Las voces de los nuevos votantes

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El padrón para este plebiscito tiene más extranjeros que nunca antes en el país. Un factor del que tanto partidos políticos como migrantes están conscientes. Incluso, hay quienes quieren participar como constituyentes.


Apenas una semana había pasado del 27/F cuando Miguel Samacá (30) llegó a Chile desde Cali, Colombia, en 2010. Su pasaje original estaba previsto para aterrizar en Chile el mismo día del terremoto, a eso de las tres de la mañana, pero coincidentemente la línea aérea le corrió el vuelo para una semana después. Miguel no venía en búsqueda de mejores oportunidades laborales, como la gran mayoría de los migrantes que llegan a nuestro país. Su papá es chileno y, tras años viviendo en Colombia, abandonó a su hijo cuando tenía tres años. Después de buscarlo por ocho años con la policía colombiana, Miguel decidió venir a Chile en búsqueda de algún rastro de su padre, pero cuando llegó se encontró con unos familiares distantes que poco quisieron ayudarlo. Sin embargo, le gustaron el país, las condiciones de vida y la gente. Consiguió un trabajo en Burger King atendiendo los turnos de noche, y al tener la nacionalidad quiso quedarse para siempre.

Hoy, Miguel representa a los colombianos de la Coordinadora Nacional de Migrantes, un movimiento independiente que busca visibilizar los derechos de la comunidad extranjera en Chile y que lo tiene a él como un posible candidato a constituyente si gana el "apruebo" en el plebiscito. "Hay que darse cuenta del momento que uno está viviendo como joven y las condiciones que uno tiene, como el privilegio de votar. La idea es avanzar lo más que se pueda instalando el tema de la migración y un montón de otras cosas que lo atraviesan a uno, la educación, salud y vivienda", dice Samacá.

Un padrón histórico

Según el último recuento del Servel, cerca de 35.500 electores colombianos están habilitados para votar. Son la tercera comunidad más grande dentro de los extranjeros del padrón electoral que suman casi 350 mil, una cifra nunca antes registrada en nuestro país. La lista la lideran las personas de nacionalidad peruana, con 151 mil votantes, y en segundo lugar, Bolivia, con 38 mil. Una situación bastante distinta a la de venezolanos y haitianos, quienes pese a su masiva llegada a Chile en los últimos años, pocos tienen derecho a voto. En el primer caso son solo 5.242, y en el segundo, 3.498 los habilitados para votar en el plebiscito. Lo anterior se explica porque -según la Constitución- quienes tienen derecho a sufragar son los ciudadanos que tengan más de cinco años de residencia en el país, mayores de 18 y sin ninguna pena aflictiva. "Chile desde 1934 permite el voto de extranjeros avecindados en el país por más de cinco años, y más tarde permitió a los nacionalizados después de cinco años a optar a cargos públicos. Si bien es una situación excepcionalísima respecto de elecciones nacionales en relación con la mayoría de los demás países, me parece que lleva implícito el justo reconocimiento del aporte que los migrantes hacen a nuestra patria", asegura el presidente del consejo directivo de Servel, Patricio Santamaría.

Pero estos números no aseguran una participación masiva. Así se evidenció en las últimas elecciones de 2017, donde de 267.116 votantes extranjeros, solo 51.213 participaron en primera vuelta y 56.163 en segunda. Es decir, no más del 20%. Un factor del cual muchas organizaciones están conscientes para este plebiscito. Una de ellas es el Servicio Jesuita de Migrantes (SJM), el cual, junto con otras entidades de este tipo, universidades y ONG están levantando un proyecto para promover la participación de extranjeros en el proceso, a través de espacios de formación y diálogo en distintos lugares del país. "Para nosotros es importante que todos, tanto migrantes, como refugiados y chilenos, cuenten con las herramientas necesarias para tener un punto de vista bien formado al respecto y, en caso de poder estar habilitados para participar, se sientan empoderados para hacerlo como base de su ejercicio como ciudadano", afirma Juan Pablo Ramaciotti, director del Área de Incidencia y Estudios del Servicio Jesuita a Migrantes.

Sarita Marchena (43), ciudadana peruana que lleva 14 años en Chile, es una de las participantes de estos espacios de diálogo. Desde el estallido que ha asistido a cabildos y charlas que ha organizado el SJM. Para ella, votar en cualquier elección es un deber ciudadano casi obligatorio, por eso cada vez que tiene que hacerlo se informa lo suficiente para ejercer un voto responsable, y ahora ya está decidida: va por el "apruebo" y por una convención constitucional 100%. "Tenemos que tener la participación necesaria para hacer un cambio en este país. Para mí la educación es fundamental, creo que el Estado debe garantizar una educación de calidad para que mis hijos, que van a colegios municipales, salgan con igualdad de oportunidades que los demás".

