José Antonio Kast: “No necesitamos una nueva Constitución”

El excandidato presidencial Jose Antonio Kast. Foto: Andres Perez

El líder de Republicanos y exabanderado presidencial toma distancia de las tratativas de un acuerdo constitucional, más todavía si se trata de reeditar una nueva Convención. A un año de su derrota frente a Gabriel Boric, estas son sus definiciones.


Dice José Antonio Kast que nunca estuvo replegado -ni siquiera durante la campaña del Rechazo, cuando su figura no aparecía en el centro de la batalla política- y que desde hace un año -cuando perdió el balojate con el Presidente Gabriel Boric y alcanzó el 44,13% de los votos- ha trabajado en terreno y se ha comunicado por redes sociales. Precisamente, es ese aniversario el que lo trae de regreso, levantando la voz en contra de las negociaciones por el proceso constituyente 2.0.

En lo que se puede señalar como su primera aparición pública tras la derrota ante Gabriel Boric usted ofreció “colaboración constructiva” con el nuevo gobierno. Evalúese usted mismo: ¿Ha cumplido su palabra?

Totalmente. El día del triunfo me tocó estar con él y ofrecerle ayuda y colaboración para que su gobierno fuera exitoso. Desde que nombró a sus ministros e hizo su acto de asunción al mando comenzó a mostrar cuáles iban a ser sus reales intenciones, que distaban mucho de lo que dijo en la segunda vuelta. Y empezamos a conocer al Gabriel Boric de verdad, a ese que asumió la jefatura de campaña del borrador del texto constituyente. ¿Cómo colaboramos con alguien que usa el engaño para conquistar votos?

¿Se había hecho expectativas distintas?

Pensé que iba a nombrar un gabinete que estuviera más conectado con la realidad, y lo que veo es un gabinete conectado con el mundo político más radical: el PC y el Frente Amplio, dejando fuera lo que uno podría decir que era la izquierda más moderada, cosa que trata de revertir después del 4 de septiembre, pero no lo logra y no cambia el estilo de gobierno. Se han incrementado los problemas de inseguridad, sigue estando el tema de la migración y el Presidente viaja por el mundo y no recorre Chile. No veo cómo poder colaborar con un gobierno que no ha estado a la altura, que no tiene la capacidad, la experiencia y que día tras día sigue hundiendo a Chile.

El Presidente ha hecho rectificaciones. Tras la derrota del plebiscito, recurrió al Socialismo Democrático para apuntalar su administración. ¿No es una señal correcta?

¿Y a quién nombra de ministra del Interior? A alguien que está cuestionada en la Contraloría con un juicio de cuentas. ¿A quién nombra en el cargo de relación con el Congreso? A la persona que mal lideró el tema medioambiental con Michelle Bachelet. Una persona que celebra como si estuviera en un cumpleaños un triunfo pequeño de la presidencia de la Cámara. Eso es no entender.

Ha habido giros en el tema de seguridad, que es una prioridad para los chilenos…

Sí, después de ocho meses convocan una comisión que se subdivide en subcomisiones. ¿Necesitas comisiones para saber que tienes que aplicar la ley? Él no tiene claro cuáles son las modificaciones que tiene que hacer a la Ley de Seguridad del Estado, cuáles son las modificaciones en la Ley Antiterrorista, qué es lo que tiene que hacer con migraciones. Estuvo con el Presidente de Perú. ¿Y logró algo en el tema del tránsito de migrantes o de las organizaciones criminales que usan Perú como base para pasar por Bolivia? Él es amigo del Presidente de Bolivia. ¿Se ha preocupado de lo que están haciendo con la trata de personas desde Venezuela, desde Colombia a Chile? No.

¿Le encuentra algo bueno al gobierno?

Lamentablemente, no encuentro nada positivo al gobierno del Presidente Boric.

Es muy duro en su apreciación del desempeño del gobierno. Hace poco, la ministra Ana Lya Uriarte destacó el ánimo colaborativo y no obstruccionista de la oposición. ¿Está solo en la evaluación que tiene del Presidente?

