Columna de Paula Escobar: El “Pepe Grillo”

Publicación que hizo la pareja de Javier Velasco y que motivó a que el gobierno le pidiera "orden y prudencia" al embajador.
Publicación que hizo la pareja de Javier Velasco y que motivó a que el gobierno le pidiera "orden y prudencia" al embajador.


Mirando al frente, en el asiento trasero de un auto, junto a una mujer descalza recostada, con sus pies en su regazo. Así lucía el embajador en España, Javier Velasco, en la imagen que causó controversia esta semana; una más en materia de Relaciones Internacionales en estos meses.

(Otra la protagonizó el mismo embajador Velasco, al decir que para que ocurriera el estallido social de octubre de 2019 “se requirieron 30 años de políticas que profundizaron la desigualdad”. Provocó incomodidad en Socialismo Democrático, y el expresidente Lagos -gráfico en mano- lo desafió a “mirar los números”).

El Presidente Boric lo defendió en esa ocasión. Pero en lo de la foto…, no. No solo la oposición criticó severamente la foto, sino que la canciller Urrejola explicó que “fue completamente desafortunado lo que pasó. No corresponde a una actitud de un embajador”, enfatizando que “el propio Presidente me pidió tomar cartas en el asunto”. Y es que este episodio no parece ser ni anecdótico ni insignificante. En primer lugar, por razones de forma. Estar en esa pose en el auto propio y en la vida personal es una cosa. Es materia de gusto individual qué fotos se saca y se comparten en redes sobre la propia vida. Pero en cuanto funcionario/a público, es otra cosa. Estar así en auto de la embajada, y sacar una foto para inmortalizar la escena es pura imprudencia, y el remate es subirla a redes sociales. No solo por no comprender la diferencia entre representarse a uno mismo y representar a un país, sino porque la imagen parece una ostentación de los privilegios del cargo. Otra foto suya comiendo langosta exhibe el mismo descriterio: trasuntan una desconexión con la vivencia de las y los chilenos a quienes se debiera servir. Con inflación desatada, crisis económica, recesión a la vista, ver a un embajador relevando esas escenas es hasta provocador. Hasta hace recordar a los ministros del expresidente Piñera que invitaban a comprar flores cuando subía el IPC o a levantarse “más temprano” para pagar menos en el Metro…

Es, en definitiva, parte de poco decoro, una frivolidad. Y una disociación de las personas a las que representa. Más grave es esto aún si -tal como el embajador Velasco- se tiene un juicio tan crítico de quienes le antecedieron gobernando Chile desde el retorno a la democracia. Ver los errores del pasado, por cierto, es válido y valioso, siempre y cuando la vara para ver los propios sea la misma y no más laxa. Este episodio le causó al gobierno del Presidente Boric -¡y después del 62%!- una polémica autoinfligida en un momento en que la cuenta corriente para los autogoles ya se vació. Porque es un autogol protagonizado por un amigo del Presidente. Y he ahí la crítica de fondo: el embajador Velasco expone al Mandatario, sin comprender que la cercanía personal con la autoridad implica una exigencia de impecabilidad, profesionalismo y austeridad mucho mayores. No al revés.

Que las personas se ganen su trabajo por sus méritos, trayectoria ad hoc y sean evaluadas según su adecuado desempeño es un criterio que debería estar en el centro de un gobierno que justamente quiere mayor justicia social y que declara estar cerca de las personas y lejos de los símbolos de poder.

¿Qué habría pasado si fuera un embajador de carrera el que se hubiera sacado esa foto? ¿Y si hubiera pasado en el gobierno anterior? ¿Habría habido otras consecuencias? ¿Tiene Velasco las competencias para ser embajador?

La Asociación de Diplomáticos de Carrera expresó su preocupación por “las múltiples e innecesarias polémicas en materia de relaciones exteriores en el último periodo, en particular, desde nuestra embajada en España”. Para ellos, la “discreción, criterio y prudencia”, elementos básicos del quehacer diplomático, “no han sido la tónica en las últimas semanas”. La Comisión de RR.EE. de la Cámara también expresó su rechazo: “Hemos acordado enviar una nota de molestia a la Cancillería por la conducta del embajador, que no representa adecuadamente al país”, afirmó el diputado DC Alberto Undurraga. El aludido ha guardado silencio hasta ahora. Pero en una entrevista que dio el año pasado en El Desconcierto dijo que su rol era ser como una especie de “Pepe Grillo” del Presidente Boric, desde sus tiempos de dirigente estudiantil: “La persona cercana a Gabriel que no siempre le encuentra la razón, que lo cuestiona y que le propone otra forma de entender las cosas”, dijo. En la película Pinocho -versión de Disney del cuento de Carlo Collodi-, “Pepe Grillo” es algo más que eso. Es la conciencia o brújula moral del protagonista y quien lo trata de alejar de las situaciones de peligro y de los líos. El embajador Velasco quedó bastante al debe de su papel de embajador. Y también de “Pepe Grillo”.

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