Se busca arriendo: La desesperada cuenta regresiva de los universitarios de regiones por encontrar dónde vivir

24.02.2022 FELIPE SALAZAR (19), ESTUDIANTE DE DERECHO DE LA UNIVERSIDAD DE CHILE. FOTO : FRANCISCO PAREDES

Varios estudiantes de educación superior que regresaron a sus ciudades durante la pandemia, se han encontrado con una sorpresa ahora que las clases presenciales volvieron: los departamentos que arrendaban hace tres años están, en promedio, 20% más caros. Y eso está empujando soluciones desesperadas: desde considerar viajar cuatro horas diarios a congelar la carrera.


A las 9:30 de la mañana del miércoles 23 de febrero, Felipe Salazar (19) de Llay Llay se subió a un bus con dirección a Santiago con un solo objetivo: encontrar arriendo. Hasta el momento lleva casi cuatro meses de búsqueda, ya que se puso en campaña inmediatamente después de que su casa de estudios, la Universidad de Chile, publicara el 22 de octubre que se iniciaría el año académico 2022 de forma presencial.

La mayoría de las universidades e institutos de educación superior del país se sumaron a esta medida. Una que el Subsecretario de Educación Superior, Juan Eduardo Vargas, considera viable. Según las cifras de diciembre del año pasado, el 95,3% de los estudiantes tenían su sistema de vacunación completo.

“En este contexto, y considerando el enorme daño que causa a los propios estudiantes la falta de actividades presenciales, especialmente en términos de salud mental, nos parece que no existen razones de peso para no volver a la presencialidad”, añade Vargas.

A Salazar, estudiante de segundo año de Derecho, le alegró el anunció. Afirma que le costó mucho estudiar en su casa el primer año debido a todas las distracciones y extrañó no tener espacios de debate y de estudio. Sin embargo, a dos semanas de entrar a clases, se da cuenta que no consideró lo dificultosa que puede ser la tarea de encontrar arriendo.

Hasta el momento ha visitado cinco departamentos y se ha contactado con 30 arrendatarios. Principalmente ha postulado a arriendos para dos personas, ya que cuenta con un compañero. Han buscado en Santiago Centro: específicamente en calles como Agustinas y Huérfanos. Es uno de los pocos sectores que conoce de Santiago, ya que durante el semestre pasado fue a la universidad de forma presencial algunos días. Sin embargo este miércoles, luego de viajar desde Llay Llay, el estudiante tuvo que presentarse en dos puntos nuevos: Estación Central y Barrio Yungay.

24.02.2022 FELIPE SALAZAR (19), ESTUDIANTE DE DERECHO DE LA UNIVERSIDAD DE CHILE. FOTO : FRANCISCO PAREDES

Mientras esperaba que la corredora llegará a la vista del arriendo de Barrio Yungay, el joven de 19 años no podía evitar los nervios. Sabía que está podía ser una de sus últimas oportunidades de encontrar un lugar donde vivir antes de que comiencen sus clases el 14 de marzo. Porque hasta el momento, el resto de los arrendatarios lo han rechazado.

Su madre, Patricia Carvajal, atribuye esto a lo dificultoso que puede resultar cumplir con todos los requisitos que les piden. Sobre todo, para una maso terapeuta independiente como ella.

“Hay algunas partes donde te piden demostrar que tienes los fondos para costear tres meses de arriendo, más el pago dos meses de garantía, para un departamento de $350.000, que es lo más barato que se puede encontrar”. Teniendo estos requisitos en cuenta, el estudiante de Derecho y su madre tendrían que poder financiar un monto que supera el millón de pesos.

El problema es que, para este primer pago, solo cuentan con un presupuesto de $500.000.

Al final de la lista

Según el portal inmobiliario TOCTOC.com, las cinco comunas con mayor oferta de arriendos para universitarios son Independencia, Estación Central, La Florida, San Joaquín y San Miguel. Las cifras de la misma plataforma muestran que los alquileres han tenido un alza significativa, si se comparan los precios de los años 2019 y 2022. Un ejemplo: por un departamento amoblado de un dormitorio y un baño en Independencia, hoy el precio promedio es de $292.720. El precio es un 24,1% más alto de lo que se pagaba tres años antes.

En San Joaquín, donde hay ocho establecimientos de educación superior, pasa lo mismo. Un departamento de las mismas características actualmente cuesta $305.381 mensuales: 7,4% más que en 2019. El fenómeno también alcanzó a San Miguel donde las alzas promedio se calculan en torno al 18,6%.

Catalina Viel, Gerenta Comercial de la corredora de propiedades Viel.cl, explica que los arriendo subieron por el aumento de la demanda, la cual atribuye a dos factores: “la dificultad para obtener créditos hipotecarios por alzas de tasas, lo que hace más difícil poder comprar una vivienda, y que universidades, colegios y varias empresas están volviendo a funcionar de manera presencial. Y, por eso, tanto trabajadores como estudiantes requieren volver a las ciudades”.

Por otra parte, el arquitecto y miembro del Consejo Nacional de Desarrollo Urbano (CNDU) Iván Poduje, agrega que hoy existen menos departamentos en oferta y una demanda que crece por alza en hipotecario. “Eso eleva los precios en zonas centrales, que son las que suelen buscar estudiantes”. Además, asegura que estos compiten con migrantes u hogares pequeños de dos personas, que tienen mas ingresos. Por tanto, sostiene, “quedan al final de la lista”.

