La otra cruzada de la carabinera influencer

La Suboficial Mayor Jennifer Barrios en su cuenta personal de TikTok.

TikTok no es un lugar desconocido para los policías uniformados. Varios de ellos participan de esta red social y han obligado a la institución a generar un protocolo que reglamente la conducta de sus funcionarios en ese espacio. Jennifer Barrios es una de ellas. A través de videos no sólo informa a sus seguidores. También está sanando una vieja herida familiar.


Era el 20 de julio de 2021. La carabinera Jennifer Barrios (49) revisaba su celular junto a su hija de nueve años en el living de su casa en San José de Mariquina, en la Región de Los Ríos. Fue ahí cuando la menor le mostró TikTok: una aplicación en la que usuarios, sobre todo jóvenes, participaban subiendo videos con diferentes temáticas. La niña le creó una cuenta a su mamá. Barrios, ya en su pieza, no demoró mucho en subir su primer posteo.

Vestida de civil, hizo un video donde partía diciendo: “A las mujeres no nos importa el físico…”, y luego hacía una broma. En ese momento, Barrios llevaba 28 años como funcionaria de Carabineros. Ejercía como suboficial mayor de la Subcomisaría de San José de la Mariquina, cerca de Valdivia. Nunca pensó que en esa aplicación encontraría otra forma de darle sentido a su trabajo. Sólo que eso no pasaría aún.

Tras casi un año subiendo videos a la red social, siempre vestida de civil, Barrios se cuestionó la posibilidad de postear un video uniformada. La primera vez fue durante un punto fijo, en medio de un operativo junto con dos compañeros. Cuando le tocó su turno de descanso fue a la patrulla y, en ese momento, tomó la decisión: “Sácame una foto con el uniforme y el equipo”, le pidió a un carabinero. Luego se sentó a editar la que sería su primera publicación con traje verde.

Pantallazo del primer video que subió Jennfier Barrios vestida de carabinero

“Y si volviera a nacer, volvería a ser una carabinera de Chile”, escribió en TikTok. El contenido iba acompañado de una canción interpretada por la española Natalia Jiménez. Barrios eligió una llamada Creo en mí. El video lo publicó el 29 de abril de 2022. Lo había grabado dos días antes, en la patrulla, cuando se conmemoraba la creación de Carabineros de Chile.

“Siempre los 27 de abril son muy lindos y emocionantes. Yo siempre digo que, hasta el día de hoy, se me pone la piel de gallina cuando escucho el himno de Carabineros”, dice ahora.

Barrios, además de hacer videos de civil, donde baila y bromea, habla de cosas que considera especialmente importantes: una de ellas, que ha repetido varias veces, es la violencia intrafamiliar y cómo prevenirla.

“Es un tema importante, todas hemos sufrido”, explica.

Lo de Barrios no es un decir. Su propia biografía está cruzada por ese tipo de violencia.

En carne propia

Jennifer Barrios no fue la única. A pesar de que no hay una cifra consolidada, son varios los casos conocidos de carabineros que participan en TikTok. La cabo segundo Dina Rojas (30), de la Tercera Comisaría de Talca, es una. Un mes después de que la suboficial Barrios subiera su primer TikTok uniformada, el 13 de julio de 2022, Rojas hizo lo mismo. Ese día se conmemoraba a la mujer carabinera, por lo que decidió compartir a sus 115.300 seguidores un video vistiendo el uniforme institucional. Entre los 85 comentarios que tiene la publicación se ven emojis de besos y mensajes felicitándola.

Video de la Cabo Segundo Dina Rojas en su cuenta de TikTok

En la misma línea, el segundo video que Rojas tiene anclado en su perfil tiene un parecido a los posteos de Barrios: aparece ella con un efecto que simula pecas en su cara. En este dice: “Y recuerda… si tu pololo, andante, quedante o pareja te dice: pfff, si curao no vale. Artículo 2.318, Código Civil, el ebrio es responsable del daño causado”. En el comentario, escribe: síganme para más tips. La cabo segundo argumenta que hoy la violencia está muy normalizada, especialmente en la adolescencia. Por esto, habla con términos que ellos mismos usan.

“Por ejemplo, las red flags, que se ven mucho en TikTok. De esta forma, se los hago llegar de una manera más cercana, que les hace más sentido. Trato de buscar algo que vaya acorde con la normalidad de ellos”, dice.

Curiosamente, los videos de ambas usuarias no sólo buscan entretener a sus respectivos seguidores, sino que hay algo mucho más profundo detrás: los suben mujeres que conocen de cerca la violencia intrafamiliar (VIF).

La carabinero Rojas creando contenido para sus redes sociales.

A Rojas le tocó verla luego de graduarse como trabajadora social. Se empleó durante un año para ejercer su profesión y ayudar a personas violentadas. Sin embargo, a los meses algo le hizo ruido: por qué trabajar con personas ya vulneradas y no en prevenir esas vulneraciones.

“Cuando yo fui trabajadora social vi la parte fea de estos casos. Lamentablemente, llegábamos tarde, porque siempre eran en reparación al daño. Los carabineros son los primeros a quienes llaman, ahí sí puedes llegar. Fue la forma que yo busqué para llegar anticipadamente al tema. A través de la prevención”, explica Rojas.

En ese sentido, según un estudio de la Universidad de Chile, la cantidad de mujeres que afirman haber sufrido violencia intrafamiliar creció 11,4 puntos porcentuales en la última década, llegando a ser un 44%.

