Giorgio Jackson: “Este es el gabinete que mejores chances tiene de hacer avanzar nuestro programa”

Giorgio Jackson asumirá el próximo 11 de marzo a la cabeza del Ministerio Secretaría General de la Presidencia. Foto: Luis Sevilla

El futuro ministro de la Segpres dice que irá al Congreso con las reformas por las que fueron electos e “iremos viendo cuáles son las consideraciones que permiten que ellas se hagan realidad”. Agrega que la designación del futuro equipo de gobierno asume que su coalición política original no cuenta con mayorías parlamentarias y que por sí solos no iban a poder cumplir con el programa.


En 2011, el entonces dirigente estudiantil Giorgio Jackson ingresó por primera vez a La Moneda. Lo hizo como líder de la Feuc cuando arreciaban las protestas universitarias en contra del gobierno para reunirse con el Presidente Sebastián Piñera junto a rectores, técnicos profesionales y otros dirigentes como él. “Salimos muy frustrados”, recuerda. Apenas 10 años después -en marzo- entrará a la sede del Ejecutivo para instalarse como ministro secretario general de la Presidencia, cargo para el que fue elegido por el mandatario electo, Gabriel Boric. “Es algo entre difícil de asimilar y con el peso de la responsabilidad en los hombros, pero con entusiasmo, con ganas de que empiecen a pasar cosas”, dice. “Me siento orgulloso de ser parte de una generación que ha venido empujando no para quedarse en las demandas, sino que trata de asumir la responsabilidad del futuro”.

La expectativa era que se le anunciara como ministro del Interior. ¿No quiso el cargo o nunca se le consideró para él?

Tenemos la mejor ministra del Interior que este gobierno podría tener. No es sólo por el hecho de ser mujer, sino que tenemos a la mejor persona independiente, pero dentro del proyecto, para poder encabezar ese ministerio. El rol que me toca a mí jugar también va a tener que complementar tanto las acciones legislativas como las de coordinación entre los distintos ministerios y el presidente siente que tengo las habilidades para aquello, así que lo asumo con gratitud y con una enorme responsabilidad.

¿Por qué Izkia Siches tiene mejores cualidades que usted para encabezar esa cartera?

Porque creo que la doctora Siches tiene un liderazgo y atributos que le permiten ejercer el poder de mando al mismo tiempo con la firmeza y la ternura que pocas personas pueden hacerlo. Y eso la hace perfecta candidata para ser ministra del Interior. El presidente ha tenido la sabiduría de convocar un comité político donde él puede sentir plena confianza y en el que puede apoyarse para poder calibrar la brújula de hacia dónde quiere encaminar el gobierno.

Se podría señalar que se ha instalado un parlamentarismo de facto en el entendido que se construye un gabinete con los representantes de los partidos con los que se acerca a mayorías en el Congreso para las reformas. ¿Es esa la verdadera esencia de este gabinete?

Este gabinete, a partir de una premisa que creo todos y todas pueden ver, asume el hecho de tener un gobierno con minorías parlamentarias de su coalición, pero que durante una segunda vuelta logró convocar a mayorías. Es ese ejercicio de construcción de mayorías lo que se intentó replicar. No hay sólo militantes de partidos políticos, en este caso de socialismo democrático, sino que también independientes que son reconocidos por la experiencia que tienen en sus áreas. Así que más que parlamentarismo de facto, que hablaría solo de los partidos políticos, también hay un importante sector, aproximadamente un tercio que son independientes, que le hablan a otra audiencia.

Lo que había trascendido era la teoría de los anillos -que se atribuye a usted, por lo demás- que incluía sólo al PS en la línea de ministros y a representantes del PPD, el Partido Radical y el Partido Liberal en cargos de segunda línea. ¿Por qué se retrocedió en ello?

A mí me gusta Tolkien, pero no hubo un intento de generar esa analogía respecto a cómo iba a ser el diseño, de hecho siempre lo mantuvimos abierto y lo que intentábamos era darle tiempo al tiempo, desde la segunda vuelta hasta este nombramiento, para saber cómo se iban a ir dando las conversaciones con los partidos y las organizaciones. Lo que decantó en el presidente electo fue este diseño.

Entonces usted no sufrió ninguna derrota… no hubo un diseño original que terminó en otra cosa...

No siento en ningún caso que esto haya sido una pugna o una diferencia política al interior. Creo que llegamos a una conclusión bien unitaria al interior de lo que se denominó el comité político de transición. Fue bastante unánime.