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MERCADO INMOBILIARIO - NEGOCIO INMOBILIARIO - ARRIENDOS - ARRIENDO - OFICINAS - EXTERIOR - LETRERO - BALCON - CONTRAPICADO - PUBLICADA/LA TERCERA - 29.01.16 Tematicas Oficinas en Arriendo Foto: Carlos Padilla LA TERCERA - Santiago - Metropolitana - Chile - Carlos Padilla - Carlos Padilla

Jason Burgos (22) de Osorno, partió buscando alquileres en estas comunas. Principalmente en San Miguel, San Joaquín, La Florida. Solo que los precios se han vuelto tan altos para su presupuesto, que ha comenzado a buscar en sectores más económicos como Estación Central, Maipú y Pudahuel.

Este 2022, el estudiante de Sociología de la Universidad Andrés Bello cursará su cuarto año de carrera después de pasar segundo y tercero de forma remota, debido a la pandemia. El escenario ahora es bastante distinto del que se encontró cuando buscaba arriendos en su año de novato. “El 2019 los arriendos de piezas en el centro, cerca de República, salían $150.000. Eran piezas bien ubicadas, amuebladas y bonitas. Hoy esas mismas piezas están a $230.000 como mínimo”, explica.

Burgos cuenta con un presupuesto mensual de $300.000. Con eso tiene que pagar el arriendo, los gastos comunes y su alimentación. Por ahora no ha encontrado algo que se acople a eso, por lo que se ha abierto a la idea de buscar un compañero con quien vivir y repartir gastos. Eso, explica, tampoco ha sido fácil:

“Muchas de las ofertas que he visto son de mujeres para mujeres. Por lo que he visto los hombres buscan menos roomates”.

Los arrendadores tampoco lo han considerado porque está haciendo todo el proceso de forma remota. “Eso igual genera rechazo. Muchos quieres entrevistas presenciales o exigen visitas y yo solo puedo ir allá si está todo listo para instalarme”, agrega el joven de 22 años.

A Jason Burgos le quedan ocho días para entrar a clases. Aún no ha conseguido alojamiento.

Quedarse fuera

El alza de los arriendos no es sólo problema que afecte a los universitarios de Santiago. Camila Barría (24), de Ancud, lo sabe bien: lleva dos meses buscando un departamento en Concepción. Su caso grafica bien algo que aparece en un informe de TOCTOC.com, en la capital penquista los precios han subido un 31.6% en entre 2019 y 2022. La misma tendencia se está dando en Antofagasta, Temuco, Valparaíso y Viña del Mar.

Desde principios de enero que la estudiante de Dibujo y Modelo Arquitectónico del Duoc está buscando arriendos, ya sea de departamentos, cabañas o piezas: “me abrí a todas las posibilidades porque no hay de otra. Estuve investigando también si había casas de acogida para estudiantes, pero no hay nada en Concepción”, cuenta.

Barría admite que su verano ha consistido en estar frente al computador, y atenta al teléfono, en caso de que sea seleccionada para un alquiler o alguien quiera entregarle un dato. Sabe que existe la posibilidad de que, si no encuentra algo en las próximas semanas, tendrá que congelar su matrícula.

Trecientos veintidós kilómetros al norte de Chiloé se encuentra Río Bueno, donde Camila Garcés (21) también revisa las nuevas ofertas de arriendo constantemente, pero para la ciudad de Valdivia. La estudiante de cuarto de año de Geología de la Universidad Austral entra a clases el 14 de marzo junto con su hermano, pero tampoco han tenido suerte encontrando alojamiento.

“Me he dado cuenta de que las cabañas están ocupadas, no por estudiantes, sino que por personas que ya están arrendando permanentemente. Ya llevan varios años instalados porque llegaron con la pandemia”, indica. Además, asegura que eso “ha provocado que los arriendos no bajen de los $400.000 mensuales”. Incluso en “cabañas sucias y pequeñas, donde se pasa frío y hay humedad”.

Garcés entiende que existe la posibilidad de que no encuentre un lugar donde vivir antes de que comiencen sus clases, en dos semanas. Sin embargo, agradece saber que su universidad está abriéndose a alternativas. “Puede que haya una marcha blanca, pero aún no hay nada seguro”, comenta.

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24.04.2018 TEMATICA UNIVERSITARIOS, ESCUELA DE INGENIERIA DE LA UNIVERSIDAD DE CHILE. SECCION NACIONAL. FOTO: RICHARD ULLOA / LA TERCERA EDUCACION SUPERIOR - ESTUDIANTES - ALUMNOS - GRUPOS - VISTAS GENERALES

El llamado a una marcha blanca también es una de las propuestas que la Confech quiere proponer al Ministerio de Educación. Su vocera, Josefina Ojeda, informa que enviarán una carta señalando distintas problemáticas que podrían ocurrir con una vuelta a clases 100% presencial y sin flexibilidad. Una de ellas: el problema de arriendo de estudiantes.

“Los estudiantes no pueden pagarlos y menos con la crisis económica que estamos viviendo en el país. Por eso pedimos un retorno progresivo, que se continúe con las clases híbridas”, explica la vocera.

Desde la Confech también aseguran que en este tema esperan cooperación del nuevo Ministerio de Educación, liderado Marco Antonio Ávila, quien no quiso participar de este reportaje.

Debido a las vacaciones de los administrativos y miembros de las universidades en febrero, las diferentes federaciones y las mismas instituciones no han podido evaluar aún medidas que les den facilidades a los estudiantes que no han encontrado arriendo.

Es por esto que Felipe Salazar, de Llay Llay, entra nervioso el día miércoles al departamento de Barrio Yungay donde espera que lo acepten como arrendatario. Porque sabe que, si siguen fallando sus intentos, deberá pagar un bus de ida y uno de vuelta todos los días para ir a la universidad. Y eso no viable. No sólo por las cuatro horas diarias de viaje que esa solución significaría, sino que por algo peor.

No tiene el dinero para pagarlo.

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