Barrios, por su parte, sí sufrió VIF en carne propia. Dos años después de ingresar a la institución, en 1995, conoció a quien sería el padre de sus tres hijos mayores. En su relación -recuerda- la violencia comenzó de forma gradual. Un par de golpes “para criar” a sus hijos, pero esto rápidamente se fue haciendo más habitual. En 2007, en búsqueda de una mejor calidad de vida, postuló a un plan anual de traslado para zona de privilegio. Fue seleccionada y se mudó junto a su entonces esposo y tres hijos a Cochrane, en la Patagonia. Fuera de lo planeado, en ese lugar todo empeoró. Los golpes sucedían más seguido y más intensos, hasta que fue su propio hijo quien le pidió terminar con la situación. Después de 14 años de relación con su pareja decidió separarse de él y quedarse con sus hijos.

La Suboficial Mayor Barrios vestida con su traje verde.

“En el momento en que vi esos ojos de sufrimiento de mi hijo, que en ese entonces tenía 12 años, llorando y pidiéndome que no más, yo dije: ya, los hijos siempre primero. Fue difícil tomar la decisión, pero sí se pudo”, dice.

Su hijo, Brandon Erices (26) también recuerda ese periodo. Lo define como “caótico”, ya que gran parte de su infancia sufrió graves maltratos por parte de su padre.

“Son huellas que quedan hasta el día de hoy. Siendo adulto aún se sienten las heridas de la infancia”, dice.

Es por esto que Barrios recalca la importancia de denunciar. Porque es algo que aprendió en base a su propia experiencia.

“Yo no denuncié porque sentí vergüenza, porque soy carabinera. Creo que en ese minuto no tenía las herramientas suficientes para tener conocimiento de la importancia que implica el denunciar”.

La policía influencer

Hace algunos años esta popularidad no habría sido posible. Luego del estallido social de 2019, la aprobación de la ciudadanía hacia Carabineros obtuvo su cifra más baja desde 2015: sólo el 35% los respaldaba entonces, según la encuesta Cadem. Por lo mismo, habría sido difícil imaginar a una audiencia conectando con contenido que humanizara a policías. Ese panorama ha cambiado. En mayo pasado, según el mismo sondeo, un 83% de los chilenos aprobaba el desempeño de la policía uniformada.

Jennifer Barrios cree que esta cifra se debe a un arduo trabajo de la institución, la que se dedicó a limpiar y reordenar su interior. Pero, además, dice que las redes sociales también jugaron un papel clave en este aumento. Porque a través de videos y fotografías, podían verse las historias de quienes patrullaban las calles.

La carabinero Dina Rojas hablando sobre la importancia de la prevención de la violencia en el pololeo.

Esta tendencia no es algo propio de Chile, según explica Manu Chatlani, director ejecutivo de la agencia de creación de contenido digital Jelly: “Esto se hace en distintos países con presencia en varias redes sociales. Por un lado, ir informando lo que logras en el día a día y, por el otro, la narrativa más institucional. Ahora, es más que una moda. Con más de cuatro mil millones de personas en redes sociales, es una obligación estar. Solo en Chile hay más de 11 millones de cuentas en TikTok. Es un camino que, de la mano de un trabajo que esté a la altura, te puede ayudar a fortalecer la imagen de una institución y de poder hablarles directamente a las personas”.

Esto obligó a Carabineros de Chile a tomar una posición. Desde la institución apoyan la idea de publicar contenido con uniforme. También señalan que existe un manual de uso de redes sociales y agregan que “se han impartido instrucciones para velar por el correcto uso de la imagen institucional, como así también de nuestro uniforme. Todo, bajo el mandato de ser no deliberantes en temas ajenos a nuestra función policial”.

De hecho, Barrios nunca tuvo que pedir permiso para ser una usuaria activa -y en uniforme- de esta red social. Tampoco dice que la monitoreen o que le pidan aprobar sus contenidos.

“El carabinero de hoy no es el mismo de ayer y eso implica también un cambio en la forma en que nos conectamos con la comunidad, entreteniendo para prevenir”, dicen desde la institución.

Barrios lo aprendió de a poco. Cuando comenzó a darse cuenta de que sus publicaciones vestida con el traje verde tenían mucho más impacto que las que subía con su ropa de civil. Sus videos sin uniforme tenían alrededor de 500 “me gusta”, los otros superaban los 18 mil “likes”.

Barrios aconsejando sobre violencia intrafamiliar a través de su cuenta en TikTok.

El impacto que ha tenido la cuenta de TikTok de la suboficial mayor es evidente. En su bandeja de entrada acumula más de 900 mensajes. Dice que son varias las mujeres que han sido víctimas de VIF las que le escriben pidiendo orientación. Entre los comentarios en sus videos se pueden leer testimonios de mujeres que atravesaron este tipo de situación: “Gracias a una carabinera, hace muchos años, pude salir adelante, ella me rescató de un episodios de violencia que yo ocultaba a toda mi familia”, dice una usuaria. “Gracias a este video un día yo dije nunca más. Y aquí estoy, viva y luchando feliz junto a mis hijos”, comenta otra.

No sólo sus seguidoras le agradecieron. En su casa en San José de la Mariquina, lejos de la publicidad de las redes y los contenidos virales, hacer estos videos les permitió a los Erices Barrios volver a hablar sobre la violencia que habían vivido. Porque esa era una conversación que habían postergado por demasiado tiempo.

“Se aclararon ciertas dudas que teníamos como hijos -cuenta Brandon Erices-. Nos sirvió caleta para ver desde otra perspectiva lo que mi mamá vivió. Se aclararon varios temas y se curaron ciertas llagas que seguían abiertas”.

Si necesita orientación y ayuda sobre VIF contáctese con el 1455, Ministerio de la Mujer y Equidad de Género.

Si es o ha sido víctima de VIF contáctese con el 149, Carabineros de Chile.

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