¿Qué les dice a los integrantes de su coalición que tuvieron que hacer espacio a nuevas fuerzas en el gabinete? ¿No habrá quienes se sientan desilusionados?

Le diría a la militancia de Apruebo Dignidad que este es el gabinete que mejores chances tiene de hacer avanzar nuestro programa, y no cabe duda de aquello. No sé si diría algo más que eso.

¿No era posible que ustedes solos pudieran sacar adelante sus reformas?

Eso creo que es evidente ante los ojos de toda la población.

Foto: Luis Sevilla

¿Sintió en su propia coalición algún tipo de incomodidad de tener que sentarse con los mismos a los que criticaron tan duramente?

Vi harto entusiasmo hoy, dentro de nuestra base adherente, no sé si quizás es el sesgo de la burbuja de información, pero en general la misma gente que uno va leyendo, tratando de percibir donde puede haber ojo crítico, vi mucha esperanza con el gabinete. Por cierto, un gabinete no está diseñado para que todas las personas estén conformes respecto de todos los nombramientos, creo que quien se ponga eso como meta va a fracasar siempre en su tarea de diseñar un gabinete.

Mario Marcel bien pudo ser ministro de Hacienda de cualquier gobierno de la ex Concertación o incluso de la Nueva Mayoría. ¿No es un factor moderador de las reformas comprometidas su presencia en el gabinete?

Mario Marcel no ha sido ministro de Hacienda antes, y él se define a sí mismo como un socialdemócrata, como alguien que quiere y cree en el rol que las políticas públicas del Estado puedan favorecer a la población en las garantías de sus derechos. Confío en que el futuro ministro Marcel va a ser un tremendo colaborador en la tarea de llevar adelante el programa de gobierno que nos hemos trazado para estos años. Lo veo como un factor que puede viabilizar muchas cosas que quizás con otras interlocuciones serían más difíciles de viabilizar. Creo que él es un factor que une y que puede ser capaz de unir distintos mundos que hasta el día de hoy pueden tener una predisposición quizás negativa a alguna de nuestras reformas. Creo que él aporta técnicamente y políticamente a que muchas de las reformas que hemos planteado puedan tener viabilidad en un Congreso como el que tenemos.

Usted será quien irá a plantar cara al Parlamento, al que le toca negociar. ¿Ve a Mario Marcel como un aliado?

Absolutamente.

¿No se producirá con él algún tipo de contrapeso respecto de la profundidad y la gradualidad que requieren los cambios que ustedes han comprometido?

Creo que, en el seno del gabinete, y del trabajo que podamos desarrollar al momento de generar los trabajos prelegislativos para las reformas que tenemos que llevar adelante, vamos a poder encontrar los puntos a defender de manera conjunta en el Congreso. Y cuando surjan obstáculos en el Congreso, tengo la tranquilidad de que los vamos a poder conversar de tal forma de conseguir esos acuerdos. Podemos tener un buen equipo político tanto con su mirada desde la macroeconomía y las finanzas públicas, con la mirada desde el Ministerio del Interior con la doctora Izkia Siches, con la secretaría general de Gobierno con Camila Vallejo y también con el Ministerio de la Mujer con Antonia Orellana.

Los gobiernos definen su sello en función de sus metas y de quienes los integran. En la lógica de que los ministros fueran nominados en base a la representación parlamentaria que tienen sus respectivos partidos. ¿Es el Partido Socialista el más poderoso de este gobierno?

Me parecería una conclusión un poco arriesgada, pero diría que Apruebo Dignidad es la que gestó esta candidatura, que fue su núcleo y que hoy día hay partidos que, desde su experiencia, se han puesto a disposición también de este proceso. No creo, en ningún caso, que aquí haya un partido que sea controlador de esta coalición.

Al menos socio mayoritario, entonces…

Yo diría que van a ser socios importantes, un aliado importante durante estos cuatro años y hay harta pega que hacer para que eso se pueda fortalecer.

¿Cómo se explica que partidos a los que ustedes vetaron hace pocos meses ahora estén en el gabinete?

Todo esto lleva aprendizaje a nuestra coalición y a nuestros partidos. Mi impresión es que es distinto un proceso de primarias que la conformación de un gabinete con un Congreso como el que tenemos. Creo que las expectativas de la ciudadanía exigen de nuestro gobierno una madurez para comprender que no podemos perder un día en el trabajo de sacar adelante aquellas reformas que pueden cambiar la vida a las personas que nos eligieron, y a las que no nos eligieron también, por supuesto. Son procesos distintos aquellos en los que se construye una identidad en torno a una coalición en una primaria electoral donde pueden existir distintas alternativas, a cuando ya se da la conformación de gobierno.