No, creo que interpreto a un gran porcentaje de los ocho millones que le dijeron que no al Presidente como jefe de campaña del nuevo proyecto de Constitución. Yo puedo tener diferencias con Chile Vamos.

Las tiene, eso es evidente...

Pero tengo muy claro que nuestro adversario no está en Chile Vamos, está en la izquierda que quiere refundar las bases institucionales de Chile. Tengo diferencias con Chile Vamos, pero somos complementarios. Quiero llegar a ser gobierno y ellos también para llevar adelante una política que enfrente a la delincuencia, la inmigración, la inflación, la educación. Tenemos que ser complementarios, pero tenemos diferencias importantes.

Foto: Andres Perez

¿Cuáles?

Nosotros no queremos un nuevo proceso constituyente. No queremos pasar por lo mismo. Se lo dijimos el 15 de noviembre del 2019: que había sido un acuerdo basado en la violencia y que iba a ser un fracaso. Un año antes del plebiscito dije que lo iban a perder, porque se sienten dueños de la verdad y la ciudadanía les va a decir que no.

El mayor triunfo de la oposición hasta ahora ha sido el plebiscito del 4 de septiembre…

El mayor triunfo de Chile. No fue un triunfo de la oposición al gobierno. Fueron ocho millones de personas que votaron en contra. Es la votación más alta que ha tenido cualquier opción política en la historia de Chile. O sea, el Presidente sacó cuatro millones y medio de votos. Si los sumamos a los votos que obtuve yo, que fueron tres millones 600 mil, entre los dos empatábamos la votación del Rechazo.

Claro, pero ahora hubo voto obligatorio...

Lo que quiero decir es que la oposición no se puede atribuir todo el triunfo. Los Republicanos aportamos un piso muy importante: el 8% de la primera elección, el 22% del Rechazo, el 44% en la segunda vuelta, pero necesitábamos más. Y ese adicional vino desde el sentido común de la ciudadanía. Ahí Chile despertó. Y el gobierno sigue durmiendo.

En esa campaña, ¿usted optó por un bajo perfil o lo relegaron a un segundo plano?

Asumí un rol que era el que me correspondía: recorrer Chile completo. Y eso no tengo por qué hacerlo por los medios, se hace en terreno. Asumimos el desafío de tener un apoderado por mesa y cubrimos el 45% a nivel nacional, hicimos una gira por la verdad, con los diputados, con los concejales, con los Core… Estuve más activo que nunca, pero no por los medios. Lo que puedo decir por mí, es que habría sido un elemento destructivo para el fondo de lo que se discutía. No se discutía si esta era una Constitución de derecha o de izquierda, se discutía si iba a ser un buen texto para el futuro. Y nosotros lo que hicimos fue develar lo que estaba por escrito.

¿Eso tiene que ver con la resistencia que genera su imagen en una parte del electorado?

No, de hecho, sacar tres millones 600 mil votos es la segunda votación más alta que ha obtenido alguien de derecha, porque estuve a 100 mil votos de sacar los mismos votos que Piñera. Yo, al menos, no veo eso que dicen, “no, mira, es que tu figura...”. Nuestro trabajo como Republicanos ha ayudado a parar el proyecto refundacional de la izquierda.

¿No se sintió un poco tratado como Alf en la campaña, que había que esconderlo cuando llegaban visitas? ¿Que había que esconderlo de quienes querían votar Rechazo por un mal trabajo en la Convención, pero no querían votar por la opción de Kast?

No, para nada. Tomamos la posición de no encabezar la campaña del Rechazo en enero. Aquí lo que había que hacer era que las personas tomaran conciencia de lo que estaba haciendo la Convención, que sentía que era dueña de Chile. Y la única intervención en la que a mí me tocó participar fue en julio y no fue entendida por muchos en la derecha. Lo que decía era: señor contralor, haga su trabajo, fiscalice la intervención electoral del gobierno. ¿Y qué logramos? Que la ciudadanía entendiera que el jefe de campaña de ese proyecto constitucional era Boric y que la derrota era de él.

