qué piensa de eso?

Me parece que es una ilusión pensar que tú puedes tener un canal en todo Chile con contenido de excelencia, financiado solo con publicidad. Yo creo que va a haber un proyecto de ley, porque de todos los sectores se está hablando de cambiar la ley de TVN.

¿Y la derecha va a dar los votos para que haya un subsidio permanente al canal?

En la medida en que sea razonable y acotado, creo que sí. Lo que no puede pasar es que se desborde y terminan siendo 100-200 millones de dólares. Eso es impresentable.

¿Cuál modelo le gustaría? ¿El de la BBC?

Es que la BBC es el sueño, pero tiene otro nivel de ingresos. Yo creo en un financiamiento plurianual estatal razonable, acotado, más publicidad. La publicidad también nos estimula a atraer audiencia y a ser masivo.

¿De cuánto estaríamos hablando?

Eso es un tema que se tendría que discutir primero en el directorio y luego en un proceso legislativo.

Y si la masividad está en las redes sociales, en internet, ¿no debiera ser hacia allá donde se oriente una empresa de comunicación?

Mira, aquí creo que la forma que vamos a tener todos los medios todavía no la sabemos, ni los diarios, ni los canales, en ninguna parte. A lo mejor después ya no va a haber ningún diario escrito ni ningún canal de televisión en pantalla como los conocemos. Está todo por decirse.

¿Qué pasó con los 47 millones de dólares de la capitalización?

De esos 47 millones, eran 22 para la televisión digital terrestre, que no se han ocupado. Y los 25 millones de capitalización no se ejecutaron nunca, porque la ley decía que eran solo para inversiones y no para capital de trabajo. Entonces, lo que hicimos fue pedir en la glosa presupuestaria para el 2019 el equivalente a esa plata, pero para que fuera para capital de trabajo.

Es decir, entró al canal.

Entró a través de la glosa. Fueron 12 mil millones de pesos.

¿Y qué pasa con la televisión digital?

La televisión digital es un tema que se postergó la entrada en vigencia para el año 2024. Se está recién empezando a trabajar a nivel de todos los canales.

¿Y la señal cultural?

La señal cultural está en la ley de TVN y es una conversación que tenemos que tener ahora ya más tranquilos y con la cabeza más despejada al interior del directorio.

Hay un anteproyecto. Ahora, yo creo, pero aquí hablo a título personal, que no es tan fácil decir "armemos una señal cultural lineal". Yo introduciría más contenidos educativos y culturales en la señal principal y me la jugaría por una OTT (over-the-top, una plataforma de contenidos de libre transmisión). Un proyecto educativo con contenido en un tipo Netflix, que llega a todas partes, para ayudar a todas las personas con una educación deficiente. Un proyecto de nivelación educacional creo que tendría un impacto potente en la cultura.

¿Y es factible?

No, ¡si es idea mía no más! Preferiría tener eso y explorar todas las posibilidades que hoy nos entrega la multiplataforma.

Es buena idea, ¿pero eso cabe dentro de la ley que establece el canal cultural?

En la ley está el canal cultural, pero un canal cultural lineal es difícil cuando uno ve que todos los niños están eligiendo los contenidos en YouTube. Me parece mucho más atractivo tener una OTT donde estén todas las películas chilenas, todas las películas latinoamericanas, los contenidos antiguos de TVN, contenidos culturales. O sea, me parece mucho más de hoy.

¿Y tiene un plazo a desarrollarse?

La idea es abordarlo relativamente luego. Estabilizar primero esta señal y luego acometer esa tarea. Hasta hace dos semanas no podíamos pagar los sueldos ni el IVA. Entonces, era complicado pensar, además, en cómo lanzar otra señal.

Hay otro reparo que se le hizo a esta fórmula de salvataje. Es lo que pasa en términos de la competencia, porque se desvirtúa con ese tremendo padrino.

Mira, todos los medios han tenido, creo sin excepción, el respaldo de su dueño. El Estado de Chile, hasta esta glosa presupuestaria del año 2019, nunca había capitalizado TVN. Y ahora tiene un aval. Obviamente, nos compromete, pero quién levanta la primera piedra de que no ha tenido un apoyo de su dueño. A mí me parece que lo que ha hecho el Estado es simplemente decir "quiero que exista", porque si no caía. De verdad caía. Todos para la casa. O nos conseguíamos el aval para TVN o en marzo nos íbamos todos para la casa.

¿Y qué le promete la administración del canal al gobierno para que el gobierno haya comprometido su firma?

Seriedad en el manejo de los recursos, presupuesto, mejora de nuestra eficiencia. El gobierno sabía que nosotros estábamos tratando de reprogramar la deuda y sabían que nos fue imposible solos.

¿Va a seguir un plan de reducción?

Mira, nosotros lo hemos conversado harto y no vamos a ir a un proceso masivo de externalización. No vamos a dividir el canal en dos y vamos a externalizar una parte de los trabajos. Lo que vamos a hacer es seguir en un proceso continuo de mejora de eficiencia. Y si es que hay contenidos que llegan de afuera, los estudiaremos caso a caso. Pero no hay una política general de decir aquí se externaliza todo.

Cuando estaban levantando los fondos vino el estallido social...

Eso fue para coronar la tormenta perfecta. Se redujo sustancialmente la publicidad que entra en octubre, noviembre, diciembre, que es el trimestre que concentra los ingresos.

Bajaron los ingresos, pero subieron las críticas a la cobertura.

Mira, es el "en vivo". La complejidad que tiene el en vivo durante 24 horas. Se cometen errores y no todas las personas que trabajaron en esos días tan difíciles estaban acostumbradas a estar por tanto tiempo en vivo. Entonces, ¿se cometieron errores? Para algunos sí, para otros no. Cuando las críticas llegan de todos lados, me quedo tranquila.

¿Está conforme con la cobertura?

En general, sí. Ha habido cosas que podrían haberse hecho mejor, de todas maneras, pero el "en vivo" tiene ese riesgo.

¿Qué le parecen los matinales como concepto?

Ahora nosotros vamos a hacer algunos cambios programáticos. Estamos abocados 100% a la parrilla, lo vas a ver en marzo o abril. Antes no puedo contar.

Uno de los puntos más polémicos de la gestión de Jaime de Aguirre fue el asunto de la transparencia de los sueldos. ¿No debieran ser públicos los de los ejecutivos, de los rostros?

Hay una discusión muy grande, porque tú dices si yo doy a conocer los sueldos de los rostros, te abres al mercado, cosa que el resto del mercado no hace. Ahora, yo creo que siempre se va avanzando en temas de transparencia. Se cumple, de partida, con la Ley de Transparencia y también con lo que te obliga la superintendencia o la Comisión de Mercado Financiero. No creo que haya más puntos ahí que tocar.

¿Y qué tan escandalosos son los sueldos en la televisión?

Yo creo que ya no son. Lo fueron, pero creo que todos los canales estamos en la misma. O sea, si hay una visión que yo tengo, es que ojalá que este canal llegara a ser una empresa B y tuviera una diferencia del sueldo máxima de 12 veces. Pero bueno, de a poco las cosas van cayendo por su peso, pero es un anhelo mío. Lo que sí estamos introduciendo es políticas más de equidad, de austeridad también, de que ya pasó la época de los rostros que ganaban sueldos millonarios Eso ya no es razonable.

¿Lo está pasando bien?

Sí. O sea, no sé si bien es la palabra, pero siento que tengo que dejar el alma acá y tratar de salvar esto y de hacer un canal que sea un orgullo para Chile.

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