Este gabinete habría sido bien distinto entonces si en la conformación del Parlamento Apruebo Dignidad tuviera espalda para echar a andar las reformas…

Quién sabe, no podemos hacer política ficción, pero puedo escoger un par de palabras del presidente electo que habló de esa situación como una oportunidad. A pesar de que ninguna coalición desea ser minoría y no tener los votos, pero creo que ha sido bien sabia esta idea de que es una oportunidad para conversar intergeneracionalmente, tener un diálogo en torno al programa, o sea forzarnos a tener que hablar de las cuestiones programáticas donde, quizás para sorpresa de todos, nos hemos encontrado con muchas más coincidencias. Probablemente posestallido social lo que quizás veíamos como grandes diferencias se han reducido de manera considerable y creo que tenemos un conjunto de ejes fuerza en los que compartimos la dirección, donde se va a conversar cuán lejos se llega y la gradualidad, pero creo que hay un camino en conjunto por recorrer y ahí nos sobran años.

A usted en lo particular no le genera ninguna incomodidad compartir sillas en el gabinete con ellos que antes eran adversarios…

Me genera la sensación de que vamos avanzando y de que hemos avanzado mucho y que en la política chilena lo que era tolerable hace 10 años no es tolerable hoy, y que los partidos han tenido que adaptarse, han tenido que tener, y lo han hecho, críticas y autocríticas internas también. Creo que los partidos que formaron parte de la Concertación también han vivido procesos, sobre todo después del 18 de octubre, del estallido social, pero también antes de eso, de movimientos telúricos internos, los que también tuvieron que hacer cambios para que su militancia pudiera seguir activa. Yo creo que hoy día contamos no con los mismos partidos que hace 10 años, yo creo que son partidos que han ido evolucionando.

No han pasado 10 años, han pasado ocho meses desde que vetaron a algunos de esos partidos...

Cuando tú tienes tu identidad es distinto a cuando tienes un contexto en el cual tienes que dialogar con todo el espectro político para pasar las reformas con la expectativa que tiene Chile de que esas reformas avancen. Entonces, insisto en que es distinto constituir una elección primaria a un gabinete que enfrente el contexto de nuestro futuro gobierno. Quién sabe si estos vínculos que se van tejiendo nos lleven a estar juntos en el próximo ciclo electoral, nadie lo sabe, hoy hay una apuesta por parte del presidente electo, y creo que es la decisión correcta.

Foto: Luis Sevilla

Usted sabe que su estilo genera resistencias en sectores del Parlamento. Se le califica de mañoso, que le cuesta llegar a acuerdos. Se restó a última hora, por ejemplo, del acuerdo de los US$ 12 mil millones para enfrentar la pandemia…

Creo que le puedo aportar a nuestro gobierno una disposición y una voluntad inclaudicable por generar acuerdos. Lo que pasa es que algunas veces, cuando uno está del otro lado, cuando uno está en la vereda de querer llegar a acuerdos, pero esos acuerdos no se logran, a veces uno se frustra. Espero poder contribuir con todo lo que aprendí estos años y con los equipos que conformemos. No sé muy bien qué fama me he ganado, pero durante el día he hablado con parlamentarios y parlamentarias que asumirán el próximo 11 de marzo de todo el espectro político, poniéndome a disposición, y no he recibido hasta ahora malos comentarios.

La derecha ha planteado como tema que no serán una oposición como ustedes fueron con el Presidente Piñera, dura, obstruccionista, según han calificado...

El rol que nos tocó como oposición sintonizaba bastante con la opinión mayoritaria del pueblo de Chile y nos tocó jugar ese rol porque somos sus representantes. Yo al menos lo que quiero aportar es trabajar por impulsar reformas que la mayoría del pueblo de Chile acoge, entonces esperaría poder conseguir esas mayorías en el Congreso también. No llamaría obstruccionista a una oposición que hace sentir un saber mayoritario en contra de un gobierno respecto de una política. Si tuviese una política que sé que el 70% o 90% del país no la aprueba, mal podría llamar a la oposición obstruccionista si es que ellos rechazan esa política. Sin embargo, si es que hay una política que la apoya el 60%, 70%, 80% de la población y el Congreso insiste en querer rechazar, ahí uno podría pensar dónde está esa diferencia entre lo que opina la población y está haciendo el Congreso. Por eso, insisto, la tarea es poder presentar reformas que puedan tener apoyos mayoritarios y que eso se pueda ver también expresado en el Congreso.