Concede que una parte de Chile Vamos se incomodó con su irrupción…

Chile Vamos siempre sobrerreacciona. A los pocos días de la segunda vuelta estaba debatiendo quién era el líder de la derecha. ¿Qué sentido tiene? Lo que necesitamos son más liderazgos, no quién es el líder de la derecha.

El punto ahí era otro: no reconocerlo como primus inter pares...

Por eso digo que se equivoca Chile Vamos en ver dónde está el adversario.

¿Cree que lo ve como un adversario?

Es que he visto declaraciones de algunos líderes de Chile Vamos que lo primero que señalan es que se van a diferenciar de los Republicanos. Lo que tienen que hacer es advertir que el peligro está en la izquierda radical, no en nosotros. No estamos aquí para incomodar a Chile Vamos, estamos aquí para hacer el trabajo político y enfrentar a la izquierda.

¿Cree que la derecha administró bien el triunfo del Rechazo en el plebiscito del 4S?

Creo que han cometido todos los errores que podrían cometer. Estaban el día 8 de septiembre conversando con el gobierno para ver cuál era la fórmula para redactar a través de una Convención una nueva Constitución. Y eso es un tremendo error, es desconocer la voluntad de ocho millones de personas que les dijeron “no queremos una nueva Convención”. Y eso no es faltar a la palabra en el compromiso, porque existe un Congreso que está facultado para realizar cualquier modificación que se quiera hacer al texto vigente. La derecha de Chile Vamos accedió a bajar los quórum para cualquier modificación. ¿Por qué volver al mismo modelo fracasado de elegir una nueva Convención para redactar una nueva Constitución? Chile hoy no requiere una nueva Constitución, requiere que enfrentemos los problemas reales. Estos días estuvieron 14 horas discutiendo sobre el nuevo órgano constituyente, y entremedio mataron a una persona en la playa Cavancha de Iquique, asaltaron y se hicieron 10 encerronas en Chile.

Foto: Andres Perez

Pero quienes están sentados en esa mesa no son los responsables de la seguridad en Chile. Un gobierno, además, puede -asumo- andar en bicicleta y mascar chicle…

Es que pareciera que no. Pareciera que el Presidente solo anduvo en bicicleta un día de La Moneda a su casa y no vio lo que estaba pasando en Chile. Y la responsabilidad, no solo de la oposición, sino también de los parlamentarios de gobierno, es decirle que gobierne.

¿Por qué cree que no es necesaria una nueva Constitución?

Lo que Chile necesita es enfrentar los problemas reales. El tema de la delincuencia, la educación, vivienda, inmigración, la salud, no pasan por una nueva Constitución. La grieta que hay entre los políticos y la realidad es cada día más grande y va a terminar en un segundo fracaso. Si se quieren hacer modificaciones al texto constitucional, hay que hacerlas por la vía institucional. Pero si me dicen que necesitamos una nueva Constitución completa, desde una hoja en blanco, digo que no, que no es necesario. Chile no necesita una nueva Constitución, necesita un gobierno que gobierne, un gobierno fuerte y valiente que enfrente la realidad.

¿Qué se hace con las personas que en el plebiscito de entrada sí sellaron que se requería un nuevo texto constitucional?

Fueron más de cinco millones y medio de personas, si no me equivoco, en el plebiscito de entrada. Y fueron ocho millones de personas los que le dijeron que no. El último acto democrático que se realizó en Chile bajo un nuevo gobierno, de izquierda, con voto obligatorio, esa es la última votación.

Hay harto voluntarismo en su análisis, porque mucha gente que estuvo por el Rechazo –incluido un sector de centroizquierda- lo hizo señalando que no rechazaba una nueva Constitución, sino que no le gustaba el texto ofrecido por la Convención. Son cosas distintas.

