Ignacio Serrano: “Cuando empiece la reconstrucción veremos si es cierto que el gobierno aprendió que es necesario el diálogo público-privado”

El director de Desafío Levantemos Chile relata los puntos claves de la tarea que implica recuperar a las comunas que fueron devastadas en los megaincendios de la V Región. Asimismo, asegura que la administración de Gabriel Boric miraba con desconfianza la colaboración público-privada para este tipo de catástrofes, y que ello ha ido evolucionando. "Creo que había ideología", dice.


“Los incendios sacan a la superficie cosas que estaban ocultas”, dice Ignacio Serrano, director de Desafío Levantemos Chile. Muchas veces una catástrofe así -como la que azotó recientemente a la Quinta Región- revela pobreza, hacinamiento, falta de servicios, soledad.

Este incendio, para Serrano, es uno de los peores que ha enfrentado la organización desde que fuera creada por Felipe Cubillos tras el terremoto y tsunami de 2010. “Claramente, esta es una emergencia más urbana, las otras emergencias que le han tocado a Desafío, en general, son más rurales, en lugares más apartados, con casas no tan concentradas. Lo que ocurrió esta vez, aparte del daño humano, más de 130 muertos, no lo habíamos visto en otra emergencia desde el 2010″, asevera.

Ingeniero comercial de la Universidad Gabriela Mistral, con un MBA en la Universidad Católica, ingresó a la fundación en 2018 como gerente de Finanzas. En enero de 2023 asumió su dirección. Debutó, entonces, con los extensos incendios que afectaron a las regiones de La Araucanía y Biobío. Y con un “bloqueo” por parte del gobierno que -asegura- se ha ido subsanando con el tiempo, pero que se basaba en una fuerte desconfianza en el trabajo que podían realizar los privados ante una catástrofe.

Instalado en el Estadio Sausalito, el centro de operaciones de varios organismos para la emergencia y reconstrucción, Serrano desglosa lo que se viene.

¿A cuántos años plazo se puede pensar la reconstrucción de la Quinta Región?

Es difícil pronosticar por el nivel de daño. Yo creo que si se hace un buen trabajo coordinado, en un par de años esto se saca arriba.

¿A qué se refiere con coordinado?

A que es variado el nivel de soluciones que uno puede entregar en estos casos. Desde ponerse de acuerdo en qué tipo de viviendas vamos a construir. Ya se está distribuyendo la vivienda de emergencia y a veces hay que evaluar si esa vivienda es la mejor opción. Porque dar un bono de arriendo para una persona que pueda aspirar a una vivienda definitiva, al mismo tiempo que está en un sitio transitorio, puede ser mejor solución que la vivienda de emergencia que, al final, sabemos que va a ser definitiva.

¿Qué teclas hay que apretar para apurar la ejecución? Es una de las cosas que plantearon los excolaboradores del primer gobierno de Piñera.

Si se tomaron experiencias de gobiernos anteriores que les tocaron emergencias grandes, ahora está solamente en ejecutar. Presentar el plan y empezar a ejecutar. Es una buena señal tener a alguien encargado de la reconstrucción -la ministra Javiera Toro- que esté haciendo un seguimiento, pero también que tenga poder para tomar decisiones. Esto no se levanta solo, no pasa de forma espontánea. Tiene que haber liderazgo y una decisión desde el Presidente hacia abajo de que hay que reconstruir. Y una decisión del Presidente de empoderar a la ministra y tener el pleno convencimiento de que esto hay que levantarlo y que no lo vamos a olvidar con la siguiente emergencia.

¿Cuáles son las principales prioridades de la reconstrucción hoy?

Primero, dar una respuesta a todas las familias afectadas de qué tipo de solución van a tener en el corto y en el largo plazo. Se ve mucha desesperación, mucha incertidumbre. Uno anda en terreno y se ve a mucho adulto mayor afectado en estas poblaciones y con poca fuerza para seguir adelante. Tenemos que generar esa esperanza de que hay alguien preocupado por ellos, preocupado de darle respuestas. La incertidumbre es lo que hay que atacar ahora, porque si la dejamos volando puede ser peligroso para lo que viene después. El invierno va a estar más duro todavía.

¿Y para generar certidumbre es importante que las autoridades se comprometan con fechas específicas o es arriesgado hacerlo?