Los planes de los partidos

Frente a este padrón histórico, los partidos políticos no se han quedado atrás a la hora de ir en busca del voto migrante. Ya tenían conocimiento del amplio número de votantes incluso antes del 18-O, cuando -si de elecciones se trataba- las municipales eran prioridad. En este sentido, RN preparaba la Comisión Nuevos Migrantes, presidida por la diputada Paulina Núñez, además de tener 15 precandidatos a concejales extranjeros. Serge Casimir (40) es uno de ellos, nacido en Haití, llegó a Chile en 2009 y quiere presentarse por la comuna de Quilicura en las elecciones de octubre. "Me identifico con RN, me gusta mucho la forma de pensar y de expresión de Manuel José Ossandón. Otro sería Joaquín Lavín, me gusta cómo se está llevando la labor social a otro nivel", señalaba Casimir antes del estallido. Hoy va por el "apruebo" y convención mixta constitucional para este plebiscito. "Muchas veces los haitianos no nos sentimos representados, cuando la gente ve que somos de afuera no nos toma en cuenta. Pero al ver un migrante participando de política los otros se van a entusiasmar, van a querer participar y así debería ser, porque somos parte del país", argumenta.

En Evópoli, si bien trabajan con comunidades migrantes, el foco está puesto en entender sus necesidades antes que captar militantes, aunque ven posible llevar candidatos a concejales.

Otra colectividad que cuenta -hace más de cinco años- con un área especializada en el tema es el PPD, quienes crearon la Secretaría Nacional de Migrantes y Refugiados, y están en constante contacto con extranjeros, habilitando incluso una plataforma para inscribirse como candidatos a las municipales. "Los migrantes son una fuerza movilizadora para la economía del país y, por tanto, son parte significativa de las decisiones que se tomarán prontamente en Chile", comenta Carlos Ibaceta, miembro de esa repartición del PPD.

La DC creó en marzo de 2019 un equipo para reclutar inmigrantes y el Partido Radical, al igual que el PS, analizan posibles candidatos a concejales para octubre. En tanto, el Partido Comunista maneja una Comisión Nacional sobre Migraciones que se ha centrado en las zonas de la Región Metropolitana. Similar a lo que ha hecho el Frente Amplio, el cual dice estar en permanente contacto con comunidades migrantes. En este sentido, el diputado de Convergencia Social Gonzalo Winter, junto a la diputada Gael Yeomans presentaron en enero un proyecto de ley que permita a los migrantes con residencia de cinco años postular a cargos de elección pública, tema que aún no está resuelto por el Servel, ya que en un principio debieran ser solo aquellos que tengan la nacionalidad chilena.

Esto, para Miguel Samacá no es problema, ya que, al ser hijo de padre chileno, sí cumpliría los requisitos para postular a constituyente. Desde la otra vereda, lo mismo ocurre para Alexander Hormazábal, venezolano, hijo de madre y padre chilenos. Si bien no pretende ser asambleísta, hace un mes que milita en la UDI, va por el "rechazo" y sí cumpliría con los requisitos para ejercer cargos públicos. Hace tres años se vino a Chile escapando de la situación en Venezuela. Al llegar conoció la UDI por el partido en el que militaba en Caracas, Voluntad Popular, y actualmente es parte de un grupo liderado por sus compatriotas llamado UDI Libre Venezolano. "Creo que la lucha que se está dando hoy es justa, pero una nueva Constitución no es la manera. Si tenemos el derecho a voto hay que aprovechar decidir por una elección justa. Ya sea el 'rechazo' o el 'apruebo'. Lo importante es ir a votar y decidir qué es lo que quieres", dice Hormazábal.

Najim Noriega (38) llegó a Chile hace ya casi 10 años desde Caracas. Amante de la democracia, ya había participado en las últimas elecciones presidenciales, y si bien ahora va por el "apruebo", se ha decepcionado mucho de cómo los chilenos miran a los venezolanos por estos días. "Hoy toman nuestro problema como el terror del momento. Si nos ven del lado de la derecha, somos la célula terrorista chavista que viene a alterar la paz de este país, y si es desde la izquierda, dicen que somos unos fachos que nos bajamos del barco, abandonamos nuestro país y amamos el fascismo. Venezuela, como todos los países, es una sociedad bien heterogénea, hay diversos factores y cada quién tendrá su opinión política según su vocación", sostiene. Con todo, es un convencido de que este proceso constituyente traerá paz al país. "Este proceso puede ser el salto que hace falta para que Chile despegue al desarrollo que todos anhelamos y podamos vivir en un país tranquilo y libre, donde las mayorías realmente decidan", opina Noriega.

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