Caso Cencosud: El zapato chino ideológico que se le apareció a Chile Vamos

Ignacio Briones y Jacqueline Van Rysselberghe. FOTO: SEBASTIAN BELTRAN GAETE/AGENCIAUNO

El viraje del gobierno al criticar duramente a Cencosud por repartir el 80% de sus utilidades -tras acogerse a la Ley de Protección al Empleo- descolocó e indignó a la presidenta de la UDI y algunos de sus parlamentarios, pero otros apoyaron a La Moneda. El partido no tomó posición oficial, a diferencia de RN y Evopoli, y luego de gestiones del gobierno terminó votando a favor. Algunos, a regañadientes, pues a su parecer se afectaba el derecho de propiedad.


Al final votaron a favor en el Congreso y no se descolgaron. Pero algunos no lo hicieron felices y se les notó. Y el gobierno se tuvo que aplicar a fondo con parte de la UDI porque, entre el fin de semana y hoy, el Caso Cencosud y su impacto en la rectificación de la Ley de Protección al Empleo revolvió un debate con ribetes doctrinarios en el partido presidido por Jacqueline Van Rysselberghe. Era que no: el escándalo por el reparto del 80% de las utilidades de la empresa pese a enviar a casa a una porción de sus empleados, y la discusión que se zanjó entre ayer y hoy en el Parlamento, fue de esos lances con un incómodo tinte ideológico.

Lo que desordenó al colectivo fue el giro que ejecutó el gobierno cuando tomó bando y salió a criticar la polémica decisión del grupo presidido por Horst Paulmann. Que el ministro Ignacio Briones (Hacienda) sentenciara ayer que no le habían dejado satisfecho las explicaciones de la firma -reiterando cuestionamientos del día anterior- molestó en grado sumo en la directiva UDI, y especialmente a su presidenta Jacqueline Van Rysselberghe. Eso desencadenó un proceso interno que movió a La Moneda, y especialmente al ministro de la Segpres, Felipe Ward (del mismo partido), a gastar gestiones con tal de que sus compañeros de filas se cuadraran sí o sí en el Senado (ayer) y en la Cámara (esta mañana).

Hasta entonces, la UDI no había tomado una posición oficial porque puertas adentro no había una sola voz. Sí lo habían hecho Evópoli y RN a través de sus órganos regulares. Los primeros no tenían mucho que discutir, además, porque tienen en el gobierno a los jefes de Hacienda e Interior. Su comisión política y su mesa habían tratado el tema el fin de semana vía mensajería de celular. Esta última resolvió plantear al gobierno que era una irresponsabilidad lo obrado por Cencosud, que dañaba la confianza pública y que “retorcía” el espíritu de la ley. Su presidente Hernán Larraín Matte lo conversó luego con Briones y transmitió el mensaje al gobierno.

En RN fueron más duros. Su comisión política declaró ayer que “las utilidades millonarias no son compatibles con apoyo estatal” y que estas prácticas son “completamente reñidas con la ética más elemental”. En el partido fundado por Jaime Guzmán la película fue otra.

Cuando el lunes sesionó su comisión política -entre las 19 y las 21 horas- la senadora por el Biobío planteó el tema y sus aprensiones. Desgranó argumentos que, sostienen en la plana mayor de la UDI, habría conversado con José Yuraszeck, empresario y uno de los integrantes icónicos de esa misma instancia. La jefa gremialista entendía que lo obrado por Cencosud tenía poca presentación y que hasta calificaba como “descriterio”, pero le hacían ruido varios puntos que más tarde fueron reiterando los parlamentarios que seguían esa línea. Uno, era que París había aplicado la ley que permite suspender el pago de sueldos a sus empleados, pero que era el consorcio matriz y no la tienda la que había repartido utilidades.

También pesaba el dato de que el holding tiene ramificaciones en Perú, Colombia, Argentina y Brasil -donde no aplican exactamente las mismas leyes que en Chile-, y que las utilidades repartidas estaban vinculadas a la actividad en esos países. Que además esos millonarios saldos ($91.360 millones, equivalentes al 80% de las ganancias) venían del año anterior. Pero sobre todo, que beneficiaba a accionistas minoritarios que dependen de esas platas, y no solo a los grandes.

Pero los asistentes a esa sesión remota -confirman dos de ellos- no tomaron una decisión ni tampoco marcaron un punto. Incluso, uno afirma que después de una o dos intervenciones hubo algo de silencio. Al día siguiente, cuando Briones sacó sus cartas y la ministra del Trabajo también las suyas, sumándose a las críticas al consorcio, la molestia cundió en la senadora y entre otros parlamentarios. Muchísimo, recalcan en el partido. Y estaba dirigida a La Moneda y particularmente hacia Briones, porque además, sabiendo lo que venía después en el Congreso, los dejaba en la incómoda posición de defender esa línea.

“Es indefendible, incluso para la UDI”

Cuando el asunto derivó a tramitar la “corrección” de la Ley de Protección al Empleo en el Congreso, comenzó a correr el reloj. Tensionaba no saber cómo iba a terminar el asunto de si al final se iba a limitar o prohibir que las empresas que se acogieran a la norma distribuyeran sus ganancias. Para entonces, el expresidente y diputado Patricio Melero había manifestado una posible reserva de constitucionalidad. En el partido uno de los principios afectados que más les preocupaba era el derecho a propiedad: les molestaba que el Estado apareciera entrometiéndose en el manejo de las empresas privadas. Y en La Moneda admitían que el desenlace podría detonar, si no un conflicto, a lo menos un dilema doctrinario.

