El temor de Osvaldo y Elena, dos jubilados chilenos a bordo de un crucero, a punto de desembarcar en el epicentro del coronavirus en Europa

El 3 de marzo abordo de un crucero emprendieron rumbo desde Buenos Aires a Marsella, pero no pudieron desembarcar debido a las restricciones sanitarias que impuso Francia. Mañana el crucero Costa Pacífica con más de 2.000 pasajeros recalaría en Génova, Italia. Familiares de la pareja piden ayuda para que sean repatriados.


-Hijo, aún no sabemos dónde nos desembarcan. Si nos tiran al mar, aprovecho de despedirme jajaja

Medio en broma y medio en serio. Ese fue el mensaje de WhatsApp que recibió Gonzalo Carmona, el pasado 14 de marzo de su padre Osvaldo Carmona Otero (77), ex jefe de la Brigada de Homicidios de la Policía de Investigaciones (PDI), que junto a su pareja Elena Drago Pareto (75), profesora jubilada, viajan a bordo de un crucero por Europa. El viaje que sería por placer junto a un grupo de familiares terminó volviéndose un dolor de cabeza. Hoy ellos y otros 10 chilenos más navegan sin tener certeza si podrán desembarcar mañana sábado en el puerto de Génova, Italia. Ello debido a la rápida expansión del virus en el Viejo Continente.

Todo comenzó el 3 de marzo cuando la pareja se embarcó en Valparaíso en el crucero Costa Pacífica con rumbo a Marsella (Francia). Antes de partir, los hijos de Osvaldo y otros familiares le advirtieron los problemas que acarrearía la expansión del brote del coronavirus en Europa, pero ninguno quiso deponer el viaje.

Al viaje no sólo asistieron Osvaldo y Elena, pues también los acompañaron la madre de esta última Carmen Pareto Acevedo (92), el hermano de Osvaldo, Patricio (79), también ex funcionario de la PDI, y el hermano de Elena, Manuel (75), también ex profesor al igual que ella. Y junto a ellos se encuentran dos chilenas: Patricia Álvarez Aguirre y Gema Henríquez Díaz.

Pasaron los días y los mensajes que siguió enviando Osvaldo -quien fue pieza clave en la captura de Miguel Estay, más conocido como “El Fanta”, condenado a cadena perpetua por el Caso Degollados-fueron más angustiantes para su familia. Al ver que la situación se estaba complicando, junto a un grupo de pasajeros argentinos y brasileños pidieron al capitán de la nave desembarcar en Islas Canarias, España, para volver a Chile. Sin embargo, la solicitud fue denegada. La tripulación del crucero Costa Pacífica les señaló que en Francia se abriría un corredor, permitiéndoles ser repatriados.

Pero eso no sucedió. El problema surgió debido a la prohibición implementada por el gobierno francés de ingreso a pasajeros que no fueran ciudadanos de ese país. El grupo de amigos chilenos planeaba bajar en Francia y luego emprender rumbo a Barcelona, lugar en el que finalmente tomarían un vuelo a Chile con una escala en Buenos Aires, Argentina.

Hoy el crucero recaló en el puerto de Marsella. Sin embargo, sólo pudieron desembarcar ciudadanos franceses y este sábado se espera que recalen en Génova (Italia), como destino final. Y si el dilema antes era descender de la nave, ahora hacerlo se volvió otro drama para los chilenos. ¿La razón? El país europeo sufre una de las peores catástrofes de su historia producto del COVID-19 y el número de italianos muertos por el virus superó al de China. Y los chilenos, todos mayores de 70 años, es parte del grupo de riesgo para la enfermedad.

Ante la preocupación por el desembarco, Gonzalo Carmona comenzó hace unos días a intentar contactarse con personal del consulado chileno en Francia. “Envié un correo y me dijeron: dile al interesado que se comunique a este correo y al número de emergencia. Mi papá se ha comunicado al número de emergencia y no tiene respuesta”.

“Van a bajar el barco completo en Italia. Es un riesgo tremendo. Mi papá tiene 77 años. Mi tío tiene 79 años. La Elena tiene 75 años. La abuelita, la mamá de la Elena tiene 92 años", advierte Gonzalo, solicitando ayuda para que sean repatriados.

“Estamos bien, pero muy preocupados por la incertidumbre”

Esta mañana, desde el puerto de Marsella, Elena Drago en conversación con La Tercera PM explicó que se encuentran muy preocupados por la incertidumbre, pues hasta ayer "pensábamos que nos iban a repatriar aquí en Francia. Estamos detenidos aquí, porque solo bajaron a los franceses”.

“Aquí anoche hubo problemas, porque la gente está alterada. Llevamos más de 12 días navegando y la gente está cansada y muy preocupada”, cuenta y pide un momento para escuchar el alto parlante. En el fondo se escucha la voz del capitán del buque que en francés pide a dos ciudadanos descender del crucero.

“Anoche hubo problemas. Hubo gritos y todo. Después de la cena, hay un lugar en el que te tomas un trago y descansas. Estábamos allí cuando de repente la niña que es cantante empezó a encarar a unos turistas alemanes. Empiezan a los gritos. No entendíamos nada, porque era en alemán. Ellos gritaban y se transformó todo en una cosa terrible. Llegó personal de seguridad y todo esto duró una hora. Hoy en la mañana hubo también una situación similar, pero con los argentinos”, explicó Elena.

Patricia Álvarez es otra de las pasajeras del crucero, “Estamos bien y esperando que nos bajen. Aquí el barco está sano. Estamos entretenidas”, dijo, añadiendo que contrataron el servicio con bastante anticipación, pues el objetivo era llevar a su madre a Europa.

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