Es súper importante. Al final, con las fechas visualizamos hasta cuándo me tengo que quedar de allegado con mis vecinos o mis parientes en el campo, hasta cuándo mis hijos no van a tener su escuela cercana. Si a cualquiera de nosotros le pasara algo así lo primero que quisiéramos es tener algo de certidumbre, y si nos dan fecha es mejor aún, porque uno se planifica. Si no, las personas empiezan a reconstruir por sus medios, y hemos visto reconstrucción en lugares en que puede ser peligroso. Es una oportunidad también de regularizar lo que no está regularizado, por ejemplo, en tomas. Hay que aprovechar para de esta amenaza o de esta emergencia sacar mejores lecciones y hacer las cosas mejor.

¿Es el momento de una reconstrucción para proponerse mejorar la infraestructura? Por ejemplo, los colegios, los centros de salud.

La prioridad ahora es reconstruir, porque si nos ponemos demasiado creativos y a cada proyecto lo hacemos crecer en términos de dimensión de lo que había anteriormente no nos van a alcanzar los recursos y no vamos a poder priorizarlo bien.

“El gobierno ha aprendido”

Lleva casi seis años dentro de Desafío. ¿En qué diría que se diferencia el incendio de la Quinta Región con otras catástrofes o incendios en los que le ha tocado trabajar?

Claramente, esta es una emergencia más urbana, las otras emergencias que le han tocado a Desafío, en general, son más rurales, en lugares más apartados, con casas no tan concentradas. Lo que ocurrió esta vez, aparte del daño humano, más de 130 muertos, no lo habíamos visto en otra emergencia desde el 2010. Eso impacta a la comunidad. Se perdieron vidas, y todos los que están, que quedaron, aparte de perder sus cosas materiales, perdieron a algún familiar. Eso es muy fuerte. Y claro, la concentración de casas también, estamos hablando de cerca de 7.000, según el Ministerio de Vivienda, es un número de dimensiones mucho mayor a lo que habían enfrentado antes.

¿Ha visto una actuación del gobierno central acorde a este nivel de emergencia?

El gobierno ha aprendido de la experiencia del último año, en que le tocó enfrentar emergencias importantes tanto en invierno como en verano. Se han dado cuenta de que la colaboración público-privada es necesaria para abordar catástrofes como estas. Está el ejemplo exitoso del gobierno de Piñera tras el terremoto, y tengo constancia de que el gobierno ha recogido esa experiencia de la reconstrucción y también ha contactado a organizaciones como nosotros para buscar las mejores soluciones. Esta emergencia tiene que ser abordada desde el Estado. El plan de reconstrucción, se dice, es cercano a los mil millones de dólares, y el Estado tiene que ser el principal gestor, pero con los complementos que podamos entregar cada uno.

¿El gobierno se ha ido convenciendo de esa colaboración por la fuerza de los hechos?

Tengo esperanza que sí, y es lo que estoy viendo en estas primeras semanas: creo que se han convencido en su mayoría de que es necesario este diálogo, esta colaboración. Ahora, esto se va a ver cuando empiece la ejecución. Al principio son semanas de planificación, de buscar estrategias, pero cuando empiece la ejecución ahí vamos a ver en verdad si el aprendizaje es cierto.

¿En los incendios de 2023, en La Araucanía, hubo desconfianza o algún sesgo por parte del gobierno respecto de la colaboración de los privados?

No quiero generalizar, pero sí había autoridades que tenían bastante suspicacia a que nosotros participáramos en la reconstrucción.

¿En qué se notaba eso?

En que no facilitaban la participación nuestra en la ayuda. Ahora, no estoy generalizando, pero sí había funcionarios que no estaban tan de acuerdo en nuestra participación. Y hoy día vemos un espíritu mejor de colaboración.

¿Y eso a qué lo atribuye?

Siempre hay sectores a los que no les gusta la participación de entes no estatales en trabajos del gobierno.

¿Había una cuestión ideológica?

Yo creo que había ideología, sí. Y otros factores también, que es difícil juzgar. Pero creo que algo, sí, mayoritariamente ideológico.

¿Eso retrasó de alguna forma la reconstrucción de los incendios del año pasado?

El Estado, por su esencia, es lento. Y si no es lento, es muy lento. Entonces, ahí entra la importancia de la colaboración con instituciones como nosotros. Y no solo con nosotros, hay muchísimos más en el país, porque tenemos una agilidad y una capacidad de llegar mucho más eficiente que el Estado. El Estado tiene sus procesos, es un elefante que se mueve lento, y que tiene controles que nosotros como ciudadanos le pedimos. Por lo mismo, el complemento con nosotros, que tenemos más agilidad, que tenemos más libertad para actuar, más independencia, es tan importante.