Estoy de acuerdo. ¿Y qué han dicho los Amarillos ahora? Que no quieren un nuevo proceso convencional constituyente.

Pero han dicho que quieren una nueva Constitución…

Ningún problema.

Pero acaba de decir que no lo encuentra necesario...

No, a ver. Lo que yo digo es que no necesitamos una nueva Constitución. Entiendo que otros quieran una nueva Constitución.

Usted dice que en el 62% que votó Rechazo el mensaje implícito era que no se quería una nueva Constitución.

Lo que dije es que los ocho millones es más que la oposición política. Puede haber personas de esos ocho millones...

Tenga buena fe en el análisis, está comparando peras con manzanas. Un voto voluntario es distinto a un voto obligatorio, si se hace una proyección.

Son suposiciones, porque a lo mejor si hubiese habido voto obligatorio yo habría ganado la Presidencia. Pero son suposiciones... La realidad hoy es que hay voto obligatorio.

¿Pero usted no reconoce que en ese 62% de personas que votó Rechazo había gente que quería un nuevo proceso constitucional? Lo reconoció el presidente de la UDI altiro…

Ese es uno de los grandes errores del presidente de la UDI.

¿Usted no está por concurrir de ninguna manera a un acuerdo constitucional?

Es que, de nuevo, habría que distinguir si el acuerdo constitucional pasa por una nueva Convención, no.

Pero se han discutido distintas fórmulas: 100% electo.

Es que es lo mismo.

Un organismo mixto...

Es que es lo mismo.

Un acuerdo que pase o sea visado por el Congreso, que tenga expertos… ¿Todo eso que está sobre la mesa no le gusta?

No, primero habría que ver a qué acuerdo llegan. Yo volvería a lo que señala la Constitución, que es el Congreso el que tiene que realizar las modificaciones. Plantearía ¿Cuáles son las cinco reformas más importantes? Hasta ahora, no las he escuchado, no las he visto. Lo único que he visto es un proyecto fundacional que presentó la izquierda radical y que apoyó el Presidente. Y eso está por escrito. Eso es lo que yo conozco.

Y que perdió.

Y que perdió.

Entonces es algo así como “aquí no ha pasado nada después del estallido, y volvemos a lo de antes”.

Han pasado cosas peores, porque hoy no tenemos un gobierno que enfrente los problemas de verdad. O sea, estamos en una peor situación que la que nos habríamos imaginado. Han sido tres años perdidos.

Si ponemos una pausa, ¿no cree que se va a generar una nueva efervescencia social?

Momento, yo no digo que haya que poner una pausa. Lo que digo es que el Congreso está facultado para hacer las modificaciones necesarias en temas de pensiones, en temas de educación, en temas de salud. Lo que pasa es que el gobierno, incluso, en esos temas, está equivocado y plantea una reforma previsional que va a destruir las bases de la economía chilena, ya que crea un ente administrado por los políticos. El gobierno está enfocado en refundar Chile y a eso tenemos que ponerle ojo y levantar la voz. Y me encantaría ver a los presidentes de Chile Vamos oponiéndose con fuerza a las reformas tributaria y de pensiones.

No los he visto aplaudir las reformas…

Es que no los hemos visto decir nada.

Han levantado varios reparos respecto de la reforma de pensiones, por ejemplo. No es que estén aplaudiendo una reforma impulsada por el gobierno…

Bueno, es que esperaría más fuerza de Chile Vamos para oponerse a los planteamientos que ha hecho el gobierno.

Así como ve las cosas, ¿usted no va a suscribir el acuerdo que emane de las negociaciones de los partidos?

Son los parlamentarios los que van a tener que tomar una definición y lo que han dicho los del Partido Republicano hasta el cansancio es que no quieren una nueva Convención.

Foto: Andres Perez

No van a suscribir un acuerdo, entonces.

Si pasa por una nueva Convención, no. De esta cocina, no.