Este último pudo haber sido más grave si la norma hubiese establecido una aplicación retroactiva, pero no ocurrió y tampoco pudo haber tenido piso. Pero en la comisión mixta de Trabajo de ayer fue derrotada una indicación con la que el mismo Briones trató de salvar el punto -ponerle límites al retiro- y al final se impuso una del Frente Amplio (de la diputada Gael Yeomans), de prohibir totalmente los retiros en los casos indicados. Eso le puso un grado más de amargura al asunto.

Pero a la postura de Van Rysselberghe se oponían otras, como la del senador Iván Moreira, que sin anestesia señaló a La Tercera PM que lo ocurrido “es incomprensible y un abuso del señor Paulmann”, y que “estas son las cosas que alimentan las odiosidades de la izquierda contra los empresarios”. Eso era ayer al mediodía, y al decir de algunos legisladores UDI hasta ese momento la controversia no se había socializado con la mesa. También estaban por apoyar a Briones diputados como Javier Macaya.

No estaba fácil. “Esto es indefendible, incluso para la UDI”, bromea muy en serio uno de sus parlamentarios que respalda a Hacienda. Pero el factor de sello doctrinario pesaba para otros. Otra voz sostiene que “Briones no entiende que es ministro de Hacienda, él tiene que mantener la quilla fuerte; uno puede estar muy enojado con Cencosud, pero tiene que fijarse en lo que dice”. La forma como la mixta resolvió ayer esta cuestión dejaba más molesto a este último bando.

Entran Ward y Zaldívar

Así las cosas, Ward se empeñó en dialogar con los legisladores UDI -él fue diputado y alguna vez jefe de bancada- partiendo precisamente por Van Rysselberghe. También habló con ella la ministra Zaldívar. ¿Briones? En el colectivo dicen que no.

Oleado y sacramentado el compromiso de no descuadrarse, algunos no se callaron el sinsabor. Cuando ayer votaron en la sala del Senado, José Miguel Durana y Ena von Baer lo hicieron a favor, pero intervinieron para justificar. El primero dijo que "me preocupa cuando se mete la mano al bolsillo cuando tenemos que cuidar esta relación público privada. No estoy a favor de quienes han hecho uso desmedido del retiro de utilidades, pero al menos debiésemos cuidar con el respeto a la normativa vigente, porque esa es la que protege a los pequeños accionistas. No quisiera pensar que mañana los cuidados del sacristán terminen matando al señor cura y que producto de esta situación tengamos disminuciones del empleo”.

La exministra vocera de Piñera Parte I fue más expresiva: "La verdad es que yo tampoco estoy muy contenta con el resultado de la comisión mixta, en la misma línea que lo planteaba el senador Durana y simplemente voy a votar a favor porque entiendo que hay unas materias relevantes con las que estoy de acuerdo en el resultado de la comisión mixta y entiendo que están estrechos los votos. En ese sentido voto a favor, aunque la verdad es que tengo bastantes diferencias con el resultado de la mixta”.

Cuando hoy en la mañana la norma fue votada en la Cámara, el diputado Melero afirmó que si bien es “un proyecto exitoso” argumentó que “me parece un abuso político centrar toda la crítica por un grupo económico que tomó, a mi juicio una decisión inadecuada, extemporánea, que no debió haberla adoptado. Pero el grueso de los beneficiarios fueron hombres de esfuerzo, de emprendimiento, pequeños microempresarios que están salvando a sus trabajadores”.

Siguió, diciendo que "muchas veces, cuando se habla de accionistas, se piensa en los grandes sostenedores y en los grupos dirigentes”, pero que -aseguró- “en un rápido cálculo de los principales grupos económicos, llegué a la cifra de más de 80 mil pequeños accionistas que reciben un dividendo que muchas veces es la renta propia única que complementa una jubilación”. Por eso, insistió, prefería limitar el reparto hasta un tope de 30% de ganancias pero no prohibirlas y “me temo que una medida como esta pueda ser como el remedio que es peor que la enfermedad” y que provoque más despidos.

Y, sincerando el fondo, el expresidente gremialista cerró con un "como hay que votar todo en su conjunto, no va ser mi partido ni mi bancada la que va obstruir esta ley”.

¿Qué dice la jefa de la UDI? Hoy en la mañana, después de asistir triunfalmente al juramento de su exvicepresidenta Macarena Santelices como ministra de la Mujer, Van Rysselberghe sinceró a La Tercera PM que "creemos que la forma en cómo se reguló el tema de las utilidades no es la mejor. Porque la situación que estamos viviendo, que es que una empresa retire el 80% de las utilidades, resulta súper poco entendible para la ciudadanía. Sin embargo, planteamos que acá había que resguardar los intereses de los accionistas minoritarios, que muchas veces sus pocos ahorros los ponen en acciones para no dejarlos en la cuenta: Y dos, también había que pensar que esta es una ley que se generó para la protección del vínculo laboral de los trabajadores”.

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