EE.UU. llora la partida de Colin Powell: el hijo de inmigrantes que fue el primer secretario de Estado afroamericano

El exsecretario de Estado norteamericano Colin Powell observa durante una ceremonia, en 2006. Foto: AP

Con raíces jamaicanas y escocesas, criado en el barrio neoyorquino de Harlem y estudiante de un colegio público, el militar estuvo 35 años en servicio antes de saltar a altos cargos en la Casa Blanca. El republicano fue el cerebro detrás de la guerra contra Irak y en los últimos años se distanció del partido por conflictos internos.


En medio de una dura batalla contra un cáncer y después de complicaciones por un contagio de Covid-19, Colin Powell, el primer secretario de Estado afroamericano norteamericano, falleció durante la mañana de hoy dejando un extenso listado de hitos en su carrera, que son recordados con una serie de homenajes de autoridades tras su partida, a los 84 años.

El militar de orígenes humildes y sin familia con historia política, terminó siendo uno de los ejemplos del sueño americano, que tras una extensa carrera castrense saltó a altos cargos inspirando a cientos de jóvenes en la lucha por la igualdad racial en el país.

“Hemos perdido a un esposo, padre, abuelo y un gran estadounidense extraordinario y amoroso”, lamentó la familia Powell, integrada por su viuda, Alma Johnson, y sus hijos, Michael, Linda y Anne, mediante un comunicado divulgado en redes sociales en el que agradecieron al personal médico del Centro Médico Walter Reid, donde permanecía ingresado el general.

El secretario de Defensa Dick Cheney y el general Colin Powell, jefe del Estado Mayor Conjunto, hablan con miembros de la 354a Ala de Combate Táctico de Myrtle Beach, en su base aérea en Arabia Saudita, en diciembre de 1990. Foto: AP

Aunque Powell contaba con el esquema completo de vacunación contra el coronavirus, al estar inmunodeprimido por la enfermedad que lo aquejaba enfrentó un mayor riesgo. Según la cadena CNN, había sido diagnosticado con un mieloma múltiple, un cáncer que afecta a las células plasmáticas y que inhibe la respuesta inmunitaria del cuerpo.

Uno de los primeros en lamentar el fallecimiento de Powell fue el expresidente de Estados Unidos George W. Bush (2001-2009), ya que ambos trabajaron codo a codo durante su primer mandato. “Era tan favorito de los presidentes que ganó la medalla presidencial de la libertad dos veces. Fue muy respetado en casa y en el extranjero. Y lo más importante, Colin era un hombre de familia y un amigo”, recordó el exjefe de Estado.

George W. Bush en una reunión con Donald Rumsfeld, Dick Cheney, Condoleezza Rice y Colin Powell en el Salón Roosevelt de la Casa Blanca, el 5 de enero de 2006. Foto: AP

El Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ensalzó a Powell por encarnar “los más altos ideales tanto del guerrero como del diplomático”. “Patriota” e “hijo de inmigrantes”, “entendió mejor que nadie que el poder militar por sí solo no era suficiente para mantener nuestra paz y prosperidad”, dijo el mandatario tras el anuncio de que Powell había fallecido.

El expresidente Jimmy Carter (1977-1981) elogió al exsecretario de Estado por su labor diplomática. “Rosalynn y yo tuvimos el honor de trabajar junto a él para fortalecer las comunidades en los Estados Unidos, ayudar a resolver el conflicto en Haití y observar las elecciones en Jamaica”, aseguró el demócrata.

El sueño americano

Colin Luther Powell nació en el barrio neoyorquino de Harlem, en un hogar multicultural con raíces jamaicanas y escocesas. Acudió un colegio público y después obtuvo una licenciatura en Geología. Sin embargo, su mayor pasión llegó de la mano de la carrera militar. Ingresó como parte del Cuerpo de Capacitación de Oficiales de Reserva para luego ir subiendo en el escalafón castrense llegando a ser la persona más joven y el primer afroamericano en ser líder del Estado Mayor Conjunto.

Según la BBC, Powell es una icónica historia de éxito estadounidense debido a que fue el ejemplo de un hijo de inmigrantes que llegó a ser el primer hombre negro en ascender a los puestos más altos del Ejército y la diplomacia de Estados Unidos, siendo una reminiscencia del general Dwight D. Eisenhower después de la Segunda Guerra Mundial. Aunque no ascendió a la presidencia, varios sectores presionaron en más de una ocasión para una eventual postulación suya a la Casa Blanca, determinó las relaciones exteriores estadounidenses en los últimos años del siglo XX y los primeros del siglo XXI.

Colin Powell posa en una fotografía con fecha desconocida. Foto: Reuters

El general fue uno de los miles de estadounidenses en ser desplegados en la guerra de Vietnam, a donde llegó en el rango de asesor y sitio en el que resultó herido con una mina, lo que le valió la medalla corazón púrpura. Fue en este lugar en el que comenzó a estudiar sobre estrategias militares, que tras su regreso a suelo estadounidense llevó adelante desde el gobierno.

En un inusual y simbólico paso para la comunidad afroamericana, Powell obtuvo una beca para trabajar en el mandato de Richard Nixon (1969-1974). En paralelo, volvió a la universidad para obtener un MBA en Washington, que le otorgó un nuevo ascenso. Se desempeñó como consejero de Seguridad Nacional del mandatario Ronald Reagan (1981-1989) y fue clave en episodios bélicos, como el ataque aéreo contra Libia en 1986.

Tras su retiro del Ejército después de 35 años de servicio, Powell decidió emprender un nuevo camino y escribe una autobiografía titulada My American Journey. En 2012, volvía la escritura tras la publicación de su segunda memoria, “It Worked for me: In Life and Leadership”. Esto fue solo la antesala de su mayor nombramiento como secretario de Estado de George W. Bush, en el año 2000 y un año después, con el respaldo total del Senado, juró en el cargo, marcando un precedente en la historia norteamericana.

El expresidente Ronald Reagan, acompañado por el asesor de seguridad nacional Colin Powell, abandona la Casa Blanca, el 16 de diciembre de 1988. Foto: AP

Además, ha sido denominado uno de los arquitectos de la guerra de Irak, conflicto bélico que fue calificado por él mismo luego como una “mancha en su legado”, debido a las múltiples críticas que recibió tras un recordado discurso de 75 minutos ante Naciones Unidas en el que aseguró que había presencia de armas de destrucción masiva en poder de Irak, información incorrecta y motivo por el cual no siguió en el cargo tras la reelección de Bush.

Las preocupaciones por su salud tampoco eran un tema nuevo para la sociedad estadounidense. En diciembre de 2003, el general debió enfrentar un cáncer de próstata, que lo obligó a operarse y permanecer en reposo. Recién un año después de presentar una carta de renuncia, su salida fue efectiva tras la confirmación de su reemplazo, Condoleezza Rice, quien asumió en enero de 2005.

El republicano moderado rompió con las filas partidarias conservadoras en 2008 para respaldar al entonces candidato presidencial del Partido Demócrata, Barack Obama, con quien tuvo una estrecha relación y se convirtió en uno de los principales asesores de confianza.

La despedida final con el Partido Republicano se dio con la llegada de Donald Trump (2017-2021) a la Casa Blanca. En los últimos años, el general había mantenido distancia con la vida pública, pero tras el asalto al Capitolio el pasado 6 de enero, cuestionó duramente el comportamiento del partido por no condenar las acciones. “Es por eso que ya no puedo llamarme un compañero republicano. No soy miembro de nada en este momento”, aseguró en conversación con CNN.

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