Pero si las negociaciones o “cocina” son parte de la política...

Pero llevan cien días y no son capaces de elaborar nada.

Esa postura lo encajona en lo que le enrostran repetidamente respecto a que está en el extremo del espectro político…

No, nosotros estamos en el centro del sentido común, que es lo que plantea la ciudadanía. Invito a cualquier dirigente político del espectro que sea, a acompañarme en los recorridos por Chile y van a encontrar lo mismo que les dice la encuesta Cadem: la preocupación por la reforma constitucional hoy ocupa casi el último lugar de la urgencia.

Aun así, lo aísla respecto de la mayoría de las fuerzas políticas…

Lo único que puedo decir es que en 2017 decían que iba a obtener el 2% de los votos, y obtuve casi el ocho; que después de la derrota del plebiscito de entrada no había fórmula de superar a la izquierda, y del 22% pasamos al 44% y a un Parlamento empatado. Y le puedo mostrar los carteles de casi todos los diputados y candidatos a senadores de Chile Vamos que tenía fotos conmigo. ¿Estaba aislado yo de la realidad chilena? Parece que no, parece que nosotros sí interpretamos a una gran mayoría.

Pero su jefe estratégico (Cristián Valenzuela) en su minuto planteó que el triunfo de Boric era mucho más una derrota de Kast. Que había un voto anti Kast más que respaldo al Presidente Boric...

Nos faltó tiempo para revertir esa situación.

Si se abre un proceso constituyente nuevo, ¿participarán de las elecciones?

Si el Congreso decide iniciar un nuevo proceso constituyente, vamos a hacer todo lo posible por evitar que la izquierda imponga su proyecto refundacional y eso significa disputar todos los espacios.

¿Vislumbra un camino futuro conjunto con Chile Vamos? Porque ellos insisten en marcar diferencia con usted.

Tenemos diferencias, pero somos complementarios. Para llegar a ser gobierno claramente necesitamos hacer cosas en conjunto.

¿No se imagina un gobierno suyo sin Chile Vamos?

Es que sería restar a parte importante de las personas que tienen al menos una base común. Podemos tener diferencias, pero creo que podemos llegar a acuerdos de cómo llevar adelante el desarrollo y progreso del país.

¿No son tan distintos al final?

Tenemos diferencias. Yo soy partidario de la subsidiariedad y he visto con sorpresa que algunos partidos han desechado el principio de la subsidiariedad.

La noche de su derrota ante Boric señaló que no sabía si volvería a ser candidato presidencial. ¿Hoy está en su horizonte una nueva aventura presidencial?

Lo que siempre digo y a veces me dicen “no, esa es una respuesta políticamente correcta”, es que nosotros estamos preocupados de la próxima generación y no de la próxima elección. Y la próxima elección va a llegar positivamente para nuestro sector si hacemos bien el trabajo hoy en día. Si alguien me pregunta ¿a usted le gustaría ser Presidente? Me encantaría. ¡Claro que me gustaría ser Presidente! Pero quizás no se va a dar la circunstancia o la oportunidad, y quizás aparece un nuevo liderazgo que pueda tomar ese desafío. Voy a trabajar todos los días para que nuestro sector crezca. Si se dan las cosas, bien, y si no se dan, vamos a haber hecho un gran aporte para desenmascarar a esa izquierda fracasada.

¿Tiene alguna fecha tentativa para definir los factores que va a sopesar para volver a una aventura presidencial?

La inscripción de las candidaturas es en agosto del año de las elecciones.

Le estoy preguntando si usted tiene una fecha, en su calendario político, para definir ese camino...

Es que el camino nuestro es hacer bien las cosas, es fortalecer una estructura, es generar conciencia en la ciudadanía de lo importante que es defender la libertad, la libertad de emprender, la libertad de educación, la libertad de conciencia. Y si uno hace bien las cosas, una probabilidad que ocurra es que yo sea candidato del mundo, pero no es algo que me quite el sueño.

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