Constituyente Ruggero Cozzi y cambios al Poder Judicial: “Daza y Gutiérrez tienen propuestas irresponsables que favorecen a los poderosos”

El convencional critica duramente algunos de los artículos despachados de la Comisión de Sistemas de Justicia, como por ejemplo la limitación a la duración de los jueces, el cambio de nombre del Poder Judicial y la eliminación del rango constitucional del fuero de los magistrados. Para el abogado, estas ideas podrían dejar a la magistratura en un peor estado. Además, critica al eje de convencionales que se ha articulado para aprobar estas normas. "Yo sinceramente veo muy difícil que existan los votos para detener las malas ideas en el pleno", asegura, y advierte que está en serio riesgo la independencia judicial.


El convencional Ruggero Cozzi (RN) es de los pesimistas. El abogado integra la Comisión de Sistemas de Justicia y desde ahí ha participado en el diseño institucional que tendrá el Poder Judicial en lo que será una propuesta para una nueva Constitución. Hasta el momento hace un balance negativo de lo aprobado en general y en particular. Esta instancia ya tiene 15 artículos aprobados que quedaron listos para despacharse al pleno de la Convención Constituyente (CC).

Pese a que aún quedan bloques de indicaciones por votar y está pendiente todo el debate de fondo en el seno de la CC, el constituyente está preocupado por el rumbo que ha tomado esta comisión. A su juicio, hasta ahora la mayoría de los convencionales han tomado una postura que, dice, atenta contra el principio de la independencia judicial.

En esta entrevista aborda los puntos que, a su juicio, son los más controversiales. Además, critica lo que él denomina “eje o cocina política”, apuntando a un grupo de convencionales que, a su juicio, han articulado una mayoría para mover con éxito estas normas y hace un llamado al Frente Amplio y al Colectivo Socialista para aunar posturas. “Yo sinceramente veo muy difícil que existan los votos para detener las malas ideas en el pleno”, admite en conversación con La Tercera PM.

La Comisión de Sistemas de Justicia ha sido una de las primeras en partir la discusión en particular, ¿cómo evalúa estos 15 artículos aprobados y despachados al pleno?

Yo hago un balance negativo. Hay pésimas ideas que fueron aprobadas en particular en la Comisión de Sistemas de Justicia, como es tener jueces a plazo y eliminar el fuero judicial. Ambas propuestas afectan gravemente la independencia de los jueces.

¿Qué es lo más grave, a su juicio?

El plazo en el cargo impone a los jueces una preocupación sobre su futuro laboral, que genera que en vez de preocuparse de fallar en conciencia, terminen preocupados de su reelección. Eliminar el fuero los expone a demandas temerarias. La consecuencia de esto es que los jueces van a tener un incentivo perverso para buscar congraciarse con quienes deciden su reelección y evitar enemistarse con quienes los amenacen con demandas. Si ya era difícil encontrar a un juez o una jueza con pantalones, en el futuro eso va a ser aún más dramático. Si los jueces pierden su independencia, salen ganando los poderosos de siempre, aquellos que con dinero o contactos políticos van a poder influir indebidamente en decisiones de los tribunales y eso es contrario al mandato que recibimos por parte de la ciudadanía, que nos pide mantener la independencia interna y externa del Poder Judicial.

¿Qué cree que hay detrás de quienes apoyan esas normas? Algunos teorizan de que lo que se busca es tomar el control de los jueces...

No me corresponde juzgar buenas o malas decisiones. Mi labor es criticar las malas ideas y ofrecer propuestas alternativas. Pero sí puedo decir que constituyentes como Mauricio Daza y Hugo Gutiérrez tienen propuestas demagógicas, irresponsables, que favorecen a los poderosos y que debilitan la independencia judicial. Como dije anteriormente, si se debilita la independencia de los jueces, los que salen ganando son los poderosos de siempre y al final los contactos políticos van a ser más determinantes que un buen abogado, la mejor evidencia o el mejor argumento legal. Es lo más irónico del mundo. Tanto Gutiérrez como Daza forman parte, hace muchos años, de ese grupo de los poderosos. Ellos terminarían siendo los principales beneficiados al quitarse la independencia de los tribunales. Gutiérrez es un líder histórico e influyente del Partido Comunista y Daza ha sido abogado de varios poderosos, diputados, senadores y excandidatos presidenciales. Aquí se busca enredar a la ciudadanía con un discurso demagogo, pero espero que los chilenos no se dejen engañar, no somos tan tontos.