Usted fue parte de un Congreso donde parlamentarios se saltaron las reglas, rompieron acuerdos implícitos respecto –por ejemplo- al uso de las acusaciones constitucionales y ahora le toca estar al otro lado, le toca defender que hay que cumplir las reglas, que hay que llegar a acuerdos, que hay que ceder para avanzar...

Nos tocó formar parte, en este segundo periodo, de un Congreso al cual la historia con su distancia y sabiduría recuerde como uno de los periodos más acontecidos de la historia de Chile. Tuvimos una revuelta popular que en parte por el liderazgo de la oposición y de algunos del oficialismo que cruzaron el puente permitió encauzar institucionalmente esa inquietud desbordada en las calles de nuestro país. Estamos hablando de un periodo en el que hubo una pandemia global a la cual el gobierno no dio respuesta durante el primer año, en el que la población se sintió abandonada. Un periodo en la historia en el que un Mandatario le declaró la guerra a su pueblo. Las acciones que tuvimos que emprender como oposición también fueron extraordinarias. No creo que sea correcto juzgar las acciones que hicimos como oposición sin un apropiado contexto. Nuestro interés fue siempre institucional a cada una de las acciones críticas, impugnaciones que quisimos hacer a diferencia de cuando ocurrió, hace casi 50 años, en las que no fue el cauce institucional lo que motivó la acción política de la entonces oposición, sino que fueron las armas.

Se ha señalado que la primera acción legislativa del futuro gobierno será la reforma tributaria, que va a ser prioridad los primeros meses…

Para poder proveer de mejores pensiones, mejorar nuestro sistema de salud, montar un sistema nacional de cuidados, entregar mayor poder a las regiones hay que recaudar. Creo que eso la gente lo entiende, y dice “ok, es el momento de hacerlo, y hay que hacerlo de una manera progresiva”, es decir, los que han tenido una trayectoria más favorable en sus vidas, por cierto por su esfuerzo, por las herencias, por lo que sea, van a tener una mayor contribución. Ese va a ser un primer desafío y esperamos hacerlo con el mayor rigor técnico, conversando con las pymes, con los sectores empresariales, conversando con todas y todos los que sean necesarios. Creemos que es, de alguna manera, el primer dominó que permite que el resto de las reformas puedan ir realizándose, porque sin ingresos permanentes muchas de las reformas que estamos planteando no van a tener viabilidad.

¿Se hará durante el primer trimestre el ingreso al Parlamento?

Tenemos que conversarlo con el futuro ministro de Hacienda, con el equipo de gobierno, para poder diseñar de mejor forma cuáles van a ser esos plazos, pero sin duda es una prioridad. Prefiero no adelantar ninguna fecha, pero sin duda va a ser una prioridad.

¿Qué prioridad legislativa tendrán proyectos como la amnistía para los presos del estallido?

Es parte de los compromisos que se adquirieron en campaña, creemos que ahí hay una herida abierta. La idea, generar las condiciones para que primero se conozca toda la verdad, pueda existir justicia, y también pueda haber algo de reparación para ellos y aquellos emprendedores que vieron sus negocios destruidos.

El presidente electo le señaló a Chile Vamos, según trascendió, que no iba a renovar el estado de excepción en La Araucanía. ¿Algo más que incluirá su debut como ministro?

No tengo nada hasta ahora. Pero vamos a empezar la próxima semana a planificar ya el trabajo.

El Senado va a ser su gran desafío, la derecha tiene la mitad de los votos, ese es el dique a romper.

Ese es el puente a construir. Claro, está difícil el Senado, está difícil, pero creo si los proyectos tienen apoyos mayoritarios vamos a encontrar la fórmula, el mecanismo, las gradualidades para que también pillemos esa mayoría en el Senado. No va a ser algo fácil, por cierto, pero creo que hay varios senadores y senadoras de la que será la oposición que han mostrado bastante sensibilidad por muchos de los ejes prioritarios de este gobierno, y por lo que les he escuchado, va a haber una buena predisposición, así que esperemos que esa se mantenga, al menos desde nuestra parte también va a estar.

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