La burocracia siempre retrasa gestiones. Lo importante es que haya funcionarios y líderes que sepan cómo gestionar esa burocracia. Cómo encontrar la forma con apoyo y colaboración y también buscando las fórmulas dentro de la burocracia estatal, donde las ayudas pueden llegar a quienes más lo necesitan y en la forma más rápida.

¿Quiénes son las autoridades llamadas a encontrar esa fórmula?

Bueno, se designó a una ministra encargada de la reconstrucción. Para liderar esta reconstrucción, lo importante es que tenga poder de decisión y pueda tener compromisos para ejecutar esto. Que no sea solo una figura decorativa. El Ministerio de Vivienda y el Serviu tienen trabajos tremendos por delante. Aquí el foco está en reconstruir casas, viviendas que se destruyeron y que tienen distintos niveles de regularización. Entonces es un desafío tremendo.

¿Ustedes se han reunido con la ministra Javiera Toro por esto?

No hemos tenido oportunidad. Sí con los ministerios de Educación, de Salud, de Vivienda.

¿Ha visto un compromiso por tratar de avanzar rápido, de agilizar los procesos?

La verdad, con los ministerios que nos ha tocado interactuar hasta ahora hemos tenido muy buena respuesta. Y ahí va lo que decía yo antes: hay un cambio de mentalidad y una prueba de realidad de cómo, más allá de la ideología que tenga cada uno, cuando hay que actuar en una emergencia tenemos que unirnos todos. Lo importante son los beneficiados y no las posturas de cada uno o quién quiere tener más presencia o más retribución por eso.

El año pasado el gobierno designó a Paulina Saball como encargada de la reconstrucción. Ella planteó en su minuto que los privados tendrían un rol relevante en esa tarea. ¿Fue así?

Creo que los privados tuvimos nuestro rol, obvio que sí. Nosotros como Desafío reconstruimos 115 viviendas entre rurales y urbanas. De hecho, este 27 de febrero estamos entregando las últimas viviendas de esa emergencia con la cual estábamos comprometidos, en la comuna de Purén. Entonces sí tuvimos un rol, aunque en forma no tan articulada con el gobierno.

¿Por qué?

Por las trabas que tuvimos, sobre todo al inicio. Pero al final logramos desarrollar esa ejecución, actuando también muy de la mano con las municipalidades. Nosotros nos concentramos en las que quizás teníamos mejor recepción, en las que apoyaban más, en las que tenían procesos de recepción de obras y también de apoyo del equipo comunal mucho más potente.

En ese sentido, ¿cómo ha visto la gestión de la Municipalidad de Viña del Mar?

Con los equipos municipales que hemos estado involucrados hemos tenido muy buena recepción. Nos han demostrado su total disposición a colaborar y nos han permitido ejecutar nuestras labores. Porque no solamente es la disposición para conversar; es decir, ustedes también ejecuten. También es no encontrar bloqueos, como nos pasó al inicio de la reconstrucción del año pasado.

Acá no, hemos tenido muy buena recepción. Estamos trabajando con el departamento de desarrollo económico, de educación, salud y con la Secpla muy coordinados para llevar esto a cabo y seguirlo adelante.

Paulina Saball hizo un plan de reconstrucción que entregó al gobierno. Sin embargo, ella después dejó el cargo y no sabemos si ese plan se cumplió o no...

La verdad es que no lo sé. No tengo mayor información de por qué se fue ella, ni tampoco de qué pasó con ese plan. Porque no fue compartido con nosotros. Nosotros desarrollamos nuestro propio plan, que fue el que ejecutamos. Se centró en el apoyo a emprendedores, a pequeños agricultores. Hicimos también clínicas móviles. En marzo entregaremos también una escuela junto al Banco de Chile en Colico Alto, donde también hicimos una estación médico rural en la comuna de Santa Juana. Todo eso lo desarrollamos nosotros. Obviamente, las escuelas las construimos en conversaciones con el Mineduc. Pero en forma de conversaciones, te digo, muy aisladas con cada ministerio o con cada municipalidad involucrada. Más que un plan consolidado global.

Es decir, ¿nunca vieron un plan consolidado de reconstrucción para esta zona?

Pero no quiero decir que no existiera. Quiero decir que no lo conocimos. Nosotros teníamos nuestro propio plan.

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