Si se debilita la independencia de los jueces, los que salen ganando son los poderosos de siempre y al final los contactos políticos van a ser más determinantes que un buen abogado, la mejor evidencia o el mejor argumento legal.

¿Cuál es el riesgo de quitarle el rango constitucional al fuero judicial para bajarlo de rango a un asunto que deberá ser materia de ley?

La virtud de tener ese tipo de normas que aseguran la independencia de los jueces en la Constitución es que luego son más difíciles de modificarse. En el futuro nadie sabe cómo serán las mayorías parlamentarias y, eventualmente, se podría querer eliminar el fuero de la ley. Además, nada nos asegura que esa ley exista. Por el contrario, alguien podría pensar que si eso ya se rechazó, las normas legales que materialicen el fuero podrían terminar siendo inconstitucionales. Entonces yo, por lo menos, no me compro ese argumento.

¿Cuál es la necesidad de cambiarle el nombre al Poder Judicial? Los jueces lo interpretan como un deseo de quitarle poder a la judicatura.

Aquí hay un hecho objetivo. Países como Alemania, España, Colombia, Perú, México, Costa Rica y varios otros, todos hablan de Poder Judicial. El único país en el mundo que yo he encontrado que hable de Sistemas de Justicia es la Constitución de Venezuela, de Hugo Chávez. Me parece que aquí hay un gustito de ciertas izquierdas, en su absurda competencia por quién es más revolucionario o refundacional, por demostrar quién tiene este ánimo de cambiarlo todo. Se está materializando un cambio absolutamente innecesario, sobre todo considerando la tradición clásica del constitucionalismo. El Poder Judicial es el poder más débil, decía Montesquieu, entonces hay que cuidarlo mucho y hay que dar todas las señales de que será un poder independiente.

¿Cree que existe riesgo de que el diseño del nuevo Poder Judicial quede peor de lo que hay ahora? ¿Que en vez de avanzar se retroceda?

Varios expertos, y yo coincido con ellos, creen que las soluciones pasan por abordar dos problemas. Primero, la falta de acceso a la justicia. Ese es un problema de desigualdad. El rico tiene buen abogado y el pobre no logra acceder a un buen abogado. El segundo problema tiene que ver con la frustración de las expectativas. Una persona que recurre a tribunales invierte dinero, tiempo y generalmente no obtiene el resultado que espera.

Tanto Gutiérrez como Daza forman parte, hace muchos años, de ese grupo de los poderosos. Ellos terminarían siendo los principales beneficiados al quitarse la independencia de los tribunales. Gutiérrez es un líder histórico e influyente del Partido Comunista y Daza ha sido abogado de varios poderosos, diputados, senadores y excandidatos presidenciales.

¿Cómo se soluciona eso según usted?

Se requiere de una Defensoría de las Víctimas de la Delincuencia y un nuevo servicio público que reemplace la Corporación de Asistencia Judicial para ofrecer acceso a la justicia a personas vulnerables, pero a través de abogados profesionales y no meros estudiantes. A eso hay que meterles gestión a los tribunales, que dicten sentencias en plazo razonable, que la atención a las personas sea digna, que los jueces cumplan un horario, mejorar el sistema de calificación. La solución no pasa por ponerles plazo a los jueces, quitar el fuero o cambiarle el nombre al Poder Judicial. Estamos errando en el camino y esto no va a cambiarles la vida ni les va a mejorar la calidad de vida a los chilenos. Si seguimos así será desastroso, porque vamos a salir con un peor sistema de justicia que el que teníamos anteriormente.

