Alfredo Sepúlveda: “El momento del país es similar a la época 1924-1932”

El profesor de la Facultad de Comunicación y Letras de la UDP reflexiona sobre la situación política chilena. Asegura que la segunda vuelta “pone a todo el centro en una elección imposible” y se muestra crítico de ambas candidaturas. Además, establece paralelos con otros momentos de nuestra historia.


La tituló Sonámbulos, cuatro sílabas que hacen alusión a una imagen con un aire a película de zombies, pero que de fantasía no tiene nada. Más bien, se trata de recoger el guante del historiador australiano Chris Clark, quien -en uno de los deportes favoritos de los historiadores- acuñó el término en la historiografía para referirse a los hechos previos a la Primera Guerra Mundial.

“La metáfora es exacta: los países europeos caminaron durmiendo, inconscientes, hacia la mayor catástrofe del mundo”. Quien redactó esas líneas fue Alfredo Sepúlveda, escritor, periodista, profesor de la Facultad de Comunicación y Letras de la UDP. Para él, el momento político del país puede pasar por el mismo cedazo.

“Así estamos hoy, sometidos a elegir entre Escila y Caribdis, condenados a abrazar los extremos, a transformarnos, aunque no lo queramos, en extremistas también, mientras nos obligan a suponer, falsamente, que los extremos no son extremos, sino centros. Eso es mentira. Blanco es blanco, negro es negro y los extremos son extremos”, plantea Sepúlveda en una columna que publicó en Facebook sobre la segunda vuelta presidencial, con los polos de Gabriel Boric y José Antonio Kast.

Por ello, Sepúlveda recibió la llamada de La Tercera PM para conversar sobre el momento político del país.

¿Cómo lee usted que hayan pasado a segunda vuelta Kast y Boric?

Lo que pongo en la columna es que pone a todo el centro en una elección imposible, porque ambos sectores se están tratando de identificar como centro, o prometiendo que van a irse al centro y no hay ninguna evidencia para creerle a ninguno de los dos, son extremos. Nos están transformando -a través de esta elección- en extremistas también, no nos queda otra que ser extremistas, y yo me rehuso a eso. Estoy espantado, pero todavía quiero ejercer mi derecho a votar, entonces, es una paradoja.

Viajar al pasado no es un ejercicio extraño para Sepúlveda, puesto que es el autor del libro La Unidad Popular: los mil días de Salvador Allende y la vía chilena al socialismo. Por eso, nos animamos a consultarle si considera este momento similar a otros de la historia de Chile. La respuesta tiene varios factores.

“En términos de la segunda vuelta no, es la primera vez que tenemos una segunda vuelta en estas condiciones de polarización, pero el momento es similar a la época 1924-1932 cuando se muere el sistema parlamentario y la Constitución del 25 no se afirma sino en 6 años, tiene una gran inestabilidad política -dice Sepúlveda-. Son otros tiempos, marcados por el inicio del fascismo y el comunismo, pero que llevan a enfrentamientos muy graves con los militares implicados. Se soluciona el año 1932 con el segundo gobierno de Alessandri, es un gobierno traicionero en un sentido maquiavélico de la palabra, es decir, estuvo dispuesto a tender lazos del lado que no era el de él, hacia la derecha. Él venía de una plataforma de izquierda el año 20″.

¿Y en términos de polarización?

Evidente que el período 64-73 más bien, de una polarización de izquierda a derecha pero que también tiene otras dimensiones porque está cruzada con la guerra fría. En términos de la vehemencia, sí es similar.

El último cambio constitucional en democracia se dio en 1925, e incluyó incluso un levantamiento militar. ¿Piensa que el factor de cambio constitucional incide en la inestabilidad política?

No, yo creo que a lo largo de la historia de Chile, los cambios grandes que han habido de Constitución -la del 25 que cambió la del 33; la del 80 que cambió la del 25; y ahora-, es mas bien al revés. Hay una sensación política y social que el modelo social que se está siguiendo no sirve y que la respuesta para eso es la redacción de una nueva Constitución. En los tres momentos fue más o menos parecido. La redacción de una Constitución respondía a una inquietud en el sistema político y en la sociedad chilena de que se estaba fracasando como país. No nos ha ido tan mal con el mecanismo porque cada vez duró 40 años, independiente que te guste o no la Constitución de la que uno pueda hablar en determinado período. No es que por escribir la Constitución se genere inestabilidad, más bien la escritura de la Constitución es la respuesta a una institucionalidad que a nosotros nos parece crónica.

El historiador Julio Pinto ha explicado que lo que busca una Constitución es legitimar un orden político. Llevando ese punto a lo que sucede actualmente, ¿cuál sería ese nuevo orden?

A mí me parece que hay un consenso a que se camina hacia lo que en España se llama un Estado social de derecho, y eso es una posición de centro, no hay ningún problema con eso, y es más o menos lo que teníamos en la Constitución del 25, pero, está todo abierto porque todo es demasiado primera vez. Es primera vez que se escribe la Constitución de esta manera, de que la Convención Constituyente está inclinada hacia un sector del espectro político y muy inclinada. Está el factor tiempo que nadie lo ha tomado en serio, pero el tic-tac del reloj se escucha cada vez más, esto tiene que estar listo en abril. Si no está lista, tiene que pedir 3 meses más a un Congreso que no va a estar tan alineado con la posición política mayoritaria en la Convención y si no se logra esto en un año, ¿qué va a pasar?, si sale Kast Presidente ¿qué se va a hacer?, ¿se le va a acortar el período?, ¿tiene las atribuciones para hacerlo?, ¿se va a tomar las atribuciones para hacerlo? Es incierto. No sabría decir que este modelo de los derechos sociales -bastante común en occidente- va a estar consagrado de una manera que al final sea aprobado en el Plebiscito de salida.

También menciona el tema de Congreso vs Convención por el tema del tiempo. En las Constituciones del 33 y la del 25, ¿cuáles han sido los escenarios respecto a este tema?

Las dos fueron escritas por comisiones especiales, la del 33 estuvo involucrada dentro del Congreso. No fue hecha por voto popular, estuvo el proceso integrado al legislativo. La normalidad de los cambios constitucionales es que como se considera que el Congreso es un poder soberano tiene facultades para transformarse en constituyente sin tener que armar otro órgano soberano. Acá se optó por armar otro órgano soberano, por las razones que todos sabíamos, la crisis de representatividad de los partidos políticos básicamente. En esas dos instancias no existía crisis de representatividad, la política se expresaba en los partidos, tanto en 1833 como en 1925, en esta última el Presidente y los partidos fueron incidentes en la escritura de la Constitución, que también fue sometida a plebiscito. Pero la electoralidad de ese tiempo dejaba bastante que decir.

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