Desnudez, feminismo y video arte: la desconocida obra artística de Marcela Serrano

Antes de convertirse en escritora bestseller, la autora de Antigua vida mía fue una pionera de la performance y el body art. Después de más de tres décadas sin ver la luz, el investigador Sebastián Valenzuela-Valdivia rescata el registro de esas obras con exposiciones en Matucana 100 y galería D21.


Tres décadas más tarde, en 2016, el investigador Sebastián Valenzuela-Valdivia se topó con una de las obras de Serrano, el libro Autocríticas, mientras trabajaba en el Centro de Documentación de las Artes Visuales, y comenzó a explorar más su obra, pero no había mucho más.

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Registro de la escritora Marcela Serrano de la performance Autocríticas.[/caption]

"Le escribí un correo a Marcela para preguntarle más detalles, que demoró seis meses en responder. La verdad es que ella no tenía mucho interés en reflotar la obra, pero luego de que le envié un paper que escribí sobre su trabajo y por el cual me invitaron a dar una charla en México, logré que me mostrara todo el material que tenía. De hecho me cedió los derechos de las obras y me pidió que me hiciera cargo de las entrevistas, ella no quiere hablar. Me dijo 'si abres esta caja de pandora, tú debes hacerte cargo", agrega.

El curador se encontró con videos y fotografías de dos performances: Retrato hablado, donde la escritora pinta su cuerpo completamente desnudo con pintura blanca y Autocríticas, video grabado por el cineasta Carlos Flores, en el que se ve a Serrano en una escena cotidiana narrada con una voz en off: despertándose y luego maquillándose para salir. Ambos se exhiben ahora en una muestra en Matucana 100, hasta el 16 de junio.

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Otro detalle del video Autocríticas, exhibido por primera vez en 1980 y ahora en Matucana 100.[/caption]

Además, desde el 8 de agosto en galería D21, Valenzuela-Valdivia exhibirá más material inédito. Reeditará la instalación Autocríticas, exhibida en el desaparecido Instituto de Arte Contemporáneo en 1980, y que consiste en la emisión del mismo video que está en M100, pero desplegado en cinco monitores atravesados por un malla metálica, además de la proyección en un telón más grande y un montículo de tierra que irá de muro a muro.

En otra sala habrá una foto de Serrano otra vez desnuda y cubierta de pintura como yagana, parte de la obra Paisaje de la pintura chilena, que no ha sido expuesta. Se suma el levantamiento de archivo realizado por Sebastián Valenzuela-Valdivia y que incluye el proyecto de obra Yo, Dora que ironiza sobre el estudio de la histeria de Sigmund Freud, pero que Serrano nunca alcanzó a realizar.

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Imagen en color de Autocríticas, rescatado por Sebastián Valenzuela-Valdivia y nunca antes exhibido.[/caption]

Escritura visual

"Todo se centraba en la idea de autocrítica, en la ilusión de modificarme y de usarme a mí misma con una proyección social. En la película hablaría; en la acción -desnuda- me pintaría a mí misma de blanco. Cuerpo y palabra buscaban la máxima ilusión: llegar al desnudo total", anota la misma Marcela Serrano, en la publicación de Autocríticas que estará en la muestra de D21.

La autora que comenzó su trayectoria literaria en 1991 con Nosotras que nos queremos tanto y que acaba de cerrar un contrato con Penguin Random House para un nuevo libro, salió de Chile después del Golpe de 1973, junto a su pareja miembro del Mapu. Se instaló en Roma, Italia, hasta que en 1976 decidió volver e ingresó a la carrera de Arte en la U. Católica. Su círculo, eso sí, siempre fue literario: hija de la novelista Elisa Pérez Walker y el ensayista Horacio Serrano, la escritora es la cuarta de cinco hermanas, entre ellas la Premio Nacional de Historia Sol Serrano. En los años 80 estuvo casada con el escritor Antonio Gil.

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