A posturas como la suya les ha ido muy mal en la comisión. A veces no logran sumar más votos y se quedan reducidos a siete. ¿Hay garantías de que esa mayoría que hoy se ve en la comisión pueda ser revertida en el pleno?

Yo estoy muy triste y decepcionado, porque aquí no ha habido apertura al diálogo y, efectivamente, aquí en la Comisión de Sistemas de Justicia se articuló un eje y se armó una cocina, ese concepto tan denostado en los últimos años. Aquí ha operado esa cocina a puertas cerradas.

¿A quiénes se refiere?

Se articuló un eje que va desde el Partido Comunista, que incluye los escaños reservados, los movimientos sociales, los Independientes No Neutrales y el Frente Amplio. Incluso, algunas de estas malas propuestas tuvieron el voto de Rodrigo Logan, del Colectivo del Apruebo. Yo sinceramente veo muy difícil que existan los votos para detener las malas ideas en el pleno. Dependemos, en definitiva, de la posición que tome el Partido Socialista y esto evidentemente va a tensionar las relaciones al interior del nuevo gobierno de Gabriel Boric. En el proceso constituyente, a diferencia de una elección presidencial, no hay una segunda vuelta. Si el Frente Amplio o el Partido Socialista no reaccionan pronto esto podría fracasar estrepitosamente.

¿Se los ha planteado a esos colectivos en esos términos?

Llevamos prácticamente ocho meses planteándolo y todavía no hay una reacción.

¿Cómo evalúa la aprobación de una jurisdicción indígena que tenga tribunales especiales para los pueblos originarios?

Yo creo que se pueden reconocer las costumbres y los mecanismos de justicia indígenas, pero tiene que haber tres límites muy precisos. Primero, los derechos humanos. Segundo, que exista siempre el derecho a elección, porque nadie puede verse obligado a someterse a la justicia indígena y siempre debe estar disponible la opción de ser juzgado por la justicia ordinaria. Tercero, que las personas no indígenas no sean juzgadas por la justicia indígena. Sería absurdo que los lonkos juzguen a los winkas según costumbres que los no indígenas no practican. Ni siquiera los pueblos originarios quieren eso y el problema es que hay una mayoría de escaños reservados que está muy radicalizada en esta idea.

¿Cree que afectará la igualdad ante la ley?

El problema de la igualdad ante la ley, efectivamente, se va a producir, porque frente a una misma situación, por ejemplo un delito de homicidio, podríamos tener penas distintas y eso en el largo plazo puede volverse una diferencia intolerable para muchos ciudadanos. Es uno de los problemas que veo, pero que si se hace bien, se puede mitigar.

Yo creo que se pueden reconocer las costumbres y los mecanismos de justicia indígenas, pero tienen que haber tres límites muy precisos. Primero, los derechos humanos. Segundo, que exista siempre el derecho a elección, porque nadie puede verse obligado a someterse a la justicia indígena y tercero que las personas no indígenas, no sean juzgadas por la justicia indígena.

Hay una iniciativa, aún no aprobada en general, que plantea crear una comisión de jueces que evalúe la continuidad de los magistrados según una serie de criterios. ¿Hay mayoría para rechazar esa idea?

Esta es otra pésima idea que está tomada al pie de la letra de un manual chavista. Esa es la verdad. En Venezuela la Asamblea Constituyente de 1999 creó una comisión que se llamó Comisión de Emergencia Judicial. Esta instancia destituyó a todos los supuestos jueces deshonestos y en su reemplazo se supone que iban a ingresar por concurso público nuevos jueces, pero en la práctica el 80% de los jueces fue reemplazado por jueces provisorios, quienes finalmente fueron elegidos a dedo por Chávez. Ellos finalmente son leales y serviciales a la dictadura. Es evidente que si esa idea en Venezuela destruyó la independencia judicial, en Chile va a tener el mismo efecto. Yo espero que esto sea totalmente rechazado en